Click Chic | COMPLETA

10

Después de aquel súper almuerzo no he podido hablar con Gustavo, y él me evita, no lo entiendo. No he tenido el tiempo necesario para buscarlo, pues  ya he vuelto a clases, y mi tiempo se ha limitado, aunque como siempre sigo en contacto con mis amigos.

Últimamente mi cabeza ha estado dando vueltas, pues está llena de dudas, ya ha pasado más de una semana, y no he visto a Marc, trato de salir a tiempo para pasear a Rochi y así quizás poder verlo, pero no logro saber nada de él, tampoco me ha llamado, y yo no me atrevo a llamarle, aunque ni siquiera puedo evitar pensar en él y eso me hace sentir extraña, pues mi conciencia me recrimina por estar pensando tanto en su persona.

Es Martes, me encuentro ya en la segunda semana de clases, y si me preguntan sobre el tema que estamos recibiendo, no sabré nada. Tengo mi vista clavada en el papel blanco de la hoja de mi cuaderno, mientras jugueteo con un lápiz.

—¡Buenas tardes! —un hombre algo pequeño se asoma por la puerta del aula.

—¿Qué desea? —habla mi profesora de Matemática.

El hombre ve una pequeña hoja que trae en la manos —Se encuentra la señorita Fiorella.

Veo que la profesora me busca con la mirada
Alguien me pica con un lápiz, volteo mi vista y es Alejo.
—Ve a ver tonta. —le hago mala cara me levanto de la silla. La profesora me ve y asiente con una sonrisa en su cara.

Me dirijo hacia la puerta y veo que el hombre levanta algo del piso, es una canasta con varios Ramos de flores, saca un gran ramo y vuelve a ponerla en el piso.

—¿Sí? —indago

—¿Señorita Fiorella? —yo asiento —firme aquí porfavor.

—Esto debe de ser un error. —digo atontada, viendo el ramo, son unas girasoles, adornadas con unas bellas rosas rojas.

—¿Hay otra Fiorella Alison Casanova Wilson por acá? —lo sé, mi nombre es un asco, esto es obra de mis padres.

—No, no lo creo.

—Bien, entonces no es un error, firme aquí porfavor —firmo donde me indicó el hombre, y éste me da el ramo de flores.

Me volteo, para encaminarme hacia mi asiento, y la atención de todos, incluyendo a la maestra está puesta en mí. Mi cara arde de la vergüenza así que apresuro el paso para llegar al asiento.

La clase continúa. Me tomo la libertad de ver con mayor atención las flores, entre ellas viene una nota, así que la tomo.

"Si no era amor, era vicio. Porque jamás una boca me hizo regresar tantas veces por un beso".

Con deseo de verla, M.J.

El solo olor de las rosas es embriagante, y esas palabras logran atontarme más.
¡Esto no puede estarme pasando!

Una ola de alegría, enojo, y de otras cosas que no logro identificar claramente, se apoderan de mi cuerpo.

—Girasoles, tus favoritas. —me habla al oído Alejo, en tono coqueto —no que ya no sabías nada de Marc.

—Y así es, no entiendo por qué me ha enviado esto, y además cómo pudo saber específicamente en que aula estoy, y las flores que me gustan —mi mente va hilvanando y llega una pregunta a ésta —Cómo carajos sabes que es Marc, si ni siquiera te lo he dicho. —veo como Alejo se pone nervioso y se remueve incómodo.