Capitulo 8

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Ha pasado una semana desde que el tal Woo Hyun entro a trabajar con nosotros, mi hermano me había pasado toda la información de aquel chico, sin embargo había algo que me hacía desconfiar de él, aún no sabía que pero lo iba a encontrar.




-Señor Kim. –Grito mi jefe de seguridad. –La mercancía de armas está siendo emboscada por el clan Jang.
-¡Maldita sea! –Di un golpe con mi puño sobre mi escritorio. -¿Cómo es posible que no tuvieran cuidado? Olvídenlo, yo mismo lo hare. –Tome mi arma y cuando estaba a punto de salir vi a Ji Soo. –Jisoo ¿Cuánto perderemos con esta mercancía?
-Probablemente sean 100'000,000 de Wons.
-¡Maldición!




Era demasiado temprano pero no podía quedarme con los brazos cruzados, necesitaba ir a rescatar aunque sea un poco de mi mercancía, se suponía que Nam era mi seguridad personal, sin embargo, ni siquiera estaba en su lugar, por eso había decidido ir a buscarlo a su casa, bueno, a su cuarto, pero jamás me imagine que lo vería completamente desnudo y por unos cuantos segundo había olvidado porque fui a buscarlo, más aún cuando la toalla se le cayó y vi completamente su anatomía, por Dios, si tuviera un espejo estaba completamente seguro que mi cara se encontraba roja por eso mismo le pedí que se vistiera y me salí de ahí, no sé si era yo o el clima pero de la nada estaba sintiendo demasiado calor. Aquella namuconda no me la podía sacar de la cabeza. Creo que empezó a llamarlo Namu en alguna parte del camino.




-Dígame joven Kim. –Salió vestido y con el cabello aún mojado. –¿En qué puedo servirle? –Maldición todas sus palabras las escuchaba en doble sentido, más tarde tendría que ir a ver a Hoya.
-Tenemos que irnos a Busan, la mercancía está siendo emboscada por el clan Jang y perderíamos millones si no lo rescatamos.




Salimos de casa lo más pronto posible, mi chofer iba a manejar pero le dije que no, yo lo haría, puros inútiles tenía en mi unidad, tenía que hacer limpieza.




-Son... –Grite, pero enseguida lo voltee a ver, no podía dejar al descubierto al novio de Sungyeol. -¿Por qué demonios no me dijiste que nos estaban emboscando? –Me explico que él no sabía absolutamente nada, pero que él y Yeol ya se estaban haciendo cargo también, aquella venta también los beneficiaba a ellos, en parte estuvo bien haber hecho una asociación con ellos, fue lo primero que hizo bien MyungSoo, por fin perdió el miedo.
-¿Quién era? –Me miro confundido. –Nadie que te importe. Ten. –Le avente una toalla. –Enfermeras si no secas ese cabello.
-¿Está preocupado por mi joven Kim? –Me miro con aquellos ojos que tanto odiaba.
-No malinterpretes, no me sirves si enfermas.




Durante todo el camino trate de estar lo más serio posible, no quería entablar una conversación con él a menos que sea de trabajo, tres horas después por fin llegamos al lugar, como me lo estaba imaginando el lugar estaba con olor a pólvora y sangre, pero cuando llegué me dijeron que la mercancía había sido recuperada en su 80%, fue una gran tranquilidad saber eso, pero algunos de ahí no todos estaban muertos, escuche como dispararon y quien recibió el disparo fui yo.




-Joven Kim, Joven Kim. –Gritaban. –Kim Sung Kyu.




[***]




-¿D-dónde estamos? –Trate de levantarme pero me dolía demasiado la pierna.
–Estamos en un hotel, lo llevé al hospital.
-¿Qu-qué? –Lo golpee.
-Se estaba desangrando, ¿qué quería que hiciera? –Hable a Seul, les dije que ordeno que se hicieran responsables de la mercancía rescatada, que usted se quedaría en Busan para arreglar unos pendientes.
-Está bien. –Sonrió.




No sabía qué tipo de hotel era en donde nos estábamos quedando pero olía demasiado rico, mi estómago estaba comenzando a doler por el hambre. Subí a la silla de ruedas que dijo haber comprado y me dirigí al lugar, era como un hostal, eso me agradaba, tenía mucho que nadie cocinaba para mí, siempre era yo quien hacía de comer por miedo a que nos envenenaran con la comida, afortunadamente casi nadie me conocía como el jefe del clan Kim, así que pude salir sin necesidad de cubrir mi rostro, vi a Nam ayudar a la señora que cocinaba, por lo que vi se había lastimado la pierna y por eso no podía atender a todos, eso es un buen gesto de él, tal vez lo estaba juzgando mal debido a mi vida, a que siempre debo de dormir con un ojo abierto por mis enemigos.




-¿Oh? Hyeong. –Grito Nam y corrió a abrazarme.
-¿Qué te sucede estúpido? –Gruñi por lo bajo.
-Joven Kim, por favor sígame la corriente, tuve que decir que usted era mi hermano mayor por parte de padre.
-Eres un –No me dejo terminar.




La señora que estaba cocinando me dijo que cuando llegamos Nam estaba muy preocupado y llorando, supuse que había sido una actuación, muy bien por él. Me estaba contando como Nam los había ayudado desde que llegamos, según ella llevaba casi 24 hrs dormido, ahora entendía porque moría de hambre, me sirvió comida, una la cual me hizo recordar a mi madre, comí con alegría y sin que me vieran saque alguna de las lágrimas que amenazaban con salir. Cuando termine de hacerlo Nam fue a recoger mis platos y lo espere a que terminará, todos hablaban muy bien de él, eso me agrado.




-Hyeong. –Dijo él. –Vamos, debes estar cansado. –Empujo la silla. –Que descansen tías. –Que confianzudo, pensé. –Dormirás en la cama y yo...
-Shiit. –Lo calle. -¿Dormirás? –Cruce mis brazos.
-Bueno. –Se puso firme. –Usted dormirá en la cama, yo lo haré en el sofá.
-Muy bien.




Los días se hacían lentos, mi pierna estaba por sanar, mis ojos se habían acostumbrado a ver a Namu en toalla casi todos los días pero mi cuerpo no, cada vez que salía de esa manera sentía un dolor terrible en mi entrepierna y cuando salía tenía que hacerme cargo de aquello, más de una ocasión le pedí que no hiciera eso pero de nada servía, siempre terminaba por recibir una respuesta lógicamente estúpida. "Somos hombres joven Kim, usted no tiene nada que no tenga yo." Pero era mentira, él tenía aquella hermosa namuconda que me hacía agonizar cada hora en el baño, pensando en lo que se sentiría tenerla dentro, la culpa y la excitación no me dejaban dormir, tampoco era como si quisiera, pues siempre tenía aquel mismo sueño, "siendo embestido por él y yo embestirlo a él" ¿Será Gay? ¿Tendrá pareja? Cosas como esas me hacían delirar, sin embargo mi corazón también dolía, yo había jurado jamás enamorarme de nadie, pero de la nada llega este mugroso cachorro a mi vida, con aquella sonrisa que me hacía perderme y con aquel pedazo de carne que me hacía imaginar demasiadas cosas.




Me levante de la cama y al ver que no estaba en el sofá decidí ir a un bar cercano que hacía días ya lo había identificado, avise a la señora que aún seguía despierta por si aquel imbécil me buscaba y me fui. Cuando llegué lo primero que pedí fue un whisky doble y a si fue cada vez que terminaba uno, al final sólo le dije que dejará la botella, él no quería, diciendo que con esta serían dos las que me tomaría solo, pero cuando lo mire sin decir palabra sólo lo dejo.




[***]




-¿Oh? –Sonreí. –Viniste por mí, mi querido Namu. –Lo besé.

ECOS DE AMOR/WOOGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora