ECOS DE AMOR/WOOGYU

Capítulo 21

Saber que me iría con Kyu hyeong por un tiempo para su recuperación me hizo temblar un poco, porque no sabia que mentira echarle a mi superior. Estaba pensando en decirle mitad mentira, mitad verdad, pero al enterarme de que anunciarían que el líder Kim se encontraba en coma todo cambiaba. Cuando lo vi por fin me hizo sentir un nudo en el estomago, él no me recordaba pero me trataba pasivamente, como si no fuéramos enemigos, sentía su amor y yo esperaba que sintiera el mío. No era muy bueno demostrándolo, pero había visto demasiados dramas y podía imitarlo. Los días pasaron hasta llegar la noche donde nos iríamos, me había desaparecido dos días antes porque estaba dando información a medias, entre ellas anuncié antes que los del clan Kim, que su líder estaba en estado vegetativo, mi comandante se alegro pero también se molesto, dije que me haría cargo de algunos negocios como seguridad de Kyu fuera de Seul, mentí cuando me preguntaron a donde íbamos a irnos, diciendo: No lo sé, MyungSoo y JiSoo apenas me dirán. Me pase esos días ahí para no levantar sospechas. La noche del viaje, vi como le entregaban una pequeña niña, la reconocí al instante. Era la misma a quien él le había cantado, sólo reí por lo bajo.

Ni siquiera me di cuenta cuando llegamos a nuestro destino, pero al momento de bajar del avión, me di cuenta de que no era Jeju, pregunte al piloto y me dijo que era California. Cuando fuimos a la casa donde nos quedaríamos se me vinieron imágenes borrosas, yo jugando con un niño, pero simplemente no podía ver su rostro.

Una vez dentro de casa, mande a la nana con la pequeña y yo me llevé a mi Kyuzizi. “Kyuzizi” por alguna razón me gustaba decirle así. En fin, me lo llevé al estilo nupcial, tenia demasiadas ganas de hacerlo mio, pero estaba recién operado, no quería lastimarlo. Así que me fui al baño a darlo un poco de ayuda a mi amigo.

Los días estaban pasando, él cada vez podía caminar mejor sin ayuda, su herida estaba sanando correctamente, me gustaba consentirlo, verlo con la pequeña en sus brazos me enamoraba demasiado, lo amaba, lo amo y estoy seguro que siempre lo amaría, se volvió mi vida junto a esa niña y siempre los protegería. Parecíamos recién casados, salia de casa durante algunas horas para poder informarle como estaba la situación de su familia, hacia algunos negocios y separaba lo importante con lo inútil para darle a mi jefe, cuando llegaba a casa él ya tenia la comida la lista, amaba que siempre utilizará sólo una playera extra grande, se veía sexy.

—Namu... —Sujeto mi mano. —¿Me amas? —Me le quedé viendo viéndose extraño, estaba pensando si no lo demostraba bien.
—Claro que te amo. —Me acerqué para darle un beso en la nariz. —¿Por qué la duda? —Quise saber.
—Sólo quería escucharlo.

El trabajo que tenia no me hacia feliz, pero él sólo imaginar que al llegar a casa estaría Kyuzizi, me hacia sonreír, todos los días le mandaba un ramo de rosas, todos los días le mandaba chocolates o pasaba a comprar fresas que tanto le gustaban. Últimamente había estado teniendo problemas con mi miembro, me masturbaba tantas veces al día imaginando el agujero de Kyu que después de venirme, nuevamente se endurecía. Llegué a casa con la intención de llegar al baño y ayudarme, la herida de mi hámster probablemente ya estaba bien, pero no quería verme como desesperado.

Cuando entré a casa, vi que estaba oscuro, pero olía delicioso, quise encender la luz pero no encontraba el interruptor, así que camine a ciegas, cuando pase de la sala de estar, vi velas y algunos pétalos en el suelo, lo vi a él, esperándome con una botella de vino en sus manos. Camine hacia él y lo bese.

—¿Dónde esta nuestra hija? —No sé porque lo dije, pero mis labios se movieron mas rápido que mi cerebro. Sentí su aliento y escuché su risa.
—La mande con su nana y gente de seguridad al parque. —Cuando iba a hablar, se separó de mi y se agacho. —Sé que tenemos poco de conocernos y que hace apenas unos meses lloraba con Hoya, pero te amo y quiero que te cases conmigo. —Sacó el anillo. Acepte de inmediato, provocando que lo cargará y enredara sus piernas en mi cintura. —Tenemos que comer, Namu.
—Primero quiero comerte a ti. —Hable entre besos, el cual se hicieron profundos mientras avanzábamos al cuarto.

Lo acosté en la cama y admire  su silueta, tan delicado, tan asesino, tan él. Ya no me importaba, ahora lo amaba y lo protegería, esta vez lo besé sin prisa, el también, sus manos acariciando mi espalda y yo enredando mis dedos en su cabello, hasta apenas había notado que se lo pinto de azul, se veía sexy. Sonreímos entre besos, sus manos viajaron a mi camisa para poder desabotonar lentamente, esta vez todo fue lento, queríamos leernos el cuerpo, marcar cada parte, contar cada lunar y en mi caso, besar cada cicatriz en su cuerpo, en especial la mas reciente, esa que aun no me perdonaba. Le quite su camisa y cuando sujete su mano, vi que él traía también un anillo, le besé la mano y subí a su cuello, haciendo pequeñas succiones, algunas mordidas y besos, haciéndolo gemir, haciéndolo sentir mas el amor que sentía hacia él, sus manos en mi espalda hacían Recorridos lentos, subió a mi cabeza y enredo sus dedos en mi cabello mientras yo bajaba a su pecho para marcar lo que era mío. Con mis manos sujete sus pezones y sentí como se arquea a y entre abría sus labios para sacar un leve gemido. Uso sus manos para llevar mis labios a los suyos y me beso, me beso tan lento que mi dura excitación ya no me molestaba como antes, ahora sólo quería hacerle el amor, no follarlo, sino amarlo, tratar su frágil cuerpo con amor.

—Namu... —Hablo entre besos. —... Pase lo que pase, por favor nunca dudes de mi amor, te amo y siempre lo haré.
—Jamás lo haré. —Lo volví a besar.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo, no podría hacerlo, ahora mi vida eres tú, sin ti, prefiero morir.