Capítulo 30

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Esperé a que Kei se llevara a WooHyun y la pequeña. No quería que ellos vieran aquel lado que tanto desprecio pero que a la vez tanto amo, ni siquiera sabía si algún día iba a dejar a Nam ver todos mis demonios. No era algo de lo que me avergonzara en un pasado, al contrario, estaba feliz de ello. Fui entrenado para ello, mis hermanos, amigos, todos fuimos entrenados para ser unos jodidos asesinos sin alma y sin embargo, Lee Ho Won y su padre se encargaron de que no olvidáramos que eramos humanos. Aun así, yo no tenia derecho de enamorarme otra vez, perdí a Nam una vez, a Hoya y ahora nuevamente lo pierdo a él, a Nam. Mi primer amor. Fui hacia la maleta que MyungSoo me había arreglado. Todos nuestros juguetes estaban ahí. ¿Quién era yo realmente? Desde que volví a encontrarme con Nam me lo pregunte demasiadas veces. ¿Seguía siendo aquel niño que imagino que viviría con sus padres y hermanos en el extranjero? ¿Seguiría siendo un ejecutor casi sociopata el cual disfruta torturar a le gente cuando no dicen lo que quiero a la primera? ¿O sería el chico patético en el que me convertí cuando inicie una relación con Nam? ¿Cuándo deje que todos vieran mi debilidad? ¿Cuándo me volví patético? ¿Qué quiero ser? Y sabía la respuesta. Por primera vez, después de muchos años, quería tener una vida común y corriente. Por primera vez no quería ser GyuGyu, no quería ser el líder de la mafia Kim, por eso, continúe con lo que mi padre quiso en un principio para nosotros. Les daría una vida normal a todos.

Con la pierna herida, Choi me dio un golpe cuando estaba descuidado y si había algo que realmente odiara era eso. Ser atacado por la espalda y ese hijo de porquería siempre lo hacía, desde pequeño. Volteé con fiereza, sonreí con sorna. Hoya terminaría con esta mierda.

—Choi, Choi, Choi... —Le di un mazazo en el hombro. —¿A caso tú padre no te enseño a pelear? ¡Ah no! Disculpa, te lo maté.
—Jodido hijo de puta. —Quiso golpearme, pero le di otro golpe.
—Joder, Choi. Le quitas lo divertido a esto. ¿Sabes? Allá a fuera, la mafia Yong y la otra mafia Kim, están haciendo una masacre con tus hombres. —Gritó cuando le pise la mano. —Estas acabado, nadie vendrá por ti a excepción de la policía. Tu jodido rostro es el mas buscado.
—Tú también. —Gruñó. —Sólo para que te quede claro. —Sonrió. —Jamás suplicaré por mi vida.
—Oh... Eso... Sobre mi rostro, sólo pocos lo conocen, y HeeChul se encargará de ello al igual que JunHyung, es lo bueno de tener gente importante y poderosa de tu lado, pero no te preocupes. No te mandaré a la cárcel. Yo te mataré. En realidad, ellos vienen sólo por mi. —Comencé a reír.

Me aventé a él y comencé a golpearlo tan fuerte y rápido como pude, quiso tomar uno de las armas pero le di otro mazazo en la mano, había quedado completamente deshecha y él sólo gritaba.
—Te mataré. —Y le molí la otra mano a golpes. Después baje a sus pies e hice lo mismo. —Pagarás la muerte de los padres de Nam. —Un mazazo. —La muerte de mis padres. —Dos mazazos. —La muerte del padre de Hoya. —Tres mazazos. —La muerte de Hoya. —Quedaron deshechos los pies. Él ya estaba agonizando. Dijo que no suplicaría y lo estaba haciendo. Estaba completamente bañado en sangre. Mi rostro escurría su asquerosa sangre y yo disfrutaba de aquello.
—Kim... —A penas y pudo pronunciarlo. —Yo... S-siempre te amé.
—Si me hubieses amado, jamás habrías hecho lo que hiciste. —Y me levanté. Valiendome sus últimas palabras. —Pagarás por todas las violaciones que vivió Nam por tu culpa. —Le pise el cráneo. —Ese dolor, ese asqueroso momento la pagaras, me hubiese gustado jugar mas contigo pero la policía no debe tardar. Yo si hice algo por amor, me entregué a la policía. Termine con la familia y mafia Kim. —Otra pisada. —Le di el ascenso que tanto buscaba a Nam. —Otra pisada. —Todos serán felices y tú y yo nos iremos al infierno. —Y lo volví a pisar, una, dos, tres, cuatro, cinco, seis y su cabeza quedó completamente deshecha. Le di mas mazazos hasta que me cansé. Me senté a lado del poco cadáver entero que quedaba de Choi y comencé a llorar. Porque hoy marcaba el final de mi vida, de la mafia Kim, de mi amor por WooHyun, de mis hermanos y amigos. Hoy comenzarían de nuevo, sus expedientes limpios, todos culpandome a mi. Escuché las sirenas de la policía y ambulancia, sólo reí.
—Adiós, Nam Woo Hyun. Sentí como alguien me cubría el rostro.
—Descuide, Joven Kim. Estoy a cargo de su caso, nadie a excepción de algunos agentes conoce su rostro. Hasta ahora sólo quedamos tres con vida, los demás al igual que sus ex clientes que hayan visto su rostro los han matado. —Nam, DongWoo y yo. Yoon Doo Joon, somos los únicos.
—Reí ante aquello pero no dije más.

Me esposó y me levantó pero un dolor invadió mi pierna. ¿Cuándo recibí ese disparo? No lo recordaba. Ahora que pienso un poco más y la rabia se disperso, tengo varias heridas pero no recuerdo quien las hizo. Aunque ya no importa, ahora mismo voy a prisión, a esperar mi condena aunque nadie vaya a conocer mi rostro, seguramente Kim o Yong se encargaron.

—¿Cómo esta Nam? —Inquirí un poco dudoso.
—Él tuvo un ataque de pánico cuando despertó, quería venir con usted y Kei lo noqueo de nuevo.

Sentí como mi pecho se estrujaba, sabia que esto era lo mejor. Mi adiós con WooHyun siempre fue inevitable. Lo amo y por eso le di su libertad. Ahora, lo que un día nos unió y lo que también nos separó. Serán “Ecos De Amor.

ECOS DE AMOR/WOOGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora