Capítulo 14

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Cuando abrí mis ojos lo pude ver, estaba dormido a lado, acurrucandose, se veía tan lindo, nadie aparte de Hoya me había cautivado como él. Con la yema de mis dedos toque su suave rostro, delinee cada facción y sonreí al.contacto.

–Buenos dias, Kyu. –Beso mano.
–¿De verdad te gusto tanto?
–Demasiado.

Le di unos cuantos besos antes de levantarme de la cama, a decir verdad, me dolía demasiado la cadera, no podía caminar, bueno, no después de tener dentro mío aquella Namuconda mortal e insaciable. Él notó mi dolor y se levantó para llevarme entre sus brazos al baño.

–Puedo caminar solo.
–No lo creo.
–Bajame ahora.

Pero no lo hizo, en el fondo deseaba que no lo hiciera, los brazos de este hombre eran perfectos. Nos metimos a bañar juntos, cuando terminamos nuevamente me ayudó a irme a la cama, me cambié y se cambió pero tuvo que salir. Mientras no estaba me decidí a darme una nueva oportunidad, no dejaría de disfrutar estos momentos.

–No me dejes Kyuzizi.

Me desperté rápidamente, no sabía a que hora me quedé dormido, pero vi que el había regresado. Dejándome comida y algunas pastillas para el dolor. En estas estaba una pequeña nota.

“Tuve que irme, mamá está enferma y los doctores hablaron. Te veo en casa. Gracias por dejar tenerme dentro. Te quiero. No te quise despertar, te veías sexy mientras dormías desnudo.

Eso me sonrojo. Comí lo que me llevó, tomé las dos pastillas, espere un rato a que hiciera efecto y salí de ahí. El auto ahí estaba supuse que él se fue en taxi, de camino a casa decidí comprar carne, hoy cenariamos carne y verduras. Antes de ello me fui a los orfanatos, necesitaba verificar que todo estuviera bien, no quería más riesgos.

–Joven Kim. -Saludo la monja. –Los niños le tienen un regalo. –Me sorprendió.

Me dieron algunas golosinas de su fiesta de bienvenida, unos más que otros y quiénes no podían porque se los comieron simplemente lloraron, me acercaba a ellos dándoles un abrazo y un beso.

–Papá Gyu. –Dijo una pequeña de apenas tres años. –Te quieto. –Me sonrojo. 

Jugué con los niños por demasiadas horas, cuando me di cuenta ya estaba oscureciendo, saque mi móvil para ver la hora pero estaba muerto. Lo guardé y fui por la carne para mejor hacerla aquí, otro día se los haré a mis hermanos. La pequeña se mantuvo a mi lado todo el tiempo, diciendo que nadie la alejaría de mi. Sonreí por eso, si Ho... No. Debo dejar de pensar en él. En fin, al terminar de hacer la cena todos nos sentamos a comer. Los niños contaron sus travesuras pero también su desempeño. Por lo que me contaron de la niña, ella vivía con sus padres, pero ambos traicionaron al Clan Kim, así que murieron, fue así cómo llegó, aunque debo admitir que no se quien me había traicionado, tal vez Myun o JiSoo lo sabían y apenas me dirían. La niña terminó de comer y comenzó a bostezar, me levante para arrullarla, le canté un poco como mamá solía hacerlo o yo con mis hermanos. De la nada un fuerte golpe se escuchó por la puerta, le di la pequeña que yacía dormida en mis brazos a la monja y fui hacia el ruido y lo vi, recargado en las sombras.

–Kim Sung Kyu. –Grito. –¿En que demonios piensas? 
–Cállate. Despertaras a la niña.
–Pensé que algo te había pasado. –Me abrazó.

Sentí su cálidez, lo abracé también, dándole un beso en la comisura de sus labios.

–Te veías sexy con la niña en brazos. –Susurro. –También quisiera que me cantaras.

Lo golpee en su hombro avergonzado. Si cantaba, pero con él me daba pena. Después de un rato más salimos del orfanato, en el.coche de camino a casa me iba sermoneando sobre los celulares y sus funciones, diciendo que debía avisar, para no escucharlo más encendí el radio y lo ignore. Estaba feliz de que fuera así, pero no quería que lo viera. Entonces su teléfono sonó.

–Si, aquí está conmigo. –Me pasó el teléfono.
–Hyeong. -Grito Myung. –Ji Soo está enferma, está vomitando y lo peor es que está demasiado pálida.

Le pedí a Nam que acelerará. Ji Soo pocas veces enfermaba pero cuando lo hacía significaba algo grave. Llegamos en una hora a casa, corrí a su habitación, ahí estaba ella, tirada en su cama, sus labios y mejillas no tenían aquel rojo cereza. La cuide durante toda la noche, Afortunadamente en la mañana ya estaba mejor.

Las horas pasaron y tenía que ir a hacer unos negocios a Japón, China y Tailandia. Necesitaba a mis hermanos pero se quedarán, me llevaré a Onew, Nam se quedará a cuidarlos.

–Quiero ir contigo.
–NO.
–¿Por qué? Soy tu seguridad.
–Onew también, además necesito que cuides de ellos.

Lo besé rápidamente, Onew llegó con el auto y nos fuimos, las negociaciones en Japón fueron excelentes, en Tailandia también, pero China, esos hijos de puta eran difíciles, no mis clientes, si no mi.competencia quienes me acorralaron en varias ocasiones. Mi amigo (casi hijo) me ayudó a deshacerme. Los negocios se pospusieron en varios días. Ya que los clientes se retrasaron debido a los atentados, al final se pudo. Le tuve que mentir a Nam, no quería que se preocupara. Sin embargo, ya cuando íbamos al aeropuerto, nuevamente nos emboscaron, Onew hizo lo posible por defenderme, pero obtuve un disparo por la costilla. Le pedí a Onew que avisara que nos tardariamos más, al menos hasta que el hospital Me dejará salir.

2 semanas después.

–Te extrañe tanto. –Me besó. –No sabes cuantas veces quise hacerte mío.
–Bebé. –Me separé. –No creo que podamos hoy, acabo de llegar estoy can...sado. –Gruñi.
–¿QUÉ DIABLOS TE PASO, KIM SUNG KYU? ¿Por qué estás herido?

ECOS DE AMOR/WOOGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora