Simplemente tú.

Tu héroe

Años atrás.

Seiya había iniciado su último año de preparatoria, era un chico realmente feliz, le encantaba fastidiar a todos a su alrededor, era muy querido. Al conocer a Michiru se deslumbro con su belleza, a su alrededor quedaban encantados con ella. Pero después de su rechazo no quiso tener nada referente con el amor.

Michiru regreso tal y como la había pensado Yaten. Este le hizo cara de enojo ante su insistencia de buscar a Seiya.

― ¿Qué no te quedo claro? Seiya no quiere verte. ― Yaten la detuvo.

― ¿No entiendes que quiero volver a estar a su lado? ― Michiru de mala manera entro a la oficina del chico.

― Para tu desgracia se ha ido lejos de esta ciudad. ― Yaten.

― Creo saber a dónde se fue. ― Michiru sonrió saliendo del lugar.

― No tiene caso que lo busques, se enamoró de una mujer que de verdad lo aprecia. ― Yaten continúo arreglando unos documentos que Seiya le dejo a cargo de revisar.

― ¿Eso crees? ― Michiru se burló.

― Si, es más feliz que cuando te conoció. ― Yaten algo serio.

― Pues no durara mucho.

Serena hizo una llamada apenas salió del lugar, sabía que en cualquier momento aquella chica pagaría por tratar así al amor de su vida.

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Universidad de Tokio

Ya estaba anocheciendo, Serena se encontraba sola en el salón de investigaciones. No entendía a donde se había marchado Mina, se suponía que debía estar pendiente de las tareas del laboratorio.

― ¿Dónde se habrá metido Mina? ― Fue a buscarla por todos lados del campus, pero no la hallaba, hasta que se dio cuenta que había un salón iluminado, encontró que el suelo estaba lleno de pétalos de rosa. Siguió aquel camino encontrándose con una mesa muy romántica.

― ¿Y esto? ―sonrió al apreciar lo lindo que estaba decorado.

― Es para ti, mi bella rosa. ―Dijo una voz conocida para ella.

― Seiya. ¿En verdad eres tú? ―Serena estaba sin hablar al verlo.

Se acercó hasta ella abrazándola. La chica estaba tan contenta de tenerlo así en sus brazos, extrañaba su dulce aroma.

― Si, no sabes cuánto te he extrañado en estos últimos días, sé que te di tiempo, pero no soporte el no tenerte cerca. ―Lo abrazo fuerte con mucho sentimiento.

― ¿Lo dice enserio Señor Duarte? ―Lo miro a los ojos llenos de lágrimas, pero con una dulce sonrisa.

― Si, además quería verte en ese traje de psicóloga, estas muy hermosa. ―Tomo de la mano dándole la vuelta para apreciar su uniforme.

― Esto debe ser obra de tu encantadora hermana. ¿Cierto? ― Serena sonrió abrazándolo de nuevo.

― En parte sí. ¿Acaso tu no me extrañaste? ―Seiya fingió cara de serio.

― Pues para que te miento, tu hermana solo me habla de ti todo el día y eso hizo que te extrañara más. ―Lo abrazo sin mirarlo a la cara, se ruborizo sintiendo su aroma nuevamente.

― ¿Recibiste mis flores? ―La abrazo como nunca.

― Si, estaban preciosas, gracias. Tanto que papá esta celoso y quiere conocerte.