El fin de mi pesadilla

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Seiya llego al lugar con Andrew, algo un poco confundido.

-¿Estas seguro que este es el lugar?-Seiya

-Si, prometeme que no haras algo tonto por favor y no te arrepentiras de lo que me dijiste sobre Serena.-Andrew

-De acuerdo, lo prometo.-Seiya

Entraron en ese momento al bar y Seiya desde lejos pudo divisar a la chica bailando.

-¿Es ella?

-Asi es

-¿Pero como esta aqui en un lugar tan detestable?

-Por favor no la juzges tan duramente, no sabes lo duro que ha sido para ella.

-¿A que te refieres?

-Desde hace cinco años esta atrapada aqui tratando de escapar para volver a su casa y recuperar su dignidad.

-Por favor dime que fue lo que le sucedio.

-Su maldito exnovio la engaño trayendola aqui.

-¿Que estas diciendo?

-Como lo oyes Seiya, ella quedo embarazada de el hombre dueño de este lugar, un malnacido que la tiene amenazada con matar a su hijo.

-Miserable.

Seiya se levanto de la mesa y Andrew lo siguio.

-¿Que vas a hacer?.

-Voy a rescatarla, no quiero que siga en este maldito lugar.

-No lo hagas, si se entera que tu sabes puede que nunca mas quiera vernos a los dos.

-¿Enserio?

-Serena es muy caprichosa y si quieres ganarte su amistad y confianza debes tratarla calmadamente y sin sorpresas amigo, ella a sufrido mucho.

-Lo se, ahora comprendo todo su miedo despues que la bese.

-Deberiamos hacer un plan para sacarla de aqui.

-Tu tienes tus contactos y yo la ayudare juridicamente para que todos los malditos que la lastimaron paguen.

-Es buena idea, pero ahora debemos irnos.

-No, quiero verla de cerca, hablar con ella.

-No es seguro.

-Te lo suplico

-Ideare un plan para que ella no corra peligro.

-Bien, tu ganas.

:::

Al día siguiente el chico llego a casa de Serena con un lindo ramo de rosas impresionándola.

― ¿Seiya que haces aquí?

―Vine a disculparme por mi mal comportamiento del otro día. ― Le entrego el ramo.

― No importa, seguro debes ser así con todas las mujeres. ― Esta lo tomo dándose vuelta ocultando su sonrojo sintiendo el aroma de las rosas.

― No es cierto, nunca una mujer me había parecido tan hermosa como tú. ― Cerro sus ojos confesando todo aquello con emoción.

― No sigas con eso por favor. ― Serena estaba ruborizada.

―Pero si lo digo en serio, tú eres tan especial que mi corazón está pidiéndome a gritos estar junto a ti. ― Trato de acercarse.

― No digas esos disparates por favor, prometí no abrir mi corazón a nadie después de que me lastimaron. ― No permitió que este la tocara, se alejó cruzándose de brazos nerviosa.

Simplemente tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora