Y fue ahí, cuando empezaba a pensar que, siempre en un grupo de amigos, hay uno, que solo está ahí, pero que si desapareciese, nadie se daría cuenta.
Porque podía darme cuenta como entre amigos, yo era la que escogían al último, como preferían a otras personas antes que a mi, podía ver, como me pintaban que yo era una persona importante pero preferían a alguien más conocido, o simplemente a alguien que no fuera yo.
Y sentía, sentía que podía desaparecer y nadie lo notaría, sentía que lo que yo vivía en mi día a día era igual a una persona que moría.
Porque sentía que había muerto, y que absolutamente todos habían superado mi muerte.
Porque contadas eran las personas que recordaban a la persona que antes era y me llamaban, que mostraban un pequeño interés por saber cómo estaba y como me sentía.
Así que en mi desesperación de no saber cómo hacer que las pequeñas burbujas que salían de mi boca pudiesen hacer algún sonido, empecé a no emitir ninguno.
Me tragaba las palabras amargas y las lagrimas ácidas en mis mejillas dejaron de arder.
Poco a poco sentía como las cosas que antes me dolían dejaban de hacerlo, sentía que mi corazón se había secado, o simplemente se había largado.
Podía sentir la soledad.
La frialdad del mundo, con un café y un cigarrillo de por medio.
Las ganas irresistibles de beber y perder la conciencia, para así, olvidar un poco.
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¿Te atreverías a conocerme?
AcakHola, soy Alie, acompáñame en esta aventura en la que me adentro a conocerme a mí misma, a conocer a los demás y a tratar de entender mi vida y las situaciones que se me ponen enfrente, la pérdida de amigos, mi apatía, mis miedos, mis sueños y hacer...