¿Te atreverías a conocerme?

Capitulo 39. Una historia de amor

Contada por.. ¿quién?
Solo era una de las muchas perspectivas que podía tener una historia.
Era como las dos caras de la luna.
Pero... ¿Cómo puedo definir lo que siento, si ni yo lo entiendo?
¿Cómo dejó atrás todas las ilusiones que me creé sola?
Dulce historia de amor, contada... por mi.
En este punto, ya sabía que todo había terminado.
No había cartas, ni palabras bonitas que hicieran que esto volviera.
Porque todo tuvo su momento y su lugar.
Y en este momento, ya era tiempo de pensar adelante.
De pensar en grande.
La dulce historia de amor que tuve con aquel chico de ojos tristes, al menos a mi, me marcó por siempre.
Mostrándome que tanto amor puedo dar.
Y que tanto amor merezco recibir.
Puedo decir que yo sigo viéndolo con ojos de admiración.
Sigo creyendo que llegará lejísimos.
Lo puedo sentir.
Puedo sentir que va a lograr todo lo que se proponga y a pesar de que no puedo hacer más que mirar a lo lejos, en silencio, le pido a la vida que se lo cumpla.
Mi acto de amor más grande por el, es eso, pedirle a la vida que sea gentil con el, que llegue lejos y que nunca nada le haga falta.
Pedírselo en silencio y que se lo cumpla a todo volumen.
Que todos lo sepan.
Que él lo sepa.
Que se mire en el espejo y vea en el todo lo que yo veo.
En el momento en que termina todo.
Ahora me toca pensar en mi.
He estado observándolo, y sé cada una de sus metas, de sus sueños.
Y vuelvo a la misma pregunta.
¿Donde quedó yo?
Y no en su vida, sino... en la mía.
Memorice cada uno de sus gestos al hablar.
Su forma de alzar las cejas y de mirar con esa cara de emoción al hablar de sus sueños.
Su sonrisa. Y su mueca al estar serio.
Memorice su risa.
Memorice su voz.
Memorice el sentimiento de estar con el.
Esos pequeños nervios que me sentaban tan bien.
Esa sensación de emoción.
La felicidad en mi rostro.
El rubor en mis mejillas.
El brillo de mis ojos.
La sensación de dar lo mejor de mi.
Para qué tal vez.. él se enamorase de mi.
Triste historia de amor.
Contada por mi.