Embarazada 2 ~ 1

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Narra Lali:

No sé si para mi suerte o para mi desgracia, llevaba siendo madre soltera un par de años. Era algo complicado, y más siendo madre de gemelos. Pero bueno, me tenía que aguantar, porque no tenía otra alternativa. Tenía dos hijos maravillosos, y de ninguna manera me iba a separar de ellos, por nada del mundo.

Thiago y Allegra habían cumplido dos años hacía un mes. Ya estaban enormes, aunque cada uno tenía su propia personalidad. Mientras que Thiago era un nene muy tranquilo, Allegra no paraba quieta un momento. Era una niña habladora y simpática, mientras que Thiago era completamente diferente. Parecía notar la falta de la figura paterna, a la que solo habían conocido durante poco tiempo, y después la cuál se esfumó y no volvió a dar señales de vida.

Gracias a Dios, por lo menos yo ya estaba a salvo. Podía salir sola a la calle con los nenes, cuando antes ni siquiera podía poner un pie fuera de la casa.

Aunque por otra parte, una pequeña parte, me gustaría volver a estar como antes, porque entonces, él estaba con nosotros. Nos amaba, nos cuidaba y nos protegía. Le había costado mucho aceptar tener y formar una familia, con dos bebés en camino, pero al final lo había conseguido. Y cuando estábamos tan bien... Todo se había ido a la mierda.

Mi vida en la casa para madres solteras se acabaría este diciembre, cuando Thiago y Allegra cumplieran tres años. Y por mucho que había intentado conseguir un trabajo, nadie quería a una mujer sin estudios y con una carga de dos hijos de dos años trabajando. El estado de momento nos mantenía, pero dentro de un tiempo dejaría de hacerlo, y entonces, no se como podríamos salir adelante.

En cuanto a mis amigos... Cande y Mery me visitaban de vez en cuando, pero también había hecho amigas en la residencia. También madres solteras como yo, que me estaban ayudando mucho a salir adelante, y a cuidar a mis pequeños.

— Lali, es hora de comer, pollo asado. Baja cuando vos puedas... — dijo Nati, una de las madres más mayores de la residencia a la que quería un montón. Tenía tres hijos, dos grandes y uno de dos años. Estaba acá por culpa de su ex esposo, un hombre estúpido que la había estado maltratando durante su último embarazo. La policía la trajo hasta acá completamente golpeada, y yo quise ayudarla, porque, todas podríamos haber estado en su situación.

— Gracias Nati, ahora mismo bajo. Guardame un sitio.

Ella sonrió y cerró la puerta de mi cuarto. Miré a los enanos y dije:

— Toca ir a comer ahora, después siguen jugando, ¿sí? Vamos a guardar los juguetes.

Thiago hizo un puchero y Allegra, muy servicial, agarró uno de los juguetes y lo guardó en la bolsa.

— Bien Allegra, dale Thiago, ayudala a tu hermana. Cuanto antes guardemos todos, antes bajaremos a comer.

Thiago asintió con la cabeza y empezó a ayudar a Allegra a guardar los juguetes. Después de terminar, los agarré de las manitas, cruzamos la habitación y después el pasillo hasta llegar a las escaleras. Bajamos y fuimos directos al comedor, donde casi todas ya estaban sentadas a la mesa, comiendo.

— Lali — Franka me agarró de la mano cuando pasé por su mesa. Ella era una de las ayudantes de la sala 2. En la residencia había en total 5 salas, la de embarazadas, la de madres y nenes recién nacidos, la de madres y nenes de 3 meses a 1 año, la de madres y nenes de 1 año a 2 años y la de madres y nenes de 2 a 3 años. Yo ahora mismo estaba en la sala 5, la última sala. Pero también Franka me había ayudado cuando los nenes habían sido más pequeños. Ahora tan solo éramos buenas amigas. Nada más.

— ¿Si?

— Llegó para vos un paquete por la mañana.

— ¿Un paquete? Yo no he pedido nada.

— No sé, yo bajé a firmar por la entrega esta mañana, lo que pasa que como los bebés estaban dormidos no te quise avisar. Pero bueno, después de comer podés ir a recogerlo.

— Bueno, gracias Franka. Después de comer me acerco.

— Anda a comer. Después hablamos y me contás que es.

— Claro — seguí caminando hacia mi mesa, pensando que podía ser ese paquete. Y de quién podía ser.

¿Y si tal vez era de él? ¿Y si Peter por fin se había acordado de los nenes y de mí? ¿Después de tantos años? Era algo que me parecía un poco imposible de creer. Aunque lo deseara con todas mis fuerzas.

— Lali, ¿pasa algo? — me preguntó Nati cuando terminamos de comer, bueno, la gente de la mesa, yo apenas había probado bocado.

La miré y sonreí un poco negando con la cabeza.

— Bueno, estoy pensando en algo. Pero no sé si alguna vez va a ocurrir...

— ¿Por qué?

— He llegado un paquete, para mí. Esta mañana.

— ¿Pensás que es de él?

— Aún me quedan esperanzas Nati, pero no sé si alguna vez ocurrirá.

— No seas negativa, él te dijo que volvería.

— También dijo que daría señales de vida y nunca lo hizo. Y ya pasaron dos Nati... Me pone triste que ellos no disfruten de tener un papá... Al final siempre me pasa algo, yo crecí sin mamá, y ellos van a crecer sin papá.

Embarazada 2 - ¿DÓNDE ESTABAS VOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora