Embarazada 2 ~ 30

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Narra Lali:

Peter se acomodó la corbata y se estiró el traje. Suspiró y me miró:

— ¿Preparada?

Tragué saliva:

— Preparada, pero a la vez nerviosa. Tu viejo se habrá buscado al mejor abogado del mundo, y el nuestro... Es un poco...

— Que no sea el más caro del mundo, ni tampoco el mejor... No quiere decir que ya vayamos a perder el juicio... Es más, vamos con la justicia de nuestro lado. Pero bueno, ya no se cuántos años puede estar en la cárcel mi viejo, pero esperemos que cuántos más mejor...

Asentí con la cabeza y él me abrazó fuerte contra su pecho:

— Tranquila mi amor... Todo va a salir bien, ¿de acuerdo? Volvemos a estar juntos como antes, y ya no hay nada malo que pueda pasarnos.

— Pero igualmente, tengo miedo de que le saquen antes de tiempo, de que se vuelva a meter con nosotros o con los nenes — dije tocándome el pecho algo angustiada —. Ha demostrado ser capaz de todo.

Peter me abrazó aún más fuerte y pasó su mano por mi pelo:

— Sé que ha demostrado ser capaz de todo, pero, ¿qué te podés esperar de un hombre que nunca le ha dado bola a su hijo? Es una completa basura Lali, pero por eso mismo, la justicia esta de nuestro lado, básicamente porque todo en esta vida lo ha hecho mal, todos los testigos van a hablar en su contra. De verdad, tenés que estar tranquila. Solo pensá en que todo va a salir bien... Nada más que eso. Porque si desde un momento empezás a pensar que no tenemos ninguna posibilidad, las cosas van a salir mal. Así que, ambos vamos a pensar en positivo.

Asentí con la cabeza, y de la mano, entramos en la sala del juicio, no sin antes dar al secretario judicial nuestros documentos de identidad. Pensaba en que si los nenes estarían bien con mi viejo... En un principio, iban a quedarse con Eva, pero también la necesitábamos para testificar en contra del papá de Peter, así que al final no pudo quedarse con ellos. Nos sentamos cuando el juez nos lo ordenó en uno de los banquillos, mientras que en el otro se encontraban Juan Lanzani y los dos secuestradores que se habían llevado a nuestros pequeños.

En primer lugar, el juez habló, después los abogados, y después nosotros. Después hicieron pasar a los testigos: Eva, mi hermano Pato, Agustín, Candela y los padres de Peter. Al final todo el mundo sabía lo que había ocurrido durante los meses en los que Peter había estado desaparecido. Aunque, obviamente, Juan también había llevado unos cuantos testigos... Ojalá, esos testigos pudieran ser lo suficientemente justos para que el Juez pudiera valorar a nuestro favor.

Finalmente, tras escuchar todos los testimonios (entre ellos, algunas mentiras de parte de Juan y los otros dos tarados, como por ejemplo, que Peter y yo éramos muy malos padres, o que la mamá de Peter se había acostado con un montón de hombres... Y bueno, realmente Juan no era el padre de Peter, pero al menos su padre de sangre era mucho mejor que ese maldito y viejo Lanzani), el juez nos llamó para dictar sentencia en los próximos días. Junto con todas esas personas a las que queríamos, y las que nos querían de verdad, salimos de los Juzgados. La madre de Peter me abrazó muy fuerte nada más verme.

— Estás igual de linda que siempre... Los he echado mucho de menos a Peter y a vos durante todos estos años... ¿Cómo están los nenes? — me preguntó muy amable. Pese a que la mamá de Peter y yo no habíamos tenido un buen comienzo, habíamos terminado llevándonos muy bien. Había sido como mi mamá todo el tiempo que había estado encerrada en la casa.

— Están muy bien, cuando los veas, no vas a conocerlos. Han crecido un montón...

— Tengo muchísimas ganas de verlos. Espero no tardar mucho... Y bueno, siento mucho todo lo que pasó con Peter, pero ha sido un tiempo duro para los dos, ahora tienen que seguir adelante con todo lo que ha ocurrido. Puede que tarden en olvidarlo, pero de a poco podrán hacerlo... Es igual que lo que me pasó con el papá de Peter, pese a que pasamos muchos años separados... Al final hemos vuelto a estar juntos — Claudia sonrió —. Y ahora estamos muy felices, formando nuestra familia. Ahora ustedes tienen que formar la suya, bueno básicamente la tienen formada, pero necesitan ese pequeño empujón.

Sonreí:

— Ahora mismo estamos preocupados por el tema del juicio, pero cuando todo esto se termine... Todo volverá a ser como antes. Me gustaría volver a la Universidad, al igual que a Peter supongo, además, queremos volver a Buenos Aires...

— Eso me parece muy bien, puedo ayudarles con los nenes, porque supongo que lo necesitan.

— He pasado mucho tiempo con los nenes, completamente sola... Pero también necesito un tiempo para disfrutar de la juventud, y claro, quiero volver a la Universidad y centrarme.

Claudia asiente:

— Lo sé Lali, lo sé. Fui mamá joven también y te entiendo perfectamente, pero vamos, ya sabés que si tengo que hacerme cargo de los nenes, lo haré, básicamente porque necesitas tomarte tu tiempo libre. Peter es una buena persona... Pero mi labor como madre fue muy complicada teniendo a Juan a mi lado. Antes era un poquito mejor, solo un poquito mejor de lo que es ahora. Pero de todas formas, siempre fue un mal padre, cosa que Peter no quiero que sea.

— Peter ha demostrado ser un buen padre desde que volvió de Australia. Lo de Blanca fue un completo error, pero ya lo he olvidado.

Asentí con la cabeza. Y justo de repente, sentí como rodeaban mi espalda dos brazos, miré para atrás y se trataba de Peter:

— Hola mamá...

— Hola Peter — le saludó Claudia riendo.

— Nos íbamos a ir ya, porque además los nenes están con el papá de Lali, y bueno, con todo lo que pasó, no puede estar al 100% como antes.

— Les veré entonces en los próximos días. Llamen cuando sepan algo de la sentencia del juicio, ¿si? — nos dijo Claudia.

— Sí mamá, te llamaremos.

-...-

La sentencia fue a nuestro favor. 30 años de cárcel para cada uno de los secuestradores, y también para el padre de Peter. Nos puso muy felices saberlo... Además, aún teniendo un buen comportamiento dentro de la cárcel, deberían cumplir al menos 25 años. Para entonces, los nenes ya serían grandes, y el padre de Peter ya estaría demasiado viejito como para hacernos daño.

Ahora empezaba un nuevo periodo para nosotros. Aún estábamos a tiempo de apuntarnos al segundo y tercer año universitario respectivamente, y obvio... No íbamos a perder esa oportunidad. Ahora la suerte estaba de nuestro lado, y debíamos aprovecharlo. 

Embarazada 2 - ¿DÓNDE ESTABAS VOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora