Embarazada 2 ~ 15

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Narra Peter:

Sí, estaba realmente celoso en este momento. Mi mejor amigo, con mis hijos. Vale que él les había regalado ropita... Al que también se le había ocurrido la idea de venir a ver a Lali y a los nenes, pero, cuando yo les había visto la noche anterior, tan dormidos, tan tiernos, tan inocentes... Se me vino a la cabeza toda la necesidad que habían pasado sin mí. Yo quería que me quisieran. Que mis hijos me vieran como a una figura paterna y no como a un desconocido.

— No te los estoy robando — Agustín giró la cabeza y me miró con ojos fríos.

— Solo estaba hablando con ellos — dijo Lali —. De forma tierna. Porque te recuerdo, que por tu culpa esta mañana Allegra se puso a llorar. Porque la asustaste.

Ahora yo era el malo. Bueno, en realidad para Lali llevaba siendo el malo desde que se había enterado de todo el temita de Blanca. Había pasado de ser el príncipe azul a ser el dragón o el brujo que quería destruir a todos, que quería hacer daño incluso a mis hijos. No sabía ya ni como hacer para estar un poco bien con ella. Para al menos criar a nuestros hijos juntos, aunque nosotros estuviéramos por separado, cada uno haciendo su vida, como hacían gran parte de los padres divorciados. Pero ella tampoco quería eso, quería que sus hijos fueran suyos únicamente.

— Lali, que sepas que yo en ningún momento le hice nada a Allegra para asustarla. No soy ningún monstruo, y mucho menos con mi hija, no sé que te pensás — la respondí de forma malhumorada. Después suspiré, agarré mi billetera y salí de la cocina, muy enojado.

Volví al cuarto donde había dormido, agarré mi celular y salí fuera de la casa. La calle se veía desierta aún a esta hora de la mañana, cuando las calles de Buenos Aires estaban plagadas de turistas, business man, mujeres de compras y otro tanto de gente de distintos grupos.

Busqué en mi celular el número de Blanca y la llamé. No solo porque esta llamada me fuera a sentar bien, sino que también, la debía una llamada, la de que todo en el viaje había salido bien. Después llamaría a la compañía telefónica para ver cuanto me cobraban por la llamada, y para ver si había tarifas para llamar a personas que se encontraban en otros países de forma más económica.

Mi nueva novia, esa que no me presionaba y me trataba como al malo de la película, atendió la llamada rápidamente. Al oír su dulce y ansiosa voz, sonreí, dejando de pensar en lo que podía estar pasando dentro. Lali y Agus, jugando con MIS hijos, Agus haciendo de su papá... ¡Oh no! ¡Eso sí que me ponía enfermo y me volvía loco!

— ¡Amor! — me gritó Blanca para que dejara a un lado durante un rato el mal pensamiento —. ¿Cómo estás? ¿Cómo llegaste al destino?

— Muy bien reina. Llegamos ayer a la tarde. Ahora mismo estamos disfrutando en el pequeño pueblecito, así todo muy campestre, de un viejo amigo de la universidad — mentí.

— ¡Oh! — exclamó ella —. Me alegro mucho. Acá las cosas también andan bien. Estoy terminando de realizar unos trabajos para el nuevo puesto en una empresa allá en España. Creo que me elegirán, soy la mejor que aparece en las listas, con años de experiencia, dos idiomas perfectamente hablados...

— Me alegro mucho por vos, espero que resultes elegida. Así lo tendremos mucho más fácil para empezar.

— Claro... Por cierto, ayer hablé con mi papá, sobre ti. Me dijo que cuando llaguemos a España el te puede preparar para una oposición, una especie de examen para poder trabajar en el Estado, como funcionario. Cobran más y tienen un salario fijo, ¿entendés?

— ¡Sí! — exclamé —. Eso está muy bien.

— Otra opción sería terminar la carrera. Pero mientras trabajas, podés estudiar a la vez con la UNED, la Universidad de Educación a Distancia. Sirve para estudiar en casa.

Embarazada 2 - ¿DÓNDE ESTABAS VOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora