Embarazada 2 ~ 26

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Narra Lali:

La policía llegó pronto a recogerme a casa y me llevó hasta Buenos Aires. Me dejaron en la puerta de la comisaría, y allí una mujer policía me recogió en la puerta. Ella me acompañaría hasta la sala dónde estaba mi pequeña. Dios mío... ¿Estaría bien? ¿La habrían dado de comer durante todas esas semanas? Ojalá... Solo quería que se encontrara en un buen estado de salud. Era muy pequeña como para saber dónde había estado, pero tal vez ella sabía si su hermano y su papá estaban bien.

Recorrimos un estrecho pasillo y entramos entonces a una sala. Un par de policías y una pareja rodeaban a la pequeña Allegra. Entre rápidamente, sin pensarlo, sin pedir ningún tipo de pequeña:

— ¡Mami! — gritó al verme.

Aparté a la gente y alcé a mi pequeña. La besé por todos lados. Dios mío, olía raro... No olía como solía a oler. Pero estaba bien, la revisé las muñecas y los bracitos, no tenía ninguna herida. Dios mío... Estaba bien, un poco más delgada... Pero estaba bien y era lo que me importaba.

— Mi vida... Cariño mío, ¡cómo te he echado de menos!

— ¡Mami! — exclamó ella de vuelta.

— Te amo... Te extrañé Allegra.

— Señorita Espósito — dijo uno de los policías —. Un médico va a venir a revisarla ahora, pero usted puede acompañarla. Le hemos preguntado, pero tiene dos años. Habla más bien poco.

— Lo sé... Siento que no hable demasiado — me mordí el labio abrazando a Allegra contra mi pecho.

— Lo que sí ha ocurrido, es que cuando la hemos preguntado por su padre y por su hermano, ha hacho un puchero y se ha puesto a llorar. Ahora mismo la policía está investigando en la finca donde el matrimonio Fernández — señaló a la pareja que había a mi lado —, encontró a Allegra. Así que esperamos encontrarles pronto, y sanos y salvos, igual que a esta pequeña tan hermosa.

— Una señora quería que la adoptáramos, pero como las cosas nos estaban resultando tan raras — dijo el hombre —, en cuanto recogimos a la nena, vinimos con ella a la comisaría de Buenos Aires, en seguida se dieron cuenta de que esta era la nena que usted había perdido.

Tragué saliva:

— Disculpen, pero no la había perdido. Me la han sacado, esa mujer me ha sacado a mi hija sin pedirme permiso. Tiene dos años, no es más que un bebé — dije mientras la hacía mimos a Allegra.

— Perdone... — dijo la mujer.

— ¿Cómo que la iban a adoptar?

— Saben que es muy difícil adoptar en el país, esta mujer, Paula, es asistenta social. Nos dijo que con rapidez nos podía dar a una nena para adoptar, y eso hizo. En poco menos de un mes íbamos a tenerla en casa. Según nos había dicho, la madre no quería a la nena, era demasiado joven y no tenía recursos de ningún tipo para mantenerla.

— Soy madre soltera, pero en ningún momento daría a mi hija en adopción para que unas personas que no fueran sus padres la cuidaran.

— La entiendo perfectamente — dijo la mujer —. Sentimos mucho todo lo ocurrido.

Madre mía. Si no hubiera sido por este matrimonio, no hubiera vuelto a ver a mi hija. Se la hubieran llevado lejos de mí por una simple confusión. Cuando viera a esa Paula, la iba a arrancar todos los pelos de golpe. No se pueden tomar las pertenencias de otros, y mucho menos robar nenes menores que aún necesitan de sus padres. Era una maldad.

— Solo tengo para agradecerlos. Gracias por haber venido a avisar a la policía.

— De nada. Si no lo hubiéramos hecho, también nos hubieran detenido — dijo el hombre.

El policía tomó la palabra:

— Ahora mismo, va a venir el médico, como bien la he dicho, señorita Espósito. Mientras vamos a llevarnos al matrimonio Fernández para que nos indique dónde se encuentra la finca donde estaba Paula y Allegra. Vamos a recorrer de arriba abajo todo, para ver si hay alguna pista sobre el paradero de Peter y de su hijo Thiago.

— De acuerdo, muchas gracias — dije.

— De nada, es nuestro deber como policías hacer todo esto. Y el matrimonio ha cumplido muy bien con su deber como ciudadanos.

— De verdad, me encantaría regalarles algo, darles alguna recompensa, pero mucho dinero no tengo...

— No se preocupe señorita Espósito, eso es lo de menos. La hemos devuelto a su hija, y además, hemos descubierto a una delincuente de Buenos Aires, así que hemos hecho una buena labor por el país — dice el señor Fernández satisfecho.

— Gracias de nuevo — dije sonriendo.

— De nada — responde la mujer.

— Ahora sí, señores Fernández, tenemos que irnos.

Abracé a Allegra con fuerza. Mi niña, volvía a estar conmigo, sana y salva. Por una parte estaba feliz, aunque seguía preocupada, por Peter y Thiago. ¿Estarían ellos igual de bien que Allegra?

Y otra pregunta que rondaba en mi cabeza... ¿Quién mierda era esa Paula? Seguro que no tenía nada que ver con Peter... Así que él no había hecho nada mal. Solo se había dedicado a defender a sus hijos de las malas personas que había sueltas por el mundo. Pobrecito... Habíamos vivido cosas muy duras, y tal vez eso nos había afectado a ambos. Pero Peter no tenía un corazón malo... Y en cuanto volviera a verlo, tenía que perdonarle de verdad, esta vez de puro corazón.

-...-

Narrador:

La policía manejó el auto, hasta la finca en mitad del campo de Paula, mientras el matrimonio Fernández daba las indicaciones desde el asiento de atrás.

Se bajaron en la puerta, mientras que los dos señores salvadores de Allegra permanecieron en el auto. La policía tocó al timbre de la casa, y aunque la tarada y malvada Paula tardó un buen rato en abrir la puerta de su casa, finalmente, este hecho se produjo. Rápidamente, el policía sacó las esposas, y sin ni siquiera avisar, esposaron a la secuestradora de la hija de Peter Lanzani y Lali Espósito.

— ¡¿Qué mierda se creen que están haciendo?! — gritó ella a la policía de muy malas maneras.

— Detenerla. Sos la principal sospechosa, por no decir culpable, ya que aún ningún juez te ha juzgado, del caso del secuestro de una menor de dos años, y también posiblemente de su hermano y de su padre — dijo uno de los policías.

— ¡Mentira! — exclamó —. ¡Yo no he hecho nada!

— Ahora deberá hablar todo esto con su abogado, la opinión ya la tiene el juez. 

Embarazada 2 - ¿DÓNDE ESTABAS VOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora