Embarazada 2 ~ 27

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Narrador:

Gracias a un psicólogo criminalista, Paula consiguió hablar de todo lo que había ocurrido. Habían secuestrado a Allegra y Thiago Espósito Lanzani por orden de Juan Lanzani, su abuelo "no biológico". Les había dado una buena cantidad de plata a cambio. Lo único que quería ese viejo Juan, era hacer sufrir, a su hijo, y también a la madre de sus "nietos": Lali Espósito. Pero la policía era mucho más inteligente, y aunque habían tardado casi 3 años en resolver todo esto, finalmente, todo estaba a salvo. Juan Lanzani localizado, y Peter y Thiago libres de peligro.

La policía los liberó un día después de que Allegra hubiera sido entregada a la policía gracias al matrimonio Fernández. Ambos no estaban en muy buen estado de salud, por lo que fueron rápidamente internados en el hospital.

Allegra no tenía nada. Por lo que Lali y ella fueron al hospital a ver a Peter y a Thiago en cuanto pudieron.

-...-

Narra Lali:

Me sentía muy nerviosa, pero por otro lado, me moría de ganas por ver a Thiago y a Peter. Por ver a mi pequeño... Y también por ver al que pensaba que seguía siendo el amor de mi vida.

Allegra agarró el pequeño osito de peluche que le íbamos a regalar a Thiago y yo agarré la caja de bombones de chocolate para Peter. Ambas entramos en la habitación 357 del Hospital. Allí estarían ellos dos, descansando y tomando fuerzas para recuperarse de un buen tiempo de encierro. Sin luz, sin apenas comida... Pero bueno, al menos según el médico que les había revisado desde el principio, su vida no corría peligro. Y eso era lo importante.

Tomé aire y entré en la habitación con Allegra en los brazos.

— ¡Hola! — saludé —. ¿Cómo se encuentran?

Thiago me miró y sonrió:

— ¡Mami!

— Hola mi amor... — rápidamente, me dirigí a él y le dí un beso en la sien. Dios, lo había echado tanto de menos... En realidad los había echado tanto de menos a los dos. Que estuvieran siempre tan pegados a mí, había hecho que los tres creáramos un vínculo irrompible. Por nada del mundo, ni nada ni nadie nunca nos separaría.

— Thiago — su hermana le dio el osito de peluche. Él lo agarró y lo abrazó rápidamente. me di la vuelta y entonces, en la cama grande estaba Peter.

Ahora venía el momento de la charla con Peter, porque... Lo había echado mucho de menos. Me había dado cuenta de que era el señalado, y que todo el mundo se merecía otra oportunidad. Aunque ya le hubiera dado varias, sabía que era capaz de dar la vida por sus hijos. Él me quería, y tenía que perdonarlo.

Lo nuestro había sido una linda historia de amor, aunque también algo complicada. Habíamos empezado mal, me había dejado embarazada en mi primera vez, en nuestra primera noche... Después nos habíamos llevado bastante mal porque el no estaba preparado para ser padre, pero con el tiempo nos fuimos entendiendo. Después, volvimos a separarnos por personas de mierda, pero volvimos a arreglarnos. Permanecimos juntos cuando mi viejo nos amenazaba continuamente. Esa época... Tan mala por una parte pero tan linda por la otra. Después, tuvimos que separarnos de vuelta por obligación... Él me engañó con Blanca, sin saber ella la verdad sobre lo que estaba pasando... Pero después, me le sacaron otra vez de mi lado, junto con mis hijos, y entonces fue cuando comprendí lo mucho que lo necesitaba.

— Hola... — dijo él.

— ¿Cómo te sentís? — me senté en el borde de su cama y le agarré de la mano. Él apretó la mía con fuerza.

— Cansado y desganado...

— Es entendible.

— Pero poco a poco... El campeón y yo nos recuperaremos, ahora tenemos los mimos de mamá y de la hermana...

— ¿Has estado con él?

— Todo el rato. A Allegra me la sacaron en cuanto llegue, cuando desperté de la anestesia... O lo que fuera esa mierda, ya no estaba. Solo estaba él... Por eso tuve la obligación de cuidarlo y de protegerlo frente a todo.

Sonreí:

— Gracias por haberle cuidado.

— Es mi deber como padre, Lali.

— Pero bueno, igual es bueno que te vayas acostumbrando a estar con él. Bueno, eso si no te vas a España.

Y justo en ese momento, se escuchó un ruido. La puerta se había abierto. Peter miró rápidamente y se sorprendió. Yo me di la vuelta... ¿Quién era?

-...-

Narra Peter:

— ¿Qué hacés acá?

Blanca estaba vestida de manera informal, con un jeans ajustado y suéter de color rosa palo suelto. Estaba distinta, y no parecía enojada.

— Lali, soy Blanca. He visto el noticiero y bueno, en cuanto me he enterado he venido al hospital, casi no me dejan entrar, pero bueno, se lo expliqué todo a los policías y finalmente pude.

— ¿Por qué...? — pero Blanca me interrumpió.

— Lali fue más sincera que vos, ella me contó todo.

Miré a Lali: ¡¿La había contado todo a Blanca?! Oh Dios... ¡No!

— Lali, ¿me podés dejar un momento a solas con él? Solo es robártelo para decirle las cosas que yo siento. Te lo he robado demasiado, pero esto se va a terminar acá.

Lali asintió con la cabeza:

— Sí claro — ella salió con Allegra en los brazos rápidamente.

Ups... Thiago iba a escuchar todo esto. Menos mal que era un nene. Porque sino... Iba a quedar como un auténtico perdedor delante de él.

Miré a Blanca:

— Adelante.

— Voy a ser breve. Me parece imposible que hayas hecho todo esto. Lali es una persona maravillosa y yo acá estoy demás. Vale oro, así que lo mejor será que yo me borre y que no pares hasta conseguirla. Porque de verdad, merece la pena que te mates por ella Peter... Así que si de verdad la amas, querés estar con tus hijos, que son hermosos. Olvídame. Ella está antes que yo, al igual que tus hijos — Blanca era firme en sus palabras. Y tenía muchísima razón...

Lali y yo habíamos pasado por muchas cosas. Pero realmente, me sentía demasiado solo en Australia. Me acordaba mucho de ella y de los nenes, y bueno, encontré a Blanca. Era una buena persona. Pero no la amaba como amaba a Lali.

— Cortamos acá — dije yo.

— Exacto, me tienes de amiga a partir de ahora. Cualquier cosa que necesites, llámame, tienes mi número. Yo regreso a España en unos días, mi vida en Australia ya ha terminado. Cuida mucho a los dos nenes tan bonitos que tienes, y también cuidala mucho a Lali.

— Gracias, cuidate.

— Adiós... — entonces Blanca le dio un beso a Thiago en la sien, el cuál estaba un poco perdido por toda la situación que estaba ocurriendo frente a sus hijos y a mí me dio un beso en el cachete. Salió de la habitación del hospital de forma firme, sin derrumbarse... Pero bueno, eso también era algo bueno, una ruptura en la que las cosas se habían dejado muy claras.

Y ahora solo me faltaba... Arreglar las cosas con Lali.

Embarazada 2 - ¿DÓNDE ESTABAS VOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora