Embarazada 2 ~ 23

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Narra Blanca:

Revisé el correo electrónico a última hora del día, justo antes de irme a dormir. Me senté de mala forma en la silla del estudio del departamento dónde vivía y encendí la computadora. Entre después en mi correo y vi un correo de Peter.

¡Por fin! ¡Peter!

Llevaba muchos días sin saber de él. Por un momento, pensé que estaría de joda con sus amigos de Argentina, a los cuáles llevaba bastantes años sin ver, y bueno, lo mejor no era agobiarle, sino dejar que se divirtiera. Pero al final, me terminé preocupando. No respondía los mensajes del texto, ni los whatsapps, ni a las llamadas, ni siquiera al correo. Por eso, cuando vi su correo, una sonrisa apareció rápidamente en mi rostro. Con un click entre en su correo y empecé a leerlo... Pero desgraciadamente, no era él.

"Blanca, soy la ex novia de Peter. Sé que va a ser complicado enterarte de esto, pero también tenés derecho a saberlo. Peter desapareció junto con nuestros hijos, hace ya tres días. Y desde entonces, no ha dado ni una sola señal de vida. Si necesitas cualquier cosa, estás invitada a mi casita en un pueblo de Argentina. Así también podés colaborar en la búsqueda de Peter y de nuestros hijos: Allegra y Thiago".

"Muchas gracias y un saludo: Lali Espósito".

Una lágrima empezó a caer por mi mejilla: ¿ex novia? Y eso no era lo peor... ¿Hijos? Y había desaparecido...

¡¿EN QUÉ MIERDA DE MENTIRA ME HABÍA METIDO?!

Y no era una broma... Porque llevaba 3 días sin dar ninguna señal de vida. Nada. Esa chica no podía estar gastando una broma de ese tipo, porque podía ser muy dolorosa. Tal vez, Peter la había contado de mi existencia, y tan solo había pensado en avisarme. ¡Dios mío! No sabía realmente como tomarme esa noticia... No sabía como poder ayudarla. Tan solo me preguntaba, una y otra vez, ¿por qué me había puesto de novia con ese monstruo?

Me mordí el labio fuerte, incluso haciéndome daño y agarré mi celular con fuerza. Muy enojada, di a responder el correo. Estaba enojadísima... Es más, estaba furiosa, fuera de mí misma... Quería golpear la pantalla de la computadora y romperla en mil pedazos.

¡Me había engañado! ¡Sin más!

Suspiré antes de poder responder al correo. La chica que estaba al otro lado de ese correo no tenía la culpa de que aquella mierda de Peter Lanzani se hubiera acostado con ella.

Tragué saliva, puse los ojos en blanco y comencé a escribir el mensaje para esa Lali. Para la ex-novia de mi novio, del novio más mentiroso del mundo:

"Hola. Realmente, acabo de saber que Juan Pedro tenía hijos, y también que había desaparecido. Sospechaba que albo no iba bien porque no me respondía a los mensajes de texto y tampoco a las llamadas. No quise agobiarle, pero tampoco tenía otra forma de comunicarme, solo le conozco a él. Y ahora entiendo porque me ha ocultado tantas cosas durante todo el tiempo que llevamos juntos".

"Si necesitas ayuda, puedo ir a Buenos Aires. De verdad, contigo no tengo nada. No tienes la culpa de lo que haya podido hacer esa mierda que se hace llamar ser humano. Te mando mi número de teléfono para que podamos comunicarnos de forma más habitual, pues no miro el correo constantemente".

"Un saludo, y mucha fuerza. Realmente... Siento más lo de esos nenes que lo de Peter".

-...-

Narra Lali:

Alguien llamó a la puerta. No tenía ganas de ver a nadie, pero podía ser la policía, y en ese caso, si que tenía que atender. Simplemente, sin ni siquiera preguntar quién era, abrí la puerta. Afuera estaba Santiago, con un ramo de rosas blancas enormes y con una sonrisa de apoyo:

— Hola — me saludó con un beso en el cachete.

— Hola — le respondí con voz triste.

— Vengo a hacerte compañía. El enano está con un amigo del colegio y bueno... Quería estar con vos...

— Pasa — dije tragando saliva y apartándome de la puerta con la cabeza baja.

Él pasó y yo cerré la puerta rápidamente:

— ¿Querés tomar algo? — le pregunté.

— No gracias — le suspiró —, debía haber traído yo café o té de mi casa. Fui un maleducado.

Negué con la cabeza:

— No Santiago. Estoy mal no más, sabés ya todo lo que pasó — y sí, lo sabía. Nada más enterarse prácticamente todo el pueblo de lo que había pasado, apareció en mi casa y me apoyó desde el primer momento. Estaba ayudando a la policía con la búsqueda incluso, y para mí era un auténtico ángel. No podía culparle de nada porque conmigo era re bueno y tenía muchísimo que agradecerle.

— Sí Lali, claro que lo sé. Lo sé muy bien. Pero no te comas la cabeza con eso. La policía está haciendo todo lo posible para poder ayudarte... Para poder encontrarlos.

— Solo me pregunto si los nenes estarán bien, si estarán con Peter y si él los está protegiendo.

Santiago me abrazó fuerte:

— Claro que sí. Claro que estarán con Peter, y aunque él estuvo un tiempo desaparecido... Él está ahora mismo protegiéndolos como un buen padre.

Lo miré a los ojos:

— ¿De verdad?

— De verdad Lali — él asintió con la cabeza, me agarró de la mano y me obligó a sentarme en el sillón grande. Después, él se sentó al lado —. Tenés que estar tranquila, de verdad.

Suspiré:

— Creo que quedándome en casa no hago lo suficiente.

— Si la policía opina que lo mejor es que estés en casa, será por algo.

— Sí...

Santi despejó mi cara colocándome un mechón de pelo por detrás de la oreja:

— Además, me tenés a mí. Tenés todo mi apoyo.

— Lo sé.

Él acercó su cara a la mía y me miró de cerca:

— Debo decirte que hasta con esa carita triste, sos hermosa.

No, está vez no. No tenía ningunas ganas de juguetear. Lo miré seria:

— Santiago, yo... No sé. Entiendo que a lo mejor, podés sentir algo por mí, pero yo...

— Podemos intentarlo — dijo él.

Negué con la cabeza:

— Es que no puedo — una lágrima cayó por mi mejilla —. Acabo de perder a mis hijos.

Y justo, cuando él estaba a punto de hablar... Un sonido en mi celular interrumpió la posible escena que iba a ocurrir a continuación.

-...-

(Subiré el capítulo 24 a partir de los 110 del capítulo 23).

Embarazada 2 - ¿DÓNDE ESTABAS VOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora