( Nueve meses antes de NEÓN )
Alprincipio la convivencia en el piso 244 del gigantesco rascacielos de combates,el Coliseo del Cielo, transcurrió de acuerdo a lo pautado.
Durante casi todo el primer mes Chrollo e Hisoka apenas se cruzaron, salvo en contadas ocasiones. Generalmente en la cocina, cuando Chrollo llevaba los platos y cubiertos a lavar, ya que rigurosamente comía en su habitación. Hisoka incluso le compró un pequeño refrigerador que entraba justo debajo del escritorio y un televisor de pantalla led de 32 pulgadas, que ubicaron sobre esa misma mesa, para facilitarle su deseo de aislamiento y privacidad. También acordaron horarios para el uso de los espacios comunes como la lavandería o el gimnasio.
Con el transcurso de las semanas, fue inevitable que tanto uno como otro tuvieran pequeños movimientos de acercamiento, de apariencia deliberadamente casual. Ya sea por una pregunta acerca del detergente para la ropa o sobre algún otro tema trivial, de a poco fueron alterando los rigurosos horarios. Una noche, después de cenar, ambos estaban frente a sus respectivos televisores viendo el mismo combate que se transmitía en directo; Hisoka en la sala de estar y Chrollo en su habitación. La puerta abierta del cuarto de Chrollo permitía a cada uno escuchar el sonido del televisor del otro. Fue Hisoka quien se animó a dar el primer paso y se acercó, cerveza en mano, para invitar a Chrollo a ver la pelea en la sala. Al principio Chrollo se negó, pero finalmente accedió. Sentados cada uno en el extremo más distante del sillón de tres cuerpos, ambos disfrutaron del primer evento que compartieron juntos, se rieron y criticaron cada mínimo defecto de los luchadores. Habían pasado veinte días desde la llegada del jefe de la Araña.
Diez días después Hisoka hizo otro movimiento audaz. Regresó del bar cerca de la medianoche, con un pequeño envoltorio de papel en la mano. Chrollo había terminado de cenar en su cuarto y se había pasado al living para ver una película de acción en la pantalla grande y con equipo de sonido. Hisoka le ofreció café, a lo que Chrollo accedió sin prestarle demasiada atención, absorto en la película y hundido en los mullidos almohadones de cuero negro. Junto a su taza Hisoka apoyó también un plato con una generosa porción de pastel de chocolate. Sin decir nada, se sentó en el extremo opuesto del sillón y comenzó a tomar su café, sin mirar a Chrollo. Éste dudó un momento, pero su gusto por el chocolate fue mayor que su orgullo y finalmente hundió el tenedor en el pastel, que cedió suave y cremoso a la presión. Hisoka rio de buena gana al escuchar las exclamaciones de placer de su compañero de piso. Le comentó que él mismo lo había probado cuando visitó un bar que había abierto recientemente, el Blue Ciel, y que le gustó tanto que no dudó en traerle una porción.
Chrollo se quedó mudo; el gesto amable de Hisoka lo tomó por sorpresa. Agradeció la oscuridad del living, apenas matizada por las luces bajas de las lámparas de pie y el resplandor del televisor, que ocultó su cara sonrojada. Hisoka le comentó que el "Blue Ciel" era distinto a los demás bares del Coliseo, ruidosos y concurridos, y que estaba seguro de que su atmósfera tranquila y agradable serían de su agrado. Le entregó una tarjeta del bar y se puso a mirar la película, dando por terminado el tema. Chrollo tomó la tarjeta y la guardó tras murmurar un "gracias". Continuó mirando la película en absoluto silencio.
Unos días después del pastel de chocolate, Hisoka lo invitó a compartir la cena que había preparado, aduciendo que había hecho demasiado para uno solo. El irresistible aroma de la carne asada hizo que a Chrollo se le hiciera agua la boca, harto de pizzas, sándwiches y hamburguesas. Luego de una serie de protestas de rigor, finalmente accedió. Muy a su pesar tuvo que admitir que Hisoka era un excelente cocinero.
Con el correr de los días, la actitud hostil de Chrollo desapareció casi por completo, no así su tono sombrío y distante. De temperamento tranquilo y reservado, así como adoraba quedarse horas leyendo en su cuarto o en su balcón privado, con suma facilidad podía estallar en arranques de ira, sobre todo cuando Hisoka lo invadía más de la cuenta, lo que provocaba que Chrollo se encerrase en su habitación tras un portazo.
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Ojos de Hielo y Fuego || Hisokuro
FanfictionChrollo, aislado y sin Nen, acepta mudarse al piso de Hisoka en el Coliseo del Cielo. Dos años después del ataque a la Subasta en Yorkshin City, Chrollo continúa bajo la restricción de Kurapika. y está en peligro. Hisoka, ya consagrado Maestro de...