16 - REGRESO - parte 5

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El sol fuerte de la tarde entraba por el amplio ventanal del living. A Chrollo le gustaba especialmente esa parte del día¸ cuando la claridad iluminaba la cocina con colores cálidos y vibrantes. La pared roja que estaba frente a él, la del lavabo, de pronto le dio una desagradable impresión. Sin saber por qué, Chrollo pensó en sangre.

―Esas fueron las condiciones de Kurapika y estas son las mías —dijo Hisoka; sonrió y le entregó la hoja plegada y el bolígrafo—. Quizás te interese saber que lo decidí hace un par de días nomás.

Chrollo lo miró con recelo, sin comprender su tono y actitud. Tomó la hoja y la abrió. Apenas la leyó se levantó de golpe, con tanta brusquedad que la silla cayó hacia atrás.

—¡Estás loco!... Es broma, ¿no? Porque no es gracioso, ¡para nada!

Hisoka se agachó para recoger el bolígrafo que había rodado al piso. Luego se levantó y tomó el papel.

—Ninguna broma —dijo; una leve sonrisa se dibujó en su rostro—. ¿No ves el membrete? Es un formulario oficial. Yo ya firmé —dijo mientras sostenía el papel delante de Chrollo.

—Ya sé qué es oficial, pero ¿para qué carajos...? —preguntó, su voz sonó tensa, mezcla de miedo, sorpresa y enojo. Retrocedió un paso mientras Hisoka avanzaba, papel en mano— ¿Es otra de tus bromas? Era mentira lo del kurta, ¿no? ¡Sacá eso! —golpeó la mano que sostenía el papel frente a sus ojos; la hoja cayó al piso.

—¡Cuidado! Lo vas a romper... —se rio Hisoka mientras levantaba el papel—. Es en serio, ¿ves? Acá dice —señaló con el dedo— "Contrincantes: Hisoka Morow – Chrollo Lucilfer..."

—¡Ya sé lo que dice! —exclamó Chrollo, irritado—, lo que digo es... ¿qué tiene que ver...? Una pelea, ¿por qué? ¡Y encima pusiste mi nombre! —retrocedió otros pasos hacia el living; meneaba la cabeza, aturdido.

Hisoka sonrió y avanzó a su vez. Su tono, antes frío y tenso, tenía ahora cierto matiz burlón y desdeñoso. Sus ojos brillaban con placentera malevolencia.

—Era necesario poner tu nombre, sino no tiene validez. ¿Viste la fecha? Estaremos en el Combate Olímpico, el más importante; y en la arena principal del Coliseo, allá en la punta. Nuestra pelea será la atracción inicial, antes de que luchen los Maestros de Piso. ¡Fue una suerte que nos incluyeran! —sonrió orgulloso.

Chrollo lo miró incrédulo. No podía parar de temblar.

—¿Una suerte...? ¡Estás hablando de un maldito combate a muerte!

—¡Sí! ¿No es genial? Igual, tranquilo, es para dentro de tres meses. Si contamos un mes para el cumpleaños de Neón, nos quedan...

—¡Callate! —gritó Chrollo— Callate... Basta. No es gracioso, en serio. Si lo que querías era castigarme por lo que pasó...

—Sí —afirmó Hisoka, con voz firme. Chrollo lo miró atónito—. Sí, es para castigarte, pero también es mi sueño. Así todos cumplimos nuestros sueños: vos, Kurapika, yo...

—No, no. Es una broma. Me niego a creer eso. No.

Chrollo meneó la cabeza, retrocedió otros pasos, hasta que chocó de espaldas con el respaldo del sofá. Se apoyó contra él y respiró profundo. Hisoka se quedó parado delante, papel en mano. Chrollo ni lo miró; temblaba tanto que no podía ni pensar.

—También fue fácil arreglarla, y eso que fue a último momento. Cuando hay mucha plata en juego, todo se arregla —sonrió con cierto orgullo en la mirada—. Hubieras visto las caras del Comité Organizador cuando les propuse la idea. El campeón más popular contra el infame jefe del Gen'ei Ryodan. ¡Imaginate su sorpresa cuando les dije que no estabas muerto!

Ojos de Hielo y Fuego || HisokuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora