No era la primera vez que rezaba porque la tierra pudiese hacer un gran agujero donde poder esconderme del resto de la humanidad; sin embargo, nunca había sido Seunghee parte de ellos.
No había podido verla cuando nos atrapó con las manos en la masa –nunca mejor dicho –sin embargo, su voz había sido suficiente para sentir su sorpresa. En el momento en que la puerta sonó como un portazo y sus pasos ligeros la llevaron hacia la cocina, intenté apartarme de Mingyu colocando mis manos sobre sus hombros.
―Olvídalo, ella ya se enteró, ¿por qué parar de todos modos? ―gruñó contra mis labios antes de morder mi labio inferior. Sus ojos estaban completamente cerrados y fruncía su entrecejo como si estuviese muy concentrado o algo le causara dolor, lo que posiblemente fuesen ambas.
―M-Mingyu, pa-para. ―Un siseo se escapó de su boca cuando intenté moverme bajo su cuerpo para poner distancia entre nuestros cuerpos, logrando para mi mala suerte lo contrario. ―Espera. ―Con un fuerte empujón a sus hombros logré escabullirme y lanzarlo a mi lado sobre el colchón.
De un momento a otro olvidé su presencia en la habitación, mi respiración estaba agitada y mis pies no podían detenerse de dar vueltas en círculos en el poco espacio libre que quedaba en el cuarto. Tapaba mis labios con mis dedos, mis manos temblaban, al igual que el resto de mi cuerpo.
―Wonwoo, cálmate. ―La voz de Mingyu sonó como un murmullo de fondo casi ininteligible. ¿Qué estaría pensando Seunghee de mí en esos momentos? ¿Se avergonzaría? ¿Estaría enfadada? Joder, de entre todas las personas del mundo no podía elegir a otra que a su cuñado. La mano de él rodeó mi muñeca en un intento de detenerme. ― ¿Por qué estás reaccionando como si estuviese prohibido lo que pasó?
― ¿Por qué? Mingyu, tú eres... Mierda, tú eres el cuñado de mi hermana. ¿Quiénes somos? ¿Pasión de Gavilanes? Me pido a Franco, así que no te queda otra que ser Sarita. ―Las palabras salían a toda velocidad de mi boca, haciéndome quedar aún más tonto. Mingyu soltó una carcajada y, con un tirón de su agarre, consiguió que me sentara en la cama. Sus dedos trazaban figuras abstractas a lo largo de mi rostro mientras que dejaba pequeños besos por mi mejilla.
―Pequeño idiota... Si acabábamos de decidir que queríamos vivir juntos, ¿eso no la haría sospechar? Apuesto lo que sea que ya creía que teníamos algo raro.
―Eso no es lo mismo que pillarnos... así. ―Mi labio inferior sobresalía, sabía que debía de verme como un niño pequeño, un desastroso niño pequeño.
―Me encanta cuando actúas tan lindo. ―susurró antes de dejar otro beso más. ―Vamos, péinate un poco y vamos a cenar. ―Intenté esconderme en mí mismo, hacerme más pequeño hundiéndome en mis propios hombros.
―No voy a salir, dile a Seunghee que me encuentro mal, cuando se duerma iré a por algo de cenar.
―Eres tan, tan infantil. ―respondió alargando las vocales; sin embargo, no siguió intentando convencerme y, ya en su silla, hizo su camino hasta la cocina. Aposta o no, dejó la puerta de la habitación abierta, por lo que pude escuchar perfectamente su conversación con mi hermana.
―Oh, Mingyu... ―No necesitaba estar ahí para saber que estaba incómoda. ― ¿Dónde está Wonwoo? ¿No va a cenar?
―No. ―Por el contrario a Seunghee, la voz de Mingyu sonaba jovial y divertida como si fuese gracioso lo que estaba ocurriendo. ―Me pidió que te dijera que se encuentra mal o algo así, pero como habrás comprobado tú misma, está perfectamente. Simplemente está demasiado avergonzado como para poder venir y mirarte a los ojos después de pillarnos... ―Silencio, podía escuchar alto y claro como mi corazón latía contra mi pecho. ―Como nos pillaste. ―Su risa casi me obliga a correr hasta él y darle un par de golpes en su cara.
― ¿Crees que esté bien ir a hablar con él? ― ¿Desde cuándo Seunghee, la persona que más me conocía en el mundo, debía de preguntarle qué hacer a Mingyu?
―Si no se ha lanzado por la ventana ya, ¿por qué no? Si no lo haces te evitará toda su vida. ―Touché. Por mucho que lo odiara, no había una respuesta más perfecta a su pregunta; sin embargo, debería de haberle aconsejado que no lo hiciera, que lo dejara pasar, que el tiempo haría su trabajo o quizá simplemente explicar que aquello había sido un desliz que no volvería a ocurrir y que no había ninguna conversación que entablar al respecto. Le estábamos dando más importancia que la que tenía, simplemente éramos dos jóvenes con medio corazón que habían decidido unirlo en un momento determinado, de hecho, ni siquiera había sentimientos de por medio ¿o sí? Lo que fuera.
Antes de poder terminar mi propio monólogo, la sonrisa traviesa de Seunghee estaba frente a mis ojos.
― ¿Podemos hablar un momento?
―No es lo que tú piensas.
―Oh, claro que sí. ―Se escuchó a un lejano Mingyu mientras que masticaba su cena.
―Es mejor que te calles. ―grité. No necesité decir para quién iba mi mensaje, pues estaba más que claro y Mingyu se carcajeó. Seunghee cerró la puerta con una pequeña risa aguda, antes de encaminarse al colchón donde yo ya estaba sentado.
―Así que Mingyu, ¿eh? No pensaba que fuera tu tipo.
― ¿Hay alguien en este mundo que pueda decir que Mingyu no es su tipo? Porque créeme, esa persona está peor que yo, lo que es ciertamente preocupante. ―A pesar de que mi voz no tembló, aún mis ojos paseaban por cualquier punto de la habitación, por lo que Seunghee colocó sus dedos en mi mandíbula consiguiendo que la encarase.
― Supongo que sí. ―Ella sonreía y parecía, para mi propio bien, contenta. ―Supongo que ya me imaginaba algo desde que pasaban tanto tiempo juntos, aunque no quería inventar escenarios en mi cabeza como siempre me dices. ―Una sonrisa se escapó en mis labios ante su respuesta. ―Y dime, ¿él realmente te gusta? ―Y con esa simple pregunta, pude sentir como mis pulmones dejaban de funcionar.
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Depressed [Meanie]
FanficAmbos se sentían vacíos y sin rumbo. Ninguno sabía hacia dónde quería dirigirse, en realidad, no se encontraban seguros de querer seguir siquiera viviendo. Portada por: @woozimin3 Se prohíben las copias y adaptaciones sin permiso.