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|| Una semana después||

El estupido pitido insistente de una maquina hizo que lentamente fuera abriendo mis ojos, pero los cerré de golpe cuando una luz brillante dio justo en estos, intente volver abrirlos, pero el resultado fue el mismo.

Lleve una mano a mi cabeza tratando de que el dolor que había comenzado a sentir disminuyera aunque sea solo un poco, pero parecia que conforme pasaban los segundos, este se hacia cada vez más intenso y eso en cierto modo me estaba poniendo de malas. No se que carajos habia pasado, de hecho no podía recordar nada. 

Escuche como la puerta era abierta con sumo cuidado, abrí mi ojo derecho lentamente hasta encontrarme con la persona que recién había entrado a la habitación, fue en ese momento en el que pude abrir bien ambos ojos.

La persona que habia entrado era una enfermera. Marlene. Me sonrio de forma amable en cuanto me vio, intente regresarle la sonrisa pero el dolor en mi cabeza, solo me hizo hacer una mueca de dolor.

Marlene camino hacia mi lado izquierdo que es donde se encontraba la maquina del suero y a la derecha esa estupida maquinita haciendo el irritante sonido, reviso ambas maquinas para seguido anotar en aquella tablita medica. Reviso mi presión, el corazón y finalmente guardo todos sus utensilios de enfermera.  

-Austin.

-Hola Marlene.

-¿Te encuentras mejor?

-Tengo un maldito dolor de cabeza.

-Enseguida te traigo algun calmante. -Asenti. -¿Recuerdas que fue lo que te sucedió? -Negue. -Tuviste un ataque, tu corazón volvio a fallar, bueno, prácticamente tu corazón y pulmones.

-Crei que ya habiamos pasado por todas esas fastidiosas cosas.

-Austin, sabes perfectamente que el sindrome no va a pasar.

-Lo se, es... Bueno... -Deje salir un pesado suspiro. -Por un momento me imagine que esta cosa se me quitaría, y podría ser alguien completamente normal.

-Eres alguien completamente normal. -Negué mientras fruncía el ceño. -No tienes porque enojarte contigo. 

-Como sea. -La verdad ya no quería seguir hablando sobre la desgracia que tenia adherida al cuerpo. -¿Donde están mis padres?

-Afuera, siguen esperando por noticias.  

-¿Hay alguien más con ellos?

-Si. -Frunció un poco el ceño. -Es un chico pelirrojo.

¿Qué hacia Alan aquí? ¿Y donde mierda esta Sykes?

Le pedi de forma amable que llamara a mis padres, necesitaba verlos y tambien queria saber porque llamaron a Alan y no a Oliver, si ya saben que Sykes es mi novio.

La puerta no tardo en ser abierta, Laura fue la primera en entrar, se le veía asustada, sus mejillas estaban rojas y sus ojos hinchados, le sonreí pequeño tratando de hacerle entender que estaba bien. Mi padre fue la segunda persona a la que vi, no estaba mejor que Laura, así que solo me limite a verlo.

Pero a quien simplemente no pude tranquilizar de ninguna forma, fue a mi hermana, ella estaba igual o más asustada que mis padres. La pequeña Ari no dejaba de llorar, menos mal que solo vino ella, porque tener aquí a las dos pequeñas hermanas, seria como estar en una guardería.

-¿Como te sientes Aust? -Pregunto mi padre.-

-Como si un camión me hubiera pasado encima.

-Tal vez hoy puedas regresar a casa. -Dijo Laura. -Pero te tendrán que hacer todos esos chequeos. 

Había escuchado perfecto a Laura, pero el tener a mi hermana sobre mi llorando tan cerca de mi oído, no ayudaba a que yo me calmara un poco, me hacia sentir como si en cualquier momento me fuese a morir.

-Tranquila Ari, estoy bien. -Susurre en su oído, mientras acariciaba su cabello. -Por favor, deja de llorar, cariño.   

-P-pues si estas bien y todo, pero mientras ya pensé lo peor. -Sus mejillas estaban rojas. -Y no me pidas que deje de llorar, Austin no quiero perderte, no quiero perder a mi hermano mayor. 

Y eso fue suficiente para que la primera lagrima bajara por mi mejilla derecha, seguida de otra y otra trate de limpiarlas lo más rápido que pude pero parecía que estas no quería cesar en ningún momento. Si ellos no podían ser fuertes por mi. Entonces tendría que ser yo quien actuara como si el síndrome no me estuviera matando año con año.

La habitación quedo en completo silencio, bueno más o menos, solo se podían escuchar los sollozos de Ari y uno que otro hipido por parte de Laura, mentiría si digo que este momento me causo algo de gracia. 

-Eh... Alan esta afuera, esta muy preocupado por ti. -Fue lo primero que dijo mi padre. -¿Quieres que lo haga pasar?

-No, yo me quiero quedar más tiempo con Austin. -Dijo Ari, abrazando con mayor fuerza mi cintura. -Dile que venga mañana.

-Ari. -Regaño Laura. -Quien elige es Austin, no tú. -La castaña soltó un bufido.-

-Solo, tengo una pregunta. -Asintieron. -¿Por qué lo llamaron a él y no a Oliver? 

-Bueno, no teníamos su número, y tu celular tiene contraseña, así que fue imposible marcarle. 

No dije nada más y espere a que salieran de la habitación para que Alan pudiese entrar, no sabia que era lo que le diría, o como es que tendría que actuar con él. Pues exactamente desde hace casi dos semanas que no hablábamos y tampoco lo había vuelto a ver en los pasillos de la preparatoria, así que no sabia como es que tenia que actuar con mi ex. Quien hasta el momento, se preocupa por mi.  

Escuche como tocaban la puerta, con un débil "Adelante" Fue como la puerta se abrió, de ahí emergió un pelirrojo, su cabello estaba hecho un desastre, tenia rastro de lagrimas secas por sus mejillas y su labio inferior estaba hinchado de tanto morderlo. Me causo cierta ternura. 

-Hola Alan. -Musite en voz baja, el pelirrojo cerro la puerta detrás de si.-

-Diablos. -Miro hacia la ventana. -Creí que ahora si te iba a perder para siempre. 

Ese iba me causo una sensación algo extraña, no supe que era, pero simplemente provoco que el vello en mi cuerpo se erizara por completo. 

-Tranquilo, y-ya sabes, esto es normal en mi. 

-Lo se, pero cada vez que sucede, hace que me de más miedo perderte . 

-No te preocupes tanto por mi, Ashby, estoy bien. -Sonreí pequeño.-

-Sino me preocupo yo ¿Entonces quien?

¡Oliver! 

-¿Ya le dijiste a Oliver sobre tu enfermedad? -Negué. -¿Por qué? 

-Alan, no quiero que cuando Oliver se entere que tengo una enfermedad permanente, me deje, no quiero eso.  

-Si llega a dejarte, es porque no sabe apreciar lo que tiene. -Se acerco a mi y tomo mi mano. -Aust, no puedes ocultarle algo como esto, no esta bien. 

-Pero ¿Y si me deja? 

-Si lo hace, es... Bueno... No se, pero yo si lo golpeo solo por eso. 

Deje salir una risita al escucharlo decir aquello. Alan seguía siendo tan dulce como cuando lo había conocido, a pesar de que le rompí su corazón, no deja de ser atento y buena persona conmigo, creo que mejor persona no pude haber conocido en toda mi vida. 

By Your Side [Austin Carlile x Oliver Sykes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora