Tal y como Fera esperaba, el lugar al que acababan de arribar era tan pintoresco como solo una taberna de mala muerte podría ser.
Habían salido de la ciudad, por los caminos que se dirigían hacia la capital, pasando a través de los pequeños poblados que se encontraban ahí hasta dar con aquel lugar. Un edificio de dos plantas, bastante amplio y bastante descuidado se alzaba frente a ellos con un gran cartel que decía "El Grifo Desahuciado". Afuera un par de ebrios discutían y parecía que estaban a punto de desenfundar sus hojas y liquidarse el uno al otro. Había un establo al lado donde se veían algunas bestias, desde caballos, osos, algunas salamandras hasta una gárgola y un elefante. El par venía cubierto con unas capuchas de aspecto bastante usado, pues no debían desentonar con el resto de los presentes.
Drake avanzo para introducirse en la taberna. Fera le siguió, aunque bastante dudosa de si en verdad quería estar ahí. Una vez dentro llegó a ella un repulsivo aroma. Una mezcla horrible de los olores de las bebidas, la gente y la sangre, de la cual aun había una mancha bastante grande y fresca cerca de la entrada. Fera estuvo por salir y dejar que Drake se encargará solo de ello.
-Concéntrate- le dijo al ver su reacción- Créeme que esta es una de las mejores tabernas.
Tomando una mesa cercana a las escaleras que daban a las habitaciones se sentaron para esperar. Drake había mandado a Slied con un mensaje a la taberna para avisar de su necesidad por cazadores a los que contratar. Había puesto una jugosa cantidad de casi una platina como pago. Aún así no parecía que nadie hubiese tomado el trabajo.
El tiempo transcurrió sin ninguna señal de alguien que se encontrará dispuesto a servirles de espía. Fera se lamento un poco, pues con el tiempo se había acostumbrado al hedor que tenía la taberna. Se encontraba mirando la mesa sin apartar los ojos, en el tiempo que llevaban ahí había visto a tres personas morir por una pelea sin sentido y a otras cinco salir con graves heridas. Es por eso que había decidido no apartar la mirada.
- Iré a pedir algo de beber- Mencionó Drake mientras se levantaba- ¿Quieres algo?
- No confío en la higiene de este lugar.
- Esta bien, pero no digas ese tipo de cosas en voz alta, o intentarán matarte.
Fera se estremeció al oír eso mientras veía al cazador avanzar hacia la barra. Comenzó a platicar con el tabernero a la vez que esté le servía un espumante tarro. Aun cuando su bebida estaba servida, Drake continuó hablando.
-Lo que faltaba- maldijo internamente por haberse quedado sola.
Fera empezó a desviar ligeramente la vista. Vio a un grupo que había juntado un par de mesas apostando una buena cantidad de aureas en un juego, en otro lado vio a tres personas, seguramente ebrios, buscando una apertura en los otros para poder apuñalarlo. Decidió apartar la vista antes de que eso sucediera. En otro lado vio a otro grupo de gente, pero le llamó la atención que uno de ellos la miraba fijamente. Sintió miedo. Quizá había descubierto que no era una mercenaria y planeaba acabar con ella. El hombre se levantó y caminó rápidamente hacia donde ella se encontraba.
Fera sintió la necesidad inmediata de salir huyendo, más no pudo hacerlo, no le respondían las piernas. El hombre llegó y se sentó junto a ella. El hombre parecía que la pasaba por más de diez años, a saber la edad que tenía. Venía vestido con una camisa algo abierta que dejaba que parte del pelo que tenia en el pecho se viese. Tenía pelo rubio y colmillos bastante marcados. Despedía un gran olor a licor, por lo que era muy probable que estuviese completamente ebrio.
- Hola belleza- le dijo en un tono suave.
Como acababa de llamarle?
- No eres como nosotros, ¿o si cariño?
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Beast Soul
FantasyYrien, un mundo lejano donde la gente se encuentra dividida por una gran guerra sucedida en el pasado. Tras miles de años una nueva guerra podria estallar y el unico que lo sabe es nada menos que un mercenario con una gran recompensa por su cabeza...