°Capítulo 32°

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Lo primero que haría en el día de hoy sería  hablar con YoonGi, tenía que arreglar las cosas con él de una buena vez.

Mientras me comía unas ricas fresas que me había comprado mi madre hace un par de días, lo llamé, pero no me atendió. Seguí insistiendo y solo caía el buzón de voz, seguí intentándolo hasta que por fin comenzó a sonar el tono.

— Hey.— respondió con la voz un poco agitada

—Hola Suga, es... bueno ya sabes quién es.— reí, estaba un poco nerviosa —¿Será que nos podemos ver hoy?.— pregunté

—Mm...— se tardó unos minutos —claro, está bien, solo que ahora estoy en un partido de baloncesto. Puedes venir si quieres y hablamos aquí.— se escuchaban muchos chicos hablando

—Bueno, si no hay problema, entonces iré.— me daba algo de pena, pero necesitaba pedirle disculpas

—Perfecto, entonces nos vemos. Te paso la dirección por un mensaje.— me dijo y enseguida después de responderle, colgó

A los pocos minutos, recibí un mensaje con la dirección del lugar. No quedaba tan lejos de aquí, era un pequeño parque donde se encontraban varias canchas. Me arreglé un poco y salí de mi casa para dirigirme a donde él se encontraba.

En el camino pensaba que le diría, como le pediría disculpas, todo había sido un caos ese día.

Ya había llegado al sitio, comencé a buscarlo con la vista, pero no lo encontraba hasta que ví a unos chicos muy concentrados en un partido. Pude divisar a través del rejado a Suga, hizo contacto visual conmigo, nos saludamos y con un señal, me indicó que me sentara en la bancas mientras él terminaba.

De camino a las gradas, los veía jugar y fue cuando de repente el corazón se me paró, Jimin era uno de los jugadores. No sabía si irme o ser fuerte y enfrentarlo, estaba muerta de miedo y de rabia también, pero ya no podía hacer nada, ya estaba ahí.

—Hey, hola.— me dijo Suga mientras corría hacia mí

— ¿Cómo andas?.— me paré y le dí un abrazo. Tenía una pequeña marca cerca del labio producto del puñetazo que le había dado Kook

—Bien, estoy bien. Algo cansado, tenía tiempo sin jugar.— apoyó sus manos en las rodillas, su respiración era agitada — oye.— me miró —por allá esta Jimin.— señaló detrás de él, voltee y Chim me miró, aparté la mirada.

Él si tenía la cara destrozada, se le notaban los moretones y unas que otras vendas cubrían los golpes en su rostro y en su cuerpo.

—Lo sé, pero solo vine a hablar contigo, ¿De acuerdo?.— le respondí secamente

—Vale, de acuerdo.— se sentó haciendo que me sentara con él —¿Qué pasa?.— me preguntó mirándome

—Te quería decir que lo siento mucho. Sé que arruiné tu cumpleaños, tal vez no fuí yo exactamente, pero de verdad estoy muy apenada por el escándalo y me vengo a disculpar también en nombre de Jungkook.— suspiré al terminar, de verdad esperaba que me perdonara

—No te preocupes, sé exactamente lo que pasó.— me sonrió —Jimin es un imbécil, todos lo sabemos.— ambos reímos —se merecía unos buenos golpes. Además, luego de que te fuiste, él me dijo que siguiera con todo y así pasó, la fiesta continuó.— se encogió de hombros

—Así que, ¿Todo está bien?.— pregunté sorprendida

—Por supuesto. Claro que no fue lo mismo sin tí, tu ayudaste y sé que pasaste y estas pasando un por un momento muy feo, solo no dejes que esto te desanime. Tienes derecho a tener algo mejor en tu vida.— terminó y tocó mi pierna. Suga no era tan frío como se notaba

Trabajo de Verano.《Jungkook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora