°Epílogo°

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Cerré mi laptop rápidamente para luego echar un largo suspiro y estirar mi brazos hacia arriba ya que mi espalda dolía de tanto estar sentada.

—¡Al fin!- pronuncié para mi sonriendo

Llevaba casi todo el día y parte de la noche sentada en aquella maldita silla que incomodaba mi cuerpo. Estiré un poco mis pies y crují mi dedos de las manos uno por uno sintiendo un relajación total, troné mi cuello y volví a mi posición recta, necesitaba descansar.

—¿Terminaste amor?.— me preguntó Kook asomando su cabeza en la puerta de mi estudio

—Si, ya terminé.— di vuelta a la silla giratoria para quedar frente a él

—Entonces subamos, te daré un masaje.— besó mis labios y luego agarró mis manos para llevarme junto a él

Apagué las luces y al salir, cerré la puerta detrás de nosotros. La casa estaba totalmente oscura, pues era casi media noche y al siguiente día teníamos cosas que hacer. Él camina frente a mi y yo agarraba su mano siguiéndolo, íbamos a paso cuidadoso para no hacer ningún tipo de ruido; subimos las escaleras y nos adentramos a nuestro cuarto trancando la puerta con el seguro.

Enseguida me lancé en la cama boca abajo chocando mi cara contra la almohada, no sentía mi cuerpo y tenía una leve jaqueca.

—Necesito dormir un año.— dije sin dejar de estar en la misma posición haciendo que mi voz se escuchara extraña debido a la almohada sobre mi rostro

—Haré que te relajes un poco.— voltee mi cabeza y el lado izquierdo de mi cara ahora miraba hacia la pared

Sentí como Jungkook se subió sobre mi con delicadeza y levantó un poco mi camisa de tirantes para luego esparcir un algo de crema sobre mi espalda. Sus manos comenzaron a delinear mi columna de arriba hasta abajo haciéndome sentir una corriente divina y relajante; cerré los ojos de inmediato, sus manos eran como el cielo.

Dobló un poco la liga de mi pantalón de dormir y pasó sus manos por la parte baja de mi espalda, me alcé un poco y este quitó mi blusa dejándome desnuda de cintura para arriba. Masajeaba mis hombros, mis brazos, el dorso de mis manos y mi cuello; mi respiración se hacía cada vez más suave y sentía una inmensa paz interior.

—Vamos a quitarte esto.— se apartó de mi y bajó mis pantalones haciendo que quedara solo en ropa interior

Mi trasero estaba a su vista ya que mis bragas eran bastante diminutas. Echó un poco de crema en una de mis nalgas y comenzó con sus movimientos exquisitos; de vez en cuando las apretaba con cuidado y yo solo me sobresaltaba haciéndolo reír, amaba a este chico.

—¡Basta amor!.— hablé entre silenciosas risas

—Date vuelta preciosa.— le hice caso de inmediato y él se alzó un poco para que me pudiera acomodar mejor

Tenía mis brazos a los lados de mi torso y mi mirada se clavó justo en el abdomen de mi hombre. Éste ya no tenía camisa y andaba en bóxer, el cuál le quedaba de muerte; hacía que su trasero se marcara y que su muy dotada hombría sobresaliera más de lo normal. Tenía sus manos sobando mi vientre hasta que enseguida subió hasta mis senos apretando ligeramente mi pezones.

—Amor, dije que basta.— me alcé un poco para quedar más cerca de su cara —despertaremos a los niños.— susurré y éste solo rió

—Tranquila, los acosté y quedaron bien dormidos.— sobó mi rostro y luego de pensarlo unos segundos, volví a recostarme —así que podemos hacer lo que queramos.— dijo pícaro y enseguida se lanzó sobre mi

Sus brazos quedaron a cada lado de mi rostro y este no perdió tiempo para besarme profundamente. Mis manos viajaron hasta su nuca enredando mis dedos en su sedoso cabello muy bien cortado; nuestras narices chocaban de vez en cuando haciéndonos reír entre besos. De inmediato, como instinto, abrí mis piernas para que Jung se acomodara perfectamente entre ellas haciendo que nuestras partes se rozaran suavemente.

Trabajo de Verano.《Jungkook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora