Sangre Fría | SUPERNATURAL

O5- Negro

  —Mm—Dice Dean, mientras se mete un gran bocado de pastel en la boca—Esto aquí mismo, es perfección—La mesera, que todavía esta entregando a mí y a Sam nuestra comida, sonríe. Ella es una cosita bonita, cabello rubio recogido en una cola de caballo, hermosos ojos verdes que parecen comerse a Dean más de lo que deberían. Ella también los dejó en Sam. 

—Ustedes llaman toda la atención—Me quejo, haciendo que ambos me echen un vistazo—¿Qué?— Pregunto, inclinando la cabeza—No me permiten llamar la atención de otros chicos, pero  ustedes dos reciben atención de las chicas—Mi muro defensivo está arriba.

 Todavía estoy un poco desconcertada por lo que sucedió hace un par de noches. A partir de ahora,estamos en Kentucky, rumbo a Tennessee. Los chicos dicen que no saben lo que están buscando, solo que es "algo" . Por lo tanto, he decidido dejar de preguntarles cada vez que tienen un nuevo caso. Me han dejado leer el diario de John, aunque no me siento bien al hacerlo. Quiero decir, solía pertenecer a su padre. Nunca dejaría que nadie use la chaqueta de mi papá, y mucho menos la toque. Lo mismo vale para todo lo que me queda de mi familia, que no es mucho. Me trago el resto de mis papas fritas lo más rápido que puedo, mientras Dean intenta tomar un poco. Alejo su mano, entrecerrando mis ojos hacia él. 

—Tu come tu pastel, no toques mi comida—Él me da una sonrisa y rueda los ojos, mientras se mete más pastel en la boca. Dios, es un mocoso. 

—Lo tengo—Dice Sam, de repente, y lo miro. Está sentado al lado de su hermano, el esta  comiendo una hamburguesa. Claro,era una hamburguesa saludable pero era una hamburguesa después de todo—Wendigo—Ya estoy acostumbrada a los cuestionarios sorpresa de Sam.

—Una criatura que una vez fue humana pero se convirtió en una malvada criatura inmortal cuando decidió convertirse en el nuevo Jeffrey Dahmer—Veo a Dean comenzar a sonreír por el rabillo del ojo. 

—¿Dónde se encuentran usualmente?—A Sam simplemente le encanta provocarme. 

—Los bosques del norte de Minnesota y las regiones del centro norte de Canadá. Así que si terminaste de interrogarme por ahora, Sam, me gustaría terminar mi batido—Le sonrío antes de empezar a sorber mi batido casi vacío. 

Los chicos también me han estado enseñando cómo disparar correctamente un arma y luchar. Hemos estado muy ocupados estos últimos días. Mientras me mantenga ocupada, no huelo el humo. No pienso en eso. Pero por la noche, no puedo evitar los sueños. He estado haciendo que los chicos me consigan una habitación extra cada vez que pueden. Tampoco hemos escuchado nada sobre los demonios, y eso es sospechoso. Me alegro de que los caminos se vuelvan fríos, pero solo sé que están  tratando de encontrarme. Y uno de estos días lo harán. Los chicos todavía no saben la historia completa de lo que sucedió, no tengo la intención de contárselos. Cuando finalmente llegamos a Tennessee es temprano en la mañana. Sam ha estado durmiendo en el asiento del pasajero, y Dean y yo hemos estado en silencio. Ninguno de nosotros ha hablado sobre el Cambiante de  la otra noche. Estoy agradecida por eso. Encontramos un motel y comenzamos a desempacar nuestros artículos, y Dean me envía a alquilar dos habitaciones, tomo una pistola en mi mano. Lo deslizo detrás de mi espalda y debajo de mi sudadera. Esta es nuestra nueva rutina. Finalmente estaban comenzando a confiar en mí más. Estoy agradecida por eso. Solo desearía poder decir lo mismo. Quiero decir, seguro de que puedo confiar en los chicos. Pero no puedo bajar la guardia. El clima ha estado cada vez más frío. De hecho, estoy aliviada de que los Winchester me hayan encontrado cuando lo hicieron. Si no, probablemente estaría enferma o muerta en este momento. Me acerco al empleado y le muestro mi identificación, diciéndole que necesito dos habitaciones. Le doy el dinero y él me da las dos llaves. Vuelvo al Impala y le entrego a Dean una de las llaves. Agarro mi bolso por la espalda, cuando Dean comienza a hablar.