35-¿Embarazada o no?

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Estoy girando un mechón de cabello con mi mano izquierda y mi mano derecha está en la de Dean, mi pulgar frota contra su mano con dulzura.  Su pierna rebota con impaciencia y sé cómo se siente. Cuando le contamos a Sam sobre las pruebas de embarazo, pareció un poco sorprendido y abrumado, pero sé que estaría feliz de tener un hijo. Ahora que lo pienso, creo que Dean también lo haría.  Trago culpable ante la idea. Sé que debería decirle que me estoy muriendo, pero cada vez que estamos solos y trato de forzar las palabras, y quedan atrapadas en mi garganta.  Siento que Dean aprieta mi mano, haciéndome mirarlo antes de mirar el reloj. Luego, Dean aprieta mi mano otra vez, y como la primera vez, pienso en ello como un pequeño estímulo, hasta que su agarre se vuelve tan fuerte que duele.        


—Ow—Silbé sin querer, mirando hacia abajo a nuestros dedos entrelazados. Sus nudillos están apretados alrededor de los míos, haciendo que ambas manos se pongan blancas y rojas por la presión.  Lo miro con el ceño fruncido, tratando de quitar mi mano sin éxito de la suya—¿Dean?—Susurro, tratando de llamar su atención.  Pero, sea lo que sea que él está pensando, tiene toda su atención.  Sus ojos son duros y estrechos—Dean—Digo más fuerte, pero no demasiado fuerte como para llamar la atención hacia nosotros. 



Tengo miedo, no le tengo miedo a Dean, pero tengo miedo de lo que está pensando. Obviamente es algo inquietante, algo que está ganando poder sobre él. Algo así como... La marca... Oh, no. Hay tantas cosas de las que tenemos que ocuparnos, y aquí estamos, sentados en una oficina de doctores. De repente, me siento frustrada por la cantidad de cosas que todavía tenemos que resolver y Dean casi me rompe la mano. Sus manos se tensaron tanto que le tiembla.


—¡Dean!—Le digo con los dientes apretados.  De repente, él sale de golpe, su mano se aparta de la mía, dejándola con un dolor sordo.  Él mira su mano temblorosa con una mirada de  asombro, y luego mira hacia mí con una mirada culpable en sus ojos.        


—Lo siento—Susurra con voz ronca, mientras me froto la mano.        

—¿Estás bien?—Pregunto, esperando que él me diga la verdad.  También necesito hablar con Crowley sobre la marca.  Tantas cosas que hacer, y tan poco tiempo...        



—Sí, estoy bien—Murmura, pero cuando pongo mi mano en su lugar original, él no la toma de nuevo.        


—Claro como el infierno, no parece ser así—Murmuro, sabiendo que esto podría enojarlo, pero no me importa.  Desearía que se abriera y me contara acerca de la forma en que la marca lo hace sentir y cómo fue el encuentro con Cain.  Me pregunto si incluso podría hablar con Cain, lograr que él se deshaga de la marca.        



—¿Siempre te miente así?—Una voz familiar a un lado de mí pregunta, haciéndome llevar mi atención en la otra dirección.  Efectivamente, Don Harris está de pie junto a la estantería de revistas, con los brazos cruzados, mirándome.  Está vestido con un traje como de costumbre, y me hace preguntarme si eso es todo lo que posee.  Además, ¿no se sentiría incómodo después de un tiempo?        



—Tienes que estar bromeando—Me encuentro diciendo sin pensarlo dos veces. Veo que Dean me mira por el rabillo del ojo y me pregunto si podrá ver a Don también. Por la mirada confundida en su rostro, supongo que no. Por otra parte, no creo que haya conocido a Don.        



—¿Qué?—Dean pregunta justo antes de que Don sonría y responda.


—Encantado de verte también.



—Nada—Niego con la cabeza, mirando a Don y a Dean. Forzo una sonrisa en mi cara—Vuelvo enseguida, tengo que ir al baño— Mientras me pongo de pie, hago un gesto para que Don lo siga con mis ojos. Espero que esto no lleve mucho tiempo. Camino por los baños, asegurándome de que Dean no se de cuenta cuando desaparezco al lado de los ascensores, fuera de su vista—¿Qué deseas?—Mi demanda sale como un gemido, haciéndome arrugar la nariz en mi propia molestia. Don se inclina de lado contra la pared, sonriéndome de una manera que me hace mirarlo con el ceño fruncido.        


Sangre Fría | SUPERNATURALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora