16-Kailey y Hailey

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-Ouch-El sonido sale de mi boca cuando me golpeo contra el suelo.





El lado derecho de mi cuerpo golpea el borde de la acera, haciendo que el dolor caliente se dispare por la parte superior derecha de mi cuerpo. Aprieto los dientes, luchando contra los puntos negros en mi visión. El hombre lobo que me tiene atrapada gruñe continuamente. Estoy usando ambas manos para evitar que me hunda los dientes en el cuello. Muerde sus dientes, la saliva babea de su boca.






-Asqueroso-Le susurro con disgusto, tratando de alejarlo de mí.





Con cada respiración que tomo, el dolor en mi costado empeora, pero estoy tan llena de adrenalina que lucho por ello. Muevo una de mis manos desde su pecho superior, y logro deslizar mi cuchillo en su brazo, haciendo que el suelte un chillido casi humano, mirándose el brazo. Aprovecho su momento de debilidad, y lo aparto de mí, el dolor en mi costado disminuye un poco. El quita su atención de su brazo, y de vuelta a mí. Me pongo de pie a pesar del dolor, respiro rápido y brevemente. Le di al hombre lobo una sonrisa burlona, agarrando el cuchillo. El comienza a buscarme otra vez, su corto cabello rubio esta en su rostro. Me quedo quieta, con el cuchillo delante de mí. Así es, pienso para mí misma. Lo sujeté sobre su hombro, empujando el cuchillo en su pecho con toda mi fuerza, asegurándome de que atravesara su piel. El cae al suelo, después de un par de segundos de respiración acelerada y una mirada de asombro en su rostro.








-Hijo de puta-Me susurro a mí misma, tocando el lado derecho de mis costillas ligeramente, haciendo una mueca. Increíble. Probablemente rompí o fracturé algo. Eso es genial.







Comienzo a arrastrar al hombre lobo hacia el Impala, lentamente. Empujo el dolor en mis costillas, y lucho un poco mientras trato de subirlo al baúl. Para cuando lo llevo allí, estoy sudando y aún sin aliento. Y Sam dijo que no podía cazar por mi cuenta. Me sonrío a mí misma. Hombre, estoy demostrando que está equivocado. Cuando finalmente vuelvo al búnker, estoy sucia, me duele el cuerpo, especialmente las costillas, y me resulta difícil respirar por el dolor punzante que siento cada vez que respiro un poco de aire.





-¿Hailey?-Escucho a Sam llamar mientras camino lentamente por las escaleras. Cuando llego al último escalón, aparece frente a mí. Él mira mi apariencia-¿Come te fue?







-¿Cómo crees?-Refunfuño, mirando al hombre alto frente a mí. No estoy tratando de ser tan dura con Sam. Pero, no lo estaba sintiendo en este momento.






-¿Por qué estás caminando así?-Él ignora mi comentario malintencionado. Cas entra a la habitación, vestido con su gabardina.








¿Nunca se cansa de eso? Uno pensaría que se pondría caliente en esa cosa, usándola todo el tiempo. Fruncí el ceño, sin responder. Me gire hacia Sam, quitándome la chaqueta en un movimiento rápido, tratando de evitar el dolor. Comienzo a levantar mi camisa.










-Woah, ¿qué estás haciendo?-Sam exclama y comienza a mirar hacia otro lado. Aprieto los dientes.





-Mostrarte, idiota-Hago un gesto hacia el moretón morado azulado en el lado derecho de mi costilla. Sam respira profundo. Cas pone sus manos ligeramente sobre ella, haciéndome estremecer.






-Nada parece estar roto, simplemente magullado-Él dice-¿Cómo pasó esto?






-Hombre lobo-Le dije, bostezando.









Me había quedado dormida ayer en el motel en el que me había estado quedando, mientras investigaba. No fue intencional, pero probablemente sea bueno que haya dormido. Incluso si me despertara sintiéndome como el infierno. En cierto modo, a veces me alegro cuando finalmente fallo, porque es casi como un descanso del mundo real. Es decir, hasta que empiece asoñar con Dean, mis padres o mi hermano.







Sangre Fría | SUPERNATURALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora