Sangre Fría | SUPERNATURAL

19- Locura

 
Supongo que los había molestado a los tres acerca de ir a un bar, y cuando lo hicimos, había bebido hasta el olvido.  Dijeron que para cuando volvimos al motel, me estaba volviendo loca por algo. Supongo que repetí las palabras "Lo siento" y "Oh Dios". Estoy bastante segura de que sé por qué. En medio de mi vergonzoso colapso mental, había dejado el motel. Dean me había perseguido, pero no pudo encontrarme, lo cual no tiene sentido porque ¿cómo podría un cazador muy entrenado no encontrar a una chica borracha que lloriquea una y otra vez sobre lamentarse por algo que ni siquiera sabía que hacía?. Luego, en algún momento entre mi borrachera y el parloteo, el Djinn debe haberme atrapado. Afortunadamente, tenía mi teléfono en mí. Gps seguro viene a la mano cuando se trata de cazar. Pero, Debo haber estado muy borracha si no recuerdo nada, porque sinceramente no lo recuerdo. Pero, siento que hay algo que necesito recordar. Algo importante. 

Estamos de vuelta en el búnker, y estoy acostada en la cama sintiéndome completamente agotada. Sigo teniendo este pensamiento persistente y un nombre Lisa. Y aunque no puedo ponerle cara a su nombre, constantemente intento imaginar cómo es su aspecto. Sé que no debería molestarme demasiado, pero no puedo evitarlo. Quiero preguntarle sobre eso, pero tengo miedo de lo que diga. Entonces, me voy a convencer de que sea quien sea esta chica Lisa, no tengo nada de qué preocuparme. Dejo escapar un suspiro de frustración mientras me siento, arrojando las mantas de mí mientras me quito la sudadera. No veo por qué me lo quito. En dos minutos me enfriaré de nuevo. Pero, por ahora, estoy sudando. 

—Esto es estúpido—Gruño, buscando el bote de Tylenol. Este estúpido dolor de cabeza no desaparecerá. Lo he tenido por horas. 

—Buenos días para ti también—Dice, caminando hacia la cama. Él se sienta en el lugar vacío a mi lado. Me estremezco, tirando de las mantas hasta mi pecho, cubriendo mi cuerpo. 

—Lo digo en serio—Me quejo—¿Cómo es que esto no te pasó a ti y a Sam?—Él se encoge de hombros. 

—No lo sé, cariño. Para ser sincero, probablemente solo sea un resfriado—Pongo los ojos en blanco. 

—Sí claro—Apoyo mi cabeza contra su hombro—Más como el ebola. 

—Oh, no seas una reina del drama—Dice Dean, tomando un trago de su cerveza—Quédatela—Me dice, haciéndome sonreír. Mi primera cerveza en dos días. Demonios si. Pero también han pasado dos días que me he quedado atrapada en la cama. 

—Estoy cansada de estar sentada en la cama. ¿No han encontrado un caso todavía? Estoy lista para volver al juego—Dean frunce los labios, inclinándose hacia atrás. 

—Claro que sí—Me dice—Pero Sam y yo lo tenemos. Los tres creemos que es mejor si te quedas aquí hasta que te mejores—Me burlo de sus palabras. 

—No sucederá. Estaré como nueva por la mañana—Dean se rasca la parte posterior de la cabeza, burlándose. 

—Te vas a quedar aquí, Hailey. Fin de la historia. 

— Iré con ustedes, Dean. Fin de la historia—Nos miramos el uno al otro por un par de segundos. 

—Bien, pero no comiences a gimotear cuando empeores. 

—No voy a empeorar—Resoplo—De hecho, ya me siento mejor—Levanto  mi trasero, poniéndome de pie. Me mareo por unos segundos, pero rápidamente empiezo a caminar hacia la puerta, con la cerveza en mano. Me giro hacia Dean, quien todavía esta sentado allí, mirándome divertido—¿Vienes, o qué?