O9- Recuerdos

2.6K 207 16
                                    

—¿If I fall, can you pull me up? ¿Is it true? ¿You're watching out?—Canto mientras recojo mi habitación—¿And when I'm tired do you lay down with me in my head so I can sleep without you?—La canción "Cloves" está sonando en mi estéreo. Estoy absolutamente enamorada de esta canción. 




Charlie y Sam salieron a buscar comida, y creo que Dean vagabundea por aquí o en el bar. Entonces, tengo el volumen tan alto como debería. Lo siento, Dean. En realidad, no creo que lo sienta. Rápidamente jalo mi cabello en una descuidada cola de caballo. Estoy usando mi camisa de tirantes y un par de pantalones cortos de pijama.





—Hey, without you there's holes in my soles. Hey, let the water in wherever you've gone ¿how, how, how? I just need to know that you won't forget about me wherever you've gone—Prácticamente grito la letra, disfrutando la música. Salto a la cama y abandono la limpieza—¿How, how, how? I just need to know that you won't forget about me—Agarro mi cepillo de mi tocador y empiezo a mover mi cabeza—Lost through time and that's all I need So much love, then one day buried—Grito, y llevo mi cepillo hasta mi boca, pretendiendo que es un micrófono. Salto de la cama y comienzo a doblar mi ropa mientras sigo cantando.






Finalmente, termino y apago la música, salgo de mi habitación para ver si ha llegado nuestra comida. Miro a mi alrededor, sin ver señales de Dean, ni de Sam, ni de Charlie. Es decir, hasta que veo a la mesa. Charlie y Sam están sentados a la mesa, comiendo comida frita. Pollo. Ambos me miran con una sonrisa, diciéndome que incluso por mi música, me habían escuchado cantar. Les devuelvo la sonrisa, tomo asiento y tomo una pierna de pollo. Casi me desmayo.





—Mm—Cierro los ojos—Esto es tan bueno—Amo, amo, amo pollo frito. 




Después de comer, todo lo que hacemos es sentarnos y relajarnos. Lo cual, no está mal, pero se vuelve aburrido. Finalmente les digo que juguemos Skip-bo, me lo había llevado la noche que Cas y yo jugamos. Vuelvo a mi habitación, obtengo el juego de cartas y agarro mi iPod mientras estoy en ello. También agarro una almohada y mi manta. Todos nos sentamos en el suelo, y Charlie y Sam mezclan las cartas. Reparto a cada uno de nosotros. Charlie se levanta para conseguirnos unas cervezas, y regresa con todo el paquete. Bendito sea el corazón de esa chica. Resoplo ante la idea, y miro como Sam descarta. Acomodo uno y dos, y luego descarto un once. Abrí mi cerveza y tomé un trago.




—Oye, perra me bloqueaste—Me exclama Charlie. Le sonrío dulcemente. 




Ella establece un tres y descarta un cinco. Sam nos saca un cuatro, cinco y seis, usando su otro montón de cartas para dejar sus siete. Le da la vuelta a esa carta, que resulta ser uno, y la deposita en otra pila gratis. Cuando finalmente termina, pongo tres cartas, y luego pongo mis ocho en la pila de las que realmente tengo que deshacerme. Le doy vuelta, obteniendo un diez. Por suerte para mí tengo un nueve en la mano. Hacemos esto durante todo el juego, diciéndonos insultos cada vez que nos bloquean.




—Guau, carajo—Le digo a Sam, justo cuando la puerta se abre desde arriba de nuestras cabezas.

Sangre Fría | SUPERNATURALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora