Pov. Freya:
Ya habían pasado 3 días desde que hable con Asmita y no había salido de mi habitación. No tenía ganas. Seguía pensando sobre Asmita y eso me estaba comenzando a molestar. Simplemente no podía pensar en nadie más. Para despejar mi mente salí de mi cuarto y fui a la Cámara del Patriarca, donde se encontraban todos los dorados. Cuando Sage me vió, se impresionó un poco. Creo que era debido a mi terrible aspecto. Tenía una cara de dormida y unas ojeras enormes.
Sage:¿Qué necesitas,Freya?
Freya: Quiero ir al Rodorio.-Al parecer lo estaba el Patriarca estaba pensando si me dejaba ir o no.
Sage: Está bien. Pero sólo te dejaré ir si vas con algún dorado. Tu presencia es fundamental ya que debe de haber una razón por la cual estés en éste mundo. Tu puedes elegir con quién quieres ir.
Vaya, una decisión difícil. Todos estaban callados esperando mi respuesta. El primero que apareció en mi mente fue Asmita, pero el es demasiado antisocial y en el Rodorio hay demasiada gente. Mientras procesaba todo ésto mi vista estaba fija en asmita, quien al parecer se dió cuenta de mi mirada ya que dirigió su cabeza con los ojos cerrados hacia mi. Pude jurar ver una pequeñita, pequeñitititita sonrisa. Pero después de pensar en todos los contras pensé en alguien más, Deuteros. Lo volteé y él respondió a mi mirada levantando una ceja, al parecer no creía poder ser una opción. Asmita, Deuteros, Asmita, Deuteros ¡¿A quién debo elegir?!
Freya: Quiero a Deuteros.-Lo dije rápido y sin rechistar ya que temía cambiar de opinión.
Sage:Está bien. Pueden retirarse.
Y sin más palabrería nos fuimos. Estábamos bajando las escaleras y los templos vacíos,sus respectivos guardianes se encontraban en la junta. Íbamos en la casa de leo y seguíamos sin hablar. Puse sentir su mirada sobre mí. Esto se estaba poniendo demasiado incómodo así que decidí romper el hielo de la manera más estúpida posible.
Freya: Y... ¿Cuál es tu comida favorita?- Me dí un palmface psicológico.
Deuteros: El queso- Respondió con un ligero brillo en sus ojos que logré notar. La verdad no me esperaba un queso como respuesta.
El silencio volvió a aparecer. Fuimos de compras. Compramos fruta, ropa e incluso una que otra decoración para mí habitación.
Íbamos entrando en la casa de regreso al Santuario. Llegamos al templo de Aries cuando Deuteros me habló.
Deuteros: ¿Por qué me eligió a mi para acompañarla?
Freya: Lo que pasa es que como eres muy atractivo las señoras de las tiendas me rebajarían el precio. También hay otros caballeros atractivos, pero o son pervertidos, amargados o antisociales. Además de que tú, junto con Asmita, son mis caballeros dorados favoritos.
Deuteros: Ya veo...-Desvió la mirada. Qué tierno...*_*
Estábamos en el templo de Tauro. En medio de la casa había un gran comedor lleno de deliciosa comida. Llegamos a la salida del templo y yo seguía imaginándome el sabor de aquellos alimentos. De pronto, mi cuerpo me jugó una mala broma. Mi estómago rugió como nunca antes lo había hecho. ¡Hasta Deuteros volteó a verme por el sonido! Se le escapó una pequeña risilla. Estaba tan avergonzada que cubrí mi rostro con mi manos. Él las tomo delicadamente, las apartó de mi cara y dijo:
Deuteros: No te avergüences. Te puedo invitar a comer a mi templo, es el que sigue.-Yo asentí, ni siquiera podía hablar debido a la vergüenza que sentía.
Llegamos a su templo y me llevó al comedor. Dijo que él prepararía la comida. Espere unos cuantos minutos hasta que trajo dos platos. Colocó uno frente a mí y el otro frente al asiento que se encontraba delante de mí y se sentó en él. Jamás en mi vida pensé que uno de mis sueños se fuera hacer real, tener una comida con Deuteros de Géminis.
La cena era lo que le sigue de deliciosa, el guardián menor de Géminis es un gran cocinero. Tuvimos una plática en dónde le expliqué mi situación y qué eran los caballeros del zodiaco para mí mundo. Se sorprendió un poco. Le dije que sabía lo que iba a pasar pero no quiso saber.
Deuteros: Te llevas muy bien con Asmita de Virgo, ¿No?. Una de las sirvientas te vio saliendo de su casa cuando anochecía. Sé que no eres de aquí pero ten en cuenta de que las demás personas que no estén al tanto de tu situación pueden malpensarlo todo.
Tenía razón, debía ser más cuidadosa.
Agradecí la comida que preparó y me despedí. Deuteros me agradó mucho, es una gran persona. Además era muy guapo, no lo negaría.
Deuteros se ofreció a acompañarme hasta la Cámara del Patriarca pero negué su invitación diciendo que podía llegar sola, y así lo hice. Cuando llegué saludé a Sage y a Sasha. Estaba a punto de retirarme a mi habitación hasta que Sage me dijo que fuera con él y Athena.
Sage: La gente no puede saber que eres una protegida de la señorita Athena, eso levantaría demasiadas sospechas, por eso le pido que elija a un caballero dorado con el cual se quedará a vivir. Su fecha límite es dentro de media hora para que pueda pasar la noche en el templo elegido. Por cierto, deberá fingir ser amazona, señorita Freya.
Asentí a todo lo que dijo y me fui a mi habitación a preparar mis cosas mientras decidía con quién me quedaría. Mi primera opción era Asmita, pero soy demasiado escandalosa e interferiría en su meditación. También considere a Deuteros, pero el laberinto de la casa de Géminis era un problema. Para decidir rápido, elegí al caballero que me correspondía debido a mi signo zodiacal, Acuario.
Ya tenía lista mi maleta y le dije a Sage mi decisión. El mando a llamar a Degel, quien llegó con ese semblante serio y elegante que siempre mantenía. El Patriarca le comentó que viviría con él y fingiría ser su discípula. El no se negó. Me dijo que lo siguiera, y así lo hice.
Caminamos hasta llegar a la casa de Acuario, que estaba helada. Degel notó que estaba un poco incómoda debido a la temperatura y me cubrió con su capa.
Le deseé buenas noches y le dí gracias por la capa. Me fui a dormir.
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Era una mañana hermosa, todo era perfecto excepto el clima que era bastante frío. Sentí algo mojado en mi entrepierna, y sospeché lo peor. Levanté las sábanas y había una mancha de sangre, eso confirmo mis sospechas. Tenía que pedir ayuda. La única mujer que conocía era Athena, pero ella no vendría a mi rescate. Tuve que recurrir a Degel.
Freya: ¡DEGEL!- Grite lo más fuerte que pude. Él llegó unos segundos después muy agitado.
Degel:¿Se encuentra bien, señorita?¿No se ha hecho daño?-Habló entrecortadamente debido a que todavía estaba recuperando el aliento.
Negué con la cabeza.
Freya: Bueno, Degel, cómo explicarlo...-Estaba tan avergonzada que apenas podía hablar- Andrés, el que llega cada mes, vino de visita-Al parecer no comprendió, hizo una cara muy confundida.-Ahh.. supongo que solo lo diré directamente ya que no mi captaste la indirecta, estoy menstruando.
Yo enrojecí de verguanza al igual que el. Me dijo que no me preocupara y que lo esperara. Fue al Rodorio a buscar toallas sanitarias. Llego al cabo de media hora y me las entregó. Le agradecí lo más que pude. Degel es un gran amigo. Salió de la habitación y me dejo sola. Me aislé dentro del templo de Acuario y no salí hasta que mi periodo terminó. Degel me traía la comida, me consentía. Era como el hermano mayor que nunca tuve.
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Estaba a punto de escribir drogados en lugar de dorados. XD
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| Cambio | Saint Seiya: The Lost Canvas
FanfictionFreya es una joven de origen mexicano. Ella apareció en el mundo de Saint Seiya, su anime/manga favorito. Lo mejor es que ella apareció en The Lost Canvas, su saga preferida. Ella usará sus conocimientos para evitar las tragedias que sucederán. ¿Se...