13. Sentimientos

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El feliz sueño de Freya tan solo duró una o dos horas. Se despertó decidida y se teletransportó a Jamir. Ella estaba lista. Había tomado un pequeño frasco que contenía la sangre de Albafica y bañó sus manos con aquel líquido carmesí. Inclusive se pintó las uñas con el contenido del frasco para que al rasguñar a alguien, éste muriera. Se escondió a ella misma y a su presencia. Esperó hasta que los espectros dirigidos a Jamir llegaron hasta ella. Tomó a uno por la espalda sin que los demás se dieran cuenta. Cubrió su boca y tapó sus ojos. Acercó sus labios a la oreja del espectro y susurró:

-No debieron de haber venido.

La voz de Freya sonó fría, sin sentimiento alguno, y sus ojos habían perdido aquel brillo que la caracterizaba. Estaba muy concentrada y decidida a salvar a aquel que hacía temblar su corazón.

Alzó un poco la cabeza del espectro dejando al aire su cuello. Acercó su uña a él y cortó. Solo era visible un pequeño rasguño y la poca sangre que comenzaba a fluir. El espectro no sintió dolor ni temor. Se burló de Freya pero, en medio de su risa, comenzó a atragantarse. El veneno de las uñas de Freya había surtido efecto. Ella arrojó el cuerpo en el barranco que contenía picos de piedra largos y afilados, donde el cadáver cayó y se ensartó. Ella siguió caminando como si nada hubiera pasado.

*****

Los espectros ya habían llegado a Jamir. Tenma, Yuzuriha y Yato estaban cansados y confundidos. Veían a una sombra irreconocible rasguñar ligeramente el cuello de los espectros, que morían enseguida.

-¿Qué demonios es esa sombra que asesina a los espectros?-Preguntó Yato frustrado por no saber quién era quella persona, muy poderosa, que los ayudaba.

-No lo sé. ¿Crees que deberíamos preocuparnos, Tenma?-Ahora era Yuzuriha quien expresaba su confusión.

-No. Al parecer nos está ayudando. De todos modos, si se viene contra nosotros lo mataré.

La sombra se acercó sigilosamente a Cheshire. Lo tomó por el cuello y lo alzó con una mano. Rasguño desde su pecho hasta su nariz.

-Lo siento mucho. De verdad me agradabas. Pero no me puedo permitir que interfieras en el futuro que yo busco.

Y así fue como Cheshire cayó, muerto, al frío suelo.

Freya y los demás continuaron batallando hasta que una luz salió del palacio. Asmita había usado el Tesoro del Cielo desde la punta del templo de Jamir, con el rosario de los 108 frutos entre ambas manos y sus azules y opacos ojos abiertos mientras le decía a los espectros:

-Esta vez los invito a un sueño eterno.

La sombra se ocultó detrás de una roca, esperando no ser reconocida. Asmita mató a todos los espectros de un solo golpe. Freya se acercó a Tenma y lo noqueó sigilosamente para que no subiera con Asmita e interfiera con sus planes. Subió rápidamente a la cúspide del templo y vio a Virgo quien se volteó a verla y dijo:

-¿Freya?-La nombrada no respondió.

-El mundo es hermoso, ¿no? Mira: Allá se ven luces... Debe haber un pueblo o algo así. Hay gente viviendo ahí. Y a pesar de las penas y el sufrimiento, a veces sonríen-El rubio suspiró-. Aah... Luces más hermosa de lo que imaginaba. Tanto en el Inframundo como ahora, siempre te-Asmita fue interrumpido gracias a la fuerte cachetada que Freya le había regalado.

-Ahorita no me vengas con tus mamadas. ¡¿Me escuchaste, idiota?! ¡No vas a morir! No vas a morir...-Ella se aferró al pecho de Asmita, abrazándolo con todas sus fuerzas.

El hindú dijo, con el mayor cariño y suavidad posible:

-Freya... La muerte no es el fin. No te preocupes por mí. Mi alma no morirá aquí.

-Si te dejo ir, sería el fin de tu vida conmigo. No quiero que mueras. No.

Freya sentía que Asmita se estaba desvaneciendo entre sus brazos. Cada vez lo sentía menos sólido. Las lágrimas de la chica brotaban sin parar de sus ojos.

-No...¡No! Haré todo lo posible para salvarte, para salvar a todos. Usaré mi alma para salvarlos.

El cosmos de la chica explotó. Era una fuerza inmensa e intimidante. Su poder era similar al de un dios.

El abrazo se hizo más fuerte. La chica le estaba transfiriendo todas sus fuerzas a Asmita, quien iba recobrando la solidez de su cuerpo. De pronto, el cosmos de Freya se apagó bruscamente. Ambos cayeron, aún abrazados, al suelo. El hindú estaba desmayado entre los brazos de la joven, pero aún así estaba aferrado a ella.

-Idiota, me preocupaste. Pero al fin y al cabo te pude salvar. Lo logré. Después de tantos años de entrenamiento, logré poner en marcha mi meta. Aún falta, pero estoy segura de que la cumpliré.

*****

Freya y Asmita se encontraban inconscientes en el templo de Aries, donde Hakurei los había mandado. Ambos estaban en la misma habitación. Había dos camas, en una se encontraban la aprendiz de Piscis y Virgo y en la otra estaba Albafica. La chica seguía aferrada a Asmita a pesar de estar inconsciente y él a ella.

El hindú despertó. Para su sorpresa, seguía vivo. Él estaba decidido a morir, pero Freya se lo impidió. Giró su cara en su dirección. Él la sentía tan tranquila, pero también tan cansada. Podía sentir que su alma estaba agotada. Esa alma que antes se sentía como un incendio ahora apenas se sentía como una chispa, pero se estaba recuperando lentamente, aumentando su tamaño.

Se sentó en la cama y volvió a cerrar sus ojos, como comúnmente los mantenía. Se levantó y se dirigió a la puerta. Estaba a punto de salir pero Shion abrió la puerta. Él traía una bandeja con frutas y agua. También cargaba un trapo húmedo para la fiebre de Albafica.

Sin voltear a mirar a Asmita, Shion dejo la bandeja con frutas en una mesita y se arrodilló junto a la cama donde se encontraba el peliceleste y dijo:

-Al parecer ella te quiere a ti-. Su voz estaba quebradiza, conteniendo la tristeza que sentía por aquel amor no correspondido. Hablaba mientras colocaba el trapo en la frente de Albafica.

-¿A qué te refieres?

-Tu sabes que me refiero-Shion suspiró-. Yo la quiero mucho, demasiado diría yo. La amo con el alma ahora y siempre lo haré-Soltó una risa amarga-. Me prometí a mí mismo dejar de pensar en ella. Pero no puedo. Bueno, supongo que tengo que respetarla y aceptar su decisión. Eso me dije-El lemuriano comenzó a derramar pequeñas lágrimas-. Pero no puedo. Cuidala porfavor.

Asmita no contestó. Solamente se retiró. No podía sentir lástima ya que consideraba a Shion como su rival.

Mientras tanto el lemuriano ya le había quitado el trapo mojado a Albafica. Aún seguía llorando un poco. Se alejó de la cama de Piscis y fue hacia la de Freya. Acercó sus labios a su frente la besó tiernamente. Ella sonrió al contacto y, por ende, Shion también. Ahora tenía la nariz y los ojos rojos pero también tenía un ligero sonrojo.

-Descansa, Freya.

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Estas vacaciones actualizaré muy seguido. Puede ser diario o cada 2 o 3 días. Tengo tantas ideas en mi mente de cómo finalizaré la historia. Por eso estoy empezando a actualizar rápido. Para acordarme del final que quiero. Seguro será un poco diferente a lo que ustedes se imaginan.

Gracias por leer.

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