28. Negociación

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Siguieron caminando y se encontraron con los demás caballeros e Hypnos, que se había quedado a protegerlos. Estaban controlando la pelea que se estaba desatando entre Kagaho y Dohko.

Todos se sorprendieron al ver a Aspros de Géminis, y aún más cuando lo vieron portar una Sapuri. Estaban a punto de hablar pero Freya les dió una mirada que los intimidó demasiado. Por lo tanto, siguieron viendo la pelea. El caballero dorado de Libra les había dicho claramente que no intervinieron ya que era algo personal.

Aspros solo la seguía como perro faldero. Sé sentía sin rumbo, pero poco a poco retomaba su carácter habitual. Freya tomó su mano, como para compartir su pena.

-Todos deben seguir adelante-gritó Freya llamando la atención de los dorados que no estaban ocupados-. No podemos perder más tiempo.

-Yo quiero quedarme-dijo Kardia firmemente. Freya solo asintió un tanto sorprendida por la seriedad del escorpión.

-Yo igual-dijo Asmita ganándose una mirada muy seria de Freya. Pero eso no lo intimidó como ella esperaba. Decidió no pelear con él.

-De acuerdo-dijo fríamente-. Los demás váyanse-ordenó. Todos se dieron cuenta de que estaba de muy mal humor, por lo que no se negaron.

Se fueron corriendo. Shion se quedó parado mirando a su mejor amigo luchar.

-No te preocupes. Si algo sucede, voy a interferir-dijo Freya, leyéndo los pensamientos del lemuriano. Él asintió y se fue corriendo junto con sus compañeros.

-Espera, tú quédate conmigo-ordenó Freya tomando la mano de Aspros al ver que se estaba llendo junto a los demás-. Quién sabe qué pueden hacerte, de seguro varios te odian.

-Tienes razón-respondió él. Poco a poco estaba superando su reciente pérdida y recuperando su carácter fuerte.

Freya volteó a ver cómo se estaba desarrollando la pelea y vio que una chica de pelo oscuro golpeó a Dohko con un palo y se ponía a gritar. Parecía una amenaza, por lo que se deshizo de ella lo más rápido posible. Con su mano derecha atravesó el cuerpo de la joven misteriosa. Cayó muerta.

Kardia rápidamente se acercó a la joven moribunda y recostó su cabeza sobre su regazo. Acarició su rostro mientras la joven, con las fuerzas que le quedaban, levantaba su mano hacia el cielo, donde Kagaho se había llevado a Dohko. Estaba llorando.

-¡No! Sombra, no te vayas. ¡No me dejes solo! ¿Qué no lo ves? ¡Te amo!-gritó Kardia tomando el rostro de la joven, que poco a poco fue perdiendo color.

Escorpio abrazó el cuerpo inmóvil y comenzó a llorar. Kagaho y Dohko estaban elevándose, pero al ver que algo estaba sucediendo en la superficie cayeron. Cuando Kagaho aterrizó y vió el cuerpo se puso a llorar y salió corriendo. Dohko se quedó en el suelo recuperando el aire.

-Kardia-comenzó a decir Freya mientras tocaba el hombro del peliazul. Él, cuando sintió el contacto, golpeó la mano de la joven y la miró con odio.

-¿Por qué lo hiciste? ¡¿Por qué asesinaste a Hélène?!-gritó.

-Yo...-dijo Freya balbuceando. Pensó que la joven era una amenaza.

-¡La amaba!-finalizó Kardia abrazando el cadáver.

-No sabía-tartamudeó Freya. Se acababa de dar cuenta de que la persona que acababa de asesinar era la joven con la que Kardia se reunía de vez en cuando-. Lo siento, enserio.

Entonces un pequeño destello se acercó al cadáver. Era el brillo que Freya había visto y tocado en el barco. Aquella estrellita cayó en la frente del cuerpo y se rompió en pedacitos. Entonces la chica supo que había cometido un grave error.

| Cambio | Saint Seiya: The Lost CanvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora