| Cambio | Saint Seiya: The Lost Canvas

8. Primera misión

-Muy bien, Freya. Ahora que todos los caballeros saben de tu existencia usaremos de tu fuerza a nuestro favor. Mañana irás a tu primera misión junto con Kardia de Escorpio. Irán hacia el Polo Sur. Hay un cosmos muy intimidante que proviene desde allí-Ordenó el Patriarca, que al ver la cara de extrañeza de la chica cuando mencionó al escorpión, decidió explicarle por que había elegido a aquel caballero como su compañero-. Te preguntarás por qué Kardia, ¿no?. Bueno, seguro tu estas al tanto de su enfermedad-Freya asintió-. Cualquiera podría morir de hipotermia. Necesitarás de Kardia si ocurre alguna emergencia. Él te calentará-. Freya enrojeció. Sabía que en aquellos tiempos no se malpensaba calentar a alguien pero no podía evitar que su mente se desviará e imaginara "impurezas". La chica era muy pervertida y no era la primera vez que se imaginaba algo con Kardia. Él era muy guapo y, al igual que Asmita y Deuteros, uno de sus favoritos.

*****

El día había llegado y Freya estaba muy nerviosa. Sabía que el santo de Escorpio era todo un mujeriego experto en cortejar. Fue a la casa de su compañero de misión mordiéndose las uñas. Llegó y anunció su llegada.

Kardia la recibió con una sonrisa coqueta. Ella se sonrojó, aunque no fuese muy normal en ella. Quién no se sonrojaría con aquel semejante guapote con un cuerpazo mientras da una sonrisa pícara.

Pov. Freya:

Él se dió cuenta mi sonrojo y caminó lentamente hacia mí. Se remangó las mangas de su blusa mostrándome esos hermosos brazos venosos. Me ofreció su brazo y salimos caminando juntos de su templo.

Pasamos por todas las casas que se encontraban abajo de Escorpio agarrados del brazo. En Virgo, Asmita no me dirigió la palabra. En Leo escuché a un perro gruñir. En Géminis ví a Deuteros muriéndose de risa. Y, por último, en Aries ví a un Shion de mal humor.

-Al parecer le gustas a varios-. Comentó y yo no lo negué. Sabía que Regulus y Shion estaban interesados en mí.

Kardia soltó una leve risita y me acercó un poco más a él . Podía sentir su brazo marcado pegado al costado de mi cuerpo. Estaba roja, rojísima.

Estuvimos caminando de esa manera por todo el trayecto hasta que nos recogió una carreta. Claro, no había carros.

Viajamos y viajamos. En terreno primero se hacía cada vez más árido.

*****

Tardamos 4 meses en llegar al Polo Sur. Kardia no había dejado de coquetear. La verdad es que pasar meses viajando con la misma persona te hace conocerla. Podría decirse que me empezaba a interesar. Me había apoyado cuando extrañaba al Santuario y yo a él cuando sufría por su enfermedad y empezaba a decirme que quería elegir dónde y cuándo morir y todo ese discurso. Me dí cuenta de que a él le gustaría vivir más. Disfrutar más. Me había contado que quería poder enamorarse pero que si lo hacía, algún día haría a su pareja sufrir ya que tenía su enfermedad "terminal".

Me rompía el corazón escucharlo. Era fuerte, pero como todos, sufría.

Me estaba empezando a encariñar con el. Demasiado para mi gusto.

Él me confundía. Pero también me hacía entender muchas cosas. Eso enredaba aún pasa mis pensamientos. Me atrae, no lo niego. Pero sigo pensando en Asmita. Aunque todos siempre dicen que vivas tu presente. Y mi presente ahora es viajar con Kardia de compañía durante varios meses. Tal vez un par de años. Llegar caminando, en carreta o en barco desde Grecia hasta el Polo Sur, va para largo.

Fin pov. Freya:

Aquella curiosa pareja de compañeros había llegado a su destino. Sus órdenes al llegar era parecer turistas durante unas semanas hasta que tuvieran totalmente conocida el área y conocieran a perfección al enemigo.

En una de esas noches Freya tuvo una pesadilla. Soñaba con Asmita. Él estaba hablando con Tenma mientras sostenía el rosario de los 108 espectros.

∆∆∆

-El mundo es hermoso. Mira, ahí está, lleno de luz. Hay una villa en ese lugar, ¿verdad? Dónde las personas viven juntas, sufren, pero también son felices-Asmita abrió sus ojos y miró a Tenma que estaba arrodillado en el suelo-. Vaya, eres mucho más joven de lo que yo llegué a pensar- Hizo una pausa-.Aquí, o en el Inframundo, tú me recuerdas mucho a la joven Athena.

Asmita se estaba desvaneciendo mientras decía esas palabras.

-Tenma, cuida de ella... Por favor.

Y se disolvió en el aire, dejando cómo único legado a su armadura y al rosario.

∆∆∆

-¡No! ¡Asmita! No, no, no. Asmita... Fallé. No puede ser- Freya estaba muy agitada. Su corazón amenazaba con salir de su cuerpo y si respiración estaba muy acelerada.

Comenzó a sollozar en su almohada. Ya se había dado cuenta de que todo había sido un sueño, pero nunca podría imaginar al dueño de sus pensamientos desvanecerse. El joven peliazul, que estaba dormido junto a ella, despertó. Se sorprendió cuando vió a la joven sollozar pero no dudó en consolarla. La abrazo y la recargó en su pecho.

-Asmita...- Kardia se incomodó al escuchar ese nombre. Frunció el ceño pero no se separó de la joven ni le preguntó nada.

-Por favor, no llores. No quiero verte triste. Sé que todos sufrimos, pero quiero evitar a toda costa que tú lo hagas. Te quiero. Demasiado diría yo. Así que para, por favor no sigas.

Freya correspondió al abrazo y calmó un poco su llanto. Aspiró el aroma del escorpión, y se tranquilizó. Lo volteó a ver. Sus rostros estaban muy cerca. Cada vez más. Sus respiraciones chocaban. Segundo después sus labios también lo hicieron.

Freya estaba confundida. No sabía a quien quería. Había un dueño de sus pensamientos y recuerdos y otro de su presente. No sabía que haría al llegar al Santuario.

Los labios de ambos se movían con experiencia. Era un suave, tierno y protector beso. El aire se acabó por lo que se separaron. Se volvieron a ver.

Freya pegó su frente a la de Kardia y dijo:

-Gracias.

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Esto del pov. De Freya no lo voy a volver a hacer. Lo que pasa es que se me olvidó que era un narrador omnisciente y me heché bastante del capítulo como si Freya narrara. Y me daba hueva volverlo a escribir :v.

¿Asmita o Kardia?