| Cambio | Saint Seiya: The Lost Canvas

17. La espada más filosa

Todos se dirigieron al interior del bosque, donde provenía aquella explosión. Freya pudo observar a lo lejos como el cielo se cortaba, tal como un papel, y dejaba una abertura hacia otro mundo. El mundo de los sueños. También vio al caballero de Capricornio luchando contra Icelos.

-¡Ha llegado la caballería!-gritó la chica con todas su fuerzas, anunciando su llegada con energía.

-¿Qué haces aquí?¿Qué no sabes que es peligroso?-regañó Capricornio ganándose un suspiro por parte de Freya.

-Claro que lo sé. Es por eso que no te dejaré luchar solo.

-Haz lo que quieras. Sólo no interfieras más de lo necesario-se quejó el español, regresando su concentración a la batalla.

Dejando atrás a sus compañeros, la chica interfirió la batalla, que ahora estaba desatandose en el interior de aquella extraña dimensión desconocida para ella y para El Cid. Icelos estaba usando su capacidad para distorsionar aquella dimensión a su favor, desviando todos lo ataques de Excalibur. En una ocasión, el ataque fue desviado hacia Freya que, en un movimiento para escapar de la espada desviada, perdió su larga cabellera. Aquel hermoso cabello que le llegaba a los codos ahora llegaba a la mitad de cuello de la joven, quién no le tomo mucha importancia y siguió batallando.

Freya en una ocasión ya había utilizado la "Explosión Galáctica" . Intentó manipular las dimensiones como los Géminis, utilizando otro de sus característicos ataques, "Otra Dimensión". La batalla era cada vez más confusa. El Cid se limitaba a lanzar miles de cortes con su Excalibur, Icelos se encargaba de desviarlos y Freya de redireccionarlos. En un tiro de suerte, la aprendiz de Piscis logró desviar un corte y dirigirlo al cuello del dios, quién fue vencido decapitado.

-Lo hemos vencido-pronunció Capricornio, sin mostrado el más mínimo rastro de felicidad en su rostro.

-Sí, pero no te relajes, aún faltan.-aseguró Freya viendo a su alrededor.

Ahora la aprendiz de Piscis estaba tranquila. Al fin y al cabo, el español moría desangrado en el manga/serie y ella ya había conseguido evitarlo. Ahora sólo lo apoyaría con su lucha contra Phantasos y Oneiros, cuidando que ninguno de ellos corte alguna extremidad del dorado junto a ella.

Phantasos apareció y no dió batalla. Para ser una diosa, era muy débil y torpe. Estaban a un golpe de derrotarla cuando, accidentalmente, El Cid volvió a cortar aquella dimensión, abriendo una puerta por la que se podía ver a Tenma usando su armadura divina y venciendo a Morfeo. La chica se dió cuenta de que Capricornio podía solo y decidió acompañar al aprendiz de Dohko y ayudarlo si fuese necesario.

Cuando llegó, Morfeo ya había sido derrotado, y Tenma había vuelto a usar su armadura de bronce en su estado común. Freya pudo ver la puerta que daba paso al sueño y tormento de Sísifo.

Tal vez fue simple curiosidad, o la necesidad de ayudar a Sagitario en su delirio la razón por la que Freya decidió entrar por aquella puerta. Cuando entró, todo estaba en llamas. Sísifo portaba la Sapuri de Sagitario mientras apuntaba con su arco y flecha hacia su propia diosa, Athena. La aprendiz de Piscis decidió no intervenir, sabiendo que Athena podría controlar la situación y salvar el alma del tío de Regulus. Se dedicó a observar y a analizar lo que sucedía ya que, hasta cierto punto, Sísifo le parecía un personaje muy misterioso, a pesar de ser un tanto simple.

Cuando Athena salió exitosa del sueño de Sagitario, Freya la siguió, encontrándose a la salida una batalla entre Tenma y El Cid contra Oneiros, quién estaba siendo empujado forzosamente por sus rivales fuera de la dimensión del sueño. Freya apoyó a sus amigos y los ayudo a expulsar a aquel dios, regresando a su dimensión, dónde se desataría la última batalla contra los cuatro dioses del sueño.