Una semana después de la pesadilla de Freya, un alumno de Hakurei se teletransportó a donde se encontraban los viajeros. Llegó y les avisó que su misión se cancelaba debido a una confusión. No había ningún cosmos imponente ahí. Era sólo una distracción.El niño los teletransportó de regreso al Santuario resumiendo meses de viaje. Freya estaba tomada del brazo de Kardia. Se habían vuelto muy cercanos. El escorpión a veces la cargaba y se dejaba peinar de trencitas. La chica se seguía sintiendo atraída por el pero cada paso que daba más cerca de las Doce Casas se disipaba esa atracción. Lo único que seguía en su mente era aquel protector y tierno beso.
Al llegar juntos a Aries, Kardia y Freya vieron a Shion y a Deuteros esperándolos en la entrada. El geminiano corrió hacia la chica y la abrazó con todas sus fuerzas, incluso despegó los pies de la joven del suelo. Freya saludo a Shion y un bello caballero apareció en su campo de visión. Era su maestro.
Él le devolvío la mirada y sonrió. Abrió los brazos invitando a Freya a abrazarlo. Y lo hizo. Todos se quedaron conmovidos al ver esa tierna escena de amor de hermanos.
Se separaron y Freya se dirigió a Deuteros y se puso detrás de él. Se montó en su espalda y, emocionada, dijo:
-¡Yijaaa! Arre, Deuteros, arre. Hacia la casa de Tauro.
El fiel corcel de Freya obedeció gustoso de tener de vuelta a su mejor amiga. Saludaron a los habitantes de todas las casas. En todas hubo diferentes tipos de bienvenida. Y en cada casa, se iba sumando un caballero. Primero eran Kardia, Shion, Albafica, Deuteros y Freya pero al llegar a Tauro, Hasgard se les unió. Cómo no había caballero en Géminis la pasaron de largo. Al llegar a Cáncer se unió Manigoldo. Y así sucesivamente hasta llegar a Virgo.
El corazón de Freya amenazaba con salir de su cuerpo. Ella pensaba que todos los caballeros presentes eran capaces de escuchar sus latidos.
Primero entró ella. Se escuchaban el eco de sus pasos. En medio del templo encontró a Asmita meditando en posición de loto. Ella se fue acercando lentamente hacia él. Y el hindú levantó su mirada sin abrir los ojos. Freya se agachó para que sus caras quedarán a la misma altura y se fue acercando lentamente hacia él. Todos los demás caballeros miraban estupefactos la escena. Unos la miraban con celos.
Unos se calmaron y otros se decepcionaron. Freya había chocado su mente con la de Asmita en lugar de besarlo. Pero ninguno entendía que estaban haciendo algo que requería más confianza y amor que un beso. La aprendiz de Piscis le estaba mostrando a través de su cosmos todas las experiencias bonitas que vivió durante su viaje. Virgo nunca se habría imaginado que en mundo poseyera tanta belleza. Para Asmita el saber que esa hermosura existía se lo debía a Freya.
Seguían compartiendo visión. Pero Freya se separó. Tomo el hermoso y fino rostro de Asmita entre sus manos y besó su frente.
-No te imaginas cuánto extrañé a mi virgen favorita. Es broma... lo de virgen. Lo de que te extrañé no es broma, enserio lo hice. Que bueno es volver a verte.
-Igual te extrañé.-Dijo el hindú mientras esbozaba una discreta sonrisa.
El hindú decidió quedarse a meditar en lugar de unirse al grupo de caballeros.
Siguieron su camino por las Doce Casas. Al pasar por Sagitario hubo una conversación algo peculiar.
-Hola, caídas locas. Oh no, me confundí de era. Demonios.- la verdad Freya nunca había tratado con Sísifo. Solo le había hablado un par de veces pero este día la chica estaba demasiado feliz. Por eso tomó aquella actitud confianzuda.
Sísifo volteó a verla mientras las alas de la armadura dorada se abrían ligeramente.-Hola-Respondió un poco extrañado por el peculiar humor de la joven.
-Mira, Sísifo. Yo sé que no hablo mucho contigo pero aunque no lo creas te conozco bastante. Aunque me gustaría conocerte aún más. ¿Quisieras ser mi amigo?-Sísifo abrió los ojos un poco sorprendido. Asintió enérgicamente su cabeza y mostró una de esas sonrisas que sólo el santo de Sagitario puede hacer, tierna y atractiva.
El grupo de dorados se hizo más grande al salir de Sagitario y pasar por Capricornio ya que los guardianes de esas casas acompañaron a la manada de caballeros dorados que iba tras de Freya y Kardia.
Al llegar a Acuario Degel tomó la mano de la chica y la besó delicadamente. Hubo un ligero e imperceptible sonrojó por parte de Freya.
-Hola Degel, casi nunca hablábamos. Espero poder volver a ser tu amiga. Como antes de cuando parecía monja de clausura de la casa de Piscis.
-Claro, señorita. No se preocupe.
El acuario también se unió a la caravana de caballeros. Casi llegando a la casa de Piscis a Freya le dió hueva seguir y estuvo insistiéndole a Kardia que la cargara. Después de un rato él cedió. La chica estaba muy cómoda en la espalda de su compañero de viaje. Comenzó a hacerle un coleta de caballo alta que tenía en la parte inferior una trenza francesa. A pesar de ser un peinado con un toque bastante femenino, el escorpión se seguía viendo guapo. Podría decirse que un poco más atractivo. Al llegar a la Cámara del Patriarca Freya se bajó de la espalda de su amigo y le dió un beso en la mejilla como agradecimiento. Kardia volteó a ver a los demás dorados y les dedicó una sonrisa burlesca ganando como respuesta miradas de celos, gracia o confusión.
Freya se colocó frente a todos los dorados. Parecía tener una decena de guapos guardaespaldas.
-Buenos días. Su Santitad, le pido de favor que me deje organizar una reunión. Quiero invitar a todos los caballeros dorados a comer, pero necesito de su permiso-Sage afiló su mirada deconfiado de los repentinos buenos modales de la chica. Pero después pensó que por fin se había ganado su respeto. Aunque para Freya más bien fue una estrategia para ganar lo que quería.
-Esta bien, tienes mi permiso. Solo infórmame en qué casa se organizará la reunión.
-Obviamente en Piscis.-Dijo Freya despreocupada. Todos los chicos asintieron coordinados. Pero después un peliceleste proceso las palabras y dijo:
-Wow, Wow, Wow. ¿En mi templo?¿Quién te dió permiso?.-Exclamó Albafica con un tono de seguridad.
Los planes de la chica se vieron afectados pero rápidamente encontró la solución. Corrió hacia Albafica y recargó su barbilla en el pecho del pisciano mientras levantaba la mirada para observarlo fijamente a los ojos. Puso la cara más tierna que pudo. El hermoso caballero no podía mantener el contacto visual. Esa expresión tan tierna lo estaba ablandando. <<No caigas en su juego, Alba. No de nuevo.>> Se dijo a sí mismo.
Albafica no logró su objetivo. Suspiró. Sucumbió ante el hermoso gesto de la chica.
-Esta bien.-Dijo malhumorado.
-Muy bien. Entonces chicos, prepárense. Hoy a las 9 pm. en la casa de Alba. Mani, trae una buena bebida, sabes a lo que me refiero. Tú, Hasgard, trae la comida más rica que consigas. Deuteros, encárgate del queso. El Cid, tú eres español, ¿no?, también trae comida. Degel, encargarte de los hielos. Kardia, tu de las bebidas no alcohólicas, ya sabes, por si viene Regulus. Y por último, Shion, trae tu polvo estelar. Es broma... Yo sé que eso no es droga. El drogao es Saga.- La chica pausó para tomar una bocanada de aire-Bueno ahí los espero. Por cierto, yo me encargaré de informarle a Asmita de la fiesta. Hasta luego.
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| Cambio | Saint Seiya: The Lost Canvas
FanfictionFreya apareció en el mundo de Saint Seiya, su anime/manga favorito. Lo mejor es que apareció en The Lost Canvas, su saga preferida. Ella usará sus conocimientos para evitar las tragedias que sucederán. ¿Se enamorará de algún personaje? Bueno, ella e...