Capítulo 49

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No vio a Frank ese fin de semana, ni el siguiente. No lo vio hasta mediados de Octubre, cuando llegó tarde en la noche y se coló por su ventana. Gerard había gritado de felicidad. Luego se fue, prometiéndole volver en Halloween, para su cumpleaños.

Después lo vio en acción de gracias. Había llegado en medio de la cena, y ambos habían comido con rapidez, ansiosos por estar a solas en la habitación. Al parecer, la Universidad realmente ocupaba el 98% de su tiempo. Un asco. Pero se veía radiante al decirlo y Gerard supo que la Universidad lo hacía feliz.

Y no había visto desde entonces.

Faltaban unos días para navidad y no podía estar más paranoico.

Para empezar, sus notas habían subido de forma abrupta ese año. Nunca había tenido malas calificaciones, pero su libreta de notas estaba llena de sobresalientes y claro, debería estar feliz por eso. La verdad es que se la pasaba estudiando todo el tiempo libre que tenía. A menos que Patrick pudiese  convencerlo de salir a algún lugar. Se había convertido en una clase de tercera rueda entre él y Pete.

-Gerard, apenas lleva unos meses y ya crees que tiene 5 hijos con alguien más. ¿No confías en él? -Su mejor amigo tomó un puñado de papas fritas y se las metió a la boca.

Estaban tendidos en el jardín del pelinegro, sobre la hierba. Llevaban un buen rato así. Patrick lo había encontrado allí, con los ojos cerrados y el pecho inmóvil, fingiendo estar muerto, y se había puesto a chillar. Así que Michael les había arrojado agua por la ventana de su habitación e intentaban secarse con los pocos rayos de sol que llegaban.

-Claro que confío en él.

-Como digas. -Habló con la boca llena.

-Lo hago, sólo tengo miedo ¿Tú no tendrías miedo? -Preguntó sin mirarlo.

-Miedo no es la palabra. Yo diría que sientes inseguridad de que su amor no sea tan fuerte como el tuyo. Y para responder a tu pregunta, la verdad es que no. Sé que Pete me ama.

-"Sé que Pete me ama" -Repitió con un tono burlesco.- Jódete.

-Estás celoso.

-Sí, siempre he estado enamorado de Pete. No quería decírtelo, es más...

-Celoso de que Pete -Patrick lo interrumpió- Esté estudiando cerca. Y pueda verlo todos los días.

-Eso me hace sentir mejor, Patrick. No sé que haría sin ti.

-Debería tener mi propio programa de televisión. -Masculló con entusiasmo.- Para resolver los problemas amorosos del público. Sería un éxito. ¡Un jodido éxito, Gerard! -Gritó mientras lo zarandeaba por los hombros.

-Yo no lo vería ni aunque me pagaran. -Gerard rió.

-Sabes que soy tu gurú. -Se quedaron en silencio, el de ojos esmeralda cruzó las manos bajo su cabeza, respirando calmado. Era viernes. Anoche se había dormido esperando una llamada por parte de su novio y aún no contestaba sus mensajes. Se dijo a sí mismo que daba igual. Probablemente todo era producto de su paranoia. Como cuando se había despertado a las 3 de la mañana sudando y soltando pequeños gemidos ahogados y lo había llamado sólo para oír su voz ronca y correrse en el pantalón de pijama.

El teléfono de Patrick sonó.

-¿Sí?... ¡Hola, cielo! -Unos segundos de silencio. Gerard no podía escuchar muy bien la voz al otro lado de la línea- ¿Ahora?

Patrick tapó el micrófono del aparato, inclinandose hacia él.

-¿Gee, te importa si salgo pitando para tener una cita romántica con mi guapísimo novio? -El pelinegro le dedicó una mirada de reojo, sin poder evitar sonreír.

Crash Into My Arms {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora