Capítulo 52

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Gerard abrazaba tiernamente el peluche contra su pecho, con la cabeza ladeada mientras una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios. Estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas y el cabello negro cayendo por sus hombros en suaves ondas. Hacía un poco de frío, considerando que todo lo que llevaba encima era una sudadera de su novio, pero no podía concentrarse en nada por mucho tiempo después de tomar una ducha caliente y estar bebiendo café mientras veía a Frank vestirse.

Tomó un sorbo del humeante líquido, haciendo contacto visual con Frank a través del espejo. El chico le sonrió con curiosidad, arqueando las cejas.- ¿Sí?

-¿Mhm? -murmuro entornando los ojos.

-Me estás mirando.

-Uh, sí, eso creo -dice simplemente, volviendo a beber café sin quitarle los ojos de encima a Frank.

-Eso es raro.

-No, no lo es. ¿Como no voy a mirarte si te estás desvistiendo lentamente para llamar mi atención? -Frank le guiñó un ojo y volvió a sumirse en su labor de encontrar ropa semi-formal entre el completo lío que era su armario.

Gerard suspira, mirando el par de pantalones negros y la camisa blanca que estaban a los pies de la cama. Se había asegurado de traer su único conjunto formal que tenía para la cena de navidad, que iban a pasar en casa de uno de los amigos de Frank. Supuestamente debería estar vestido en este momento, porque se estaba haciendo bastante tarde, pero no había conseguido reunir fuerzas para siquiera sacar un pie de la cama. 

Habían pasado todo el día acurrucados platicando y besándose. Luego habían tomado un baño de tina en el que Gerard había terminado sentado a horcajadas sobre el regazo de su novio, mientras Frank embestía sus caderas hacia arriba, una, y otra, y otra vez.

Así que, ¿como se suponía que debía salir de su cómodo hogar para ir a cenar con un montón de personas que solo había visto una vez? Gerard no quiere ser el típico novio malhumorado y aguafiestas que detesta las reuniones sociales, pero no puede evitar ser un jodido perezoso.

-Cariño, incluso si te ves condenadamente hermoso usando solo mi sudadera, tienes que ponerte la ropa ya. -habló Frank con suavidad, dedicándole una mirada de reojo.

-Voy... -Gerard gruñe, arrastrándose fuera de las cálidas mantas. Siente su cuerpo pesado y hace un puchero, teniendo el consuelo de que estarán en casa pronto y de que podrá beber un montón de ponche antes de eso.

-¿Fue realmente tan difícil? -dice dándole un beso en el hombro cuando se pone junto a él frente al espejo. Gerard pasa la prenda por sus hombros, dejándola caer al suelo.

-No sabes cuanto.

***

Gerard detuvo a Frank antes de que tocara el timbre, inclinándose para acomodar el cuello de su camisa y su corbata.- Así está mejor-

Frank le sonríe, depositando un beso en sus labios antes de pulsar el botón. El bullicio se podía oír desde afuera, las risas y las voces fuertes resonando en la calle silenciosa. Gerard miró el vapor salir de su boca y escuchó unos pasos apresurados acercándose a la puerta.

Un chico de cabello castaño largo hasta los hombros y una incipiente barba apareció en la puerta, sonriendo ampliamente al verlos, dando un grito alegre.

-¡Es Frank! -Se acercó para darle un abrazo, dándole vueltas mientras casi gritaba preguntándole como estaba y comentándole lo guapo que lucía.  Frank rió estrepitosamente, diciendo simplemente "¡Adam!" hasta que el chico se apartó y volteó a ver a Gerard. Sus ojos relucientes irradiaban espíritu navideño y eso podría haberle molestado, porque Gerard no era precisamente el rey de la navidad, pero la alegría era contagiosa y sonrió inevitablemente.

Crash Into My Arms {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora