Capítulo 44

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Habían vuelto a la mesa después de esa escena en el baño, los padres de Frank ya habían ordenado y la comida estaba en la mesa. En serio se habían tardado y de seguro Linda pensaba que habían ido a tener sexo, a juzgar por la expresión de su rostro.

-¿Dices que ya vas a pasar a último año, no Gerard? -La voz de Cheech interrumpió el silencio que se había creado. Al parecer Linda no iba a decir nada y esperaba que Frank tomase la iniciativa, pero el avellana sólo comía lentamente de su plato con la mirada perdida.

-Ah, sí. -Contestó tímidamente Gerard, algo intimidado. De por si ya le costaba mucho socializar con personas que no conocía.

-¿Y planeas ir a la Universidad?

-Uhm, sí, yo... -¿Era correcto si le decía que tenía una beca para estudiar artes, antes de decirle que era novio de su hijo? Podría pensar que era un bueno para nada, eso era lo que todo el mundo pensaba sobre el arte al fin y al cabo. No veía por qué Cheech debía ser una de las pocas excepciones. Aunque claro, su hijo iba a estudiar música.

-Gerard es artísta. -Su novio respondió desafiante antes que él pudiera decidir si decirlo o no.

-Oh, vaya. Eso es interesante, digo... -Cheech tenía las cejas alzadas, pasando su mirada de Gerard a Frank sucesivamente.

-Y es buenísimo, tal vez algún día te mostramos algo. -El tatuado tomó su mano por debajo de la mesa, apretandola con cuidado. Quería besarlo. Pero esa era la señal de apoyo más grande que podía ofrecerle en ese momento.

-Claro, me gustaría verlo. Porque si es bueno podría ganar suficiente dinero, sabes que no es una carrera que de mucho para...

-El lo sabe. -Frank lo frenó con una sonrisa, podía ver lo mucho que estaba tratando de ser educado con el amigo de su hijo pero ya estaba al límite. Las cosas iban a ponerse buenas.- Y ahora que estamos hablando de Gerard, tal vez deberías saber que en realidad no es mi amigo, porque si sólo fuera mi amigo no lo habría traído. La verdad es que es mi novio. Y sí, soy marica. Bueno no tanto, ¿Sabes? Nunca me han gustado las etiquetas pero me considero bisexual, por si te interesa saber.

Cheech regresó la cucharada de comida que había levantado a su plato y se echó un poco hacía atrás, dirigiendo su mirada hacia Linda para ver si ésta comenzaba a reír y decía que era una broma, pero en cambio ésta apretaba los labios con el rostro sereno.

-¿Estás jugando?

-No. -Frank se encogió de hombros, casi igual de sereno que Linda. Gerard no podía estar más sonrojado y no se atrevía a mirar al hombre.

Cheech se quedó callado, tratando de procesar la información y por un momento pensaron que iba a sufrir un infarto. Su cara pasó por varios tonos de rojo, luego verde y finalmente violeta, sin decir nada.

-Pensé que tenías novia.

-Tenía, así era. Pero las cosas cambian, ¿No, papá?

-¿Esto tiene que ver con alguna etapa de rebeldía?

-Ay, Cheech... -Exclamó Linda, negando.- Sólo entiendelo. No tiene nada de malo.

-Quiero nietos.

-Por Dios, aún están en la escuela. Nadie sabe si estarán juntos más adelante. -Habló la psicóloga- No te está pidiendo que te guste, sólo que lo entiendas.

-Eres mi único hijo. -Ignoró las palabras de Linda, fijándose directamente en Frank.- Nunca pensé que...

-Pues así es. -Estaba tan tranquilo que comenzó a comer otra vez, mientras su padre seguía tratando de comprenderlo.- Está bien. Sólo... -Negó con la cabeza- Como puedes...

Tuvo un escalofrío, y se estaba preguntando como podía tener un novio chico, siendo que él era un chico y como podía besarle y amarlo de la misma forma que el amaba a las mujeres y Frank lucía tan distraído que no le importaba lo que su padre pensase sobre eso. Había cumplido la promesa que le había hecho a Linda de decirle que Gerard era su novio y que era puto. Ahora sólo estaba pensando en tomar a su novio e ir un rato a jugar a las máquinas de juegos electrónicos del centro y luego hacerle el amor de forma tan fogosa...

-Da lo mismo, papá. Sólo quería que lo supieras. -Dijo algo resentido.

Cuando terminaron de cenar ya estaba oscureciendo, dejaron el restaurante y una pequeña campanilla sonó al salir. Frank le tomó la mano, dejando un beso en su frente. Ya estaban en estacionamiento y la única luz provenía del alumbrado público así que dudaban que alguien pudiese notarlo. En ese momento recibió una llamada de Ray.

-¿Dónde coño te metiste? Te estamos esperando.

-¿Para que?

-La fiesta en casa de Chris, tarado. Trae a tu novio, da lo mismo. Hay cerveza gratis. Y diría que chicas buenas pero como ya eres un hombre casado...

-No lo sé, Raymond. -Tapó el micrófono de su teléfono, inclinandose para susurrarle a Gerard- ¿Quieres ir a una fiesta? Sólo un rato, ya sabes. Es que no quiero ir a casa.

-Podemos ir a la mía.

-¿Con el imbécil de tu hermano? -Gee hizo una mueca. Mikey se había comportado verdaderamente irritante estos ultimos días al enterarse de que tendría que hacer recuperación de clases en verano para no repetir curso- Por cierto, ¿Hasta cuando está castigado? Quiero llevarle mi regalo a Bandit...

-¿Sigues ahí? -La voz de Ray sonaba amortiguada por la música y el ruido de las personas.

-Ah, sí sí, vamos para allá. -Y cortó la llamada. Miró a su novio moviendo las cejas tentativamente de arriba hacia abajo.- ¿Alguna vez has ido a una fiesta? No cuentan los cumpleaños.

Lo tomó de la cintura para atraerlo hacia sí y abrazarlo, inhalando el dulce olor de su piel. Sus padres no se veían por ninguna parte pero el auto de Cheech seguía allí.

-Yo... sí... -De inmediato se le vino a la mente la desastrosa fiesta en invierno, la broma pesada de Mikey, cuando lo había visto besar a Jamia y su corazón se había roto en pedazos. Tembló inconscientemente ante el recuerdo.

-¿De verdad?

-Sólo una vez.

-¿Hace cuanto?

-Unos meses... -Frank frunció el ceño. El iba a todas las fiestas siempre pero jamás lo había visto en una. Ni siquiera antes de comenzar a ser amigos.- ¿Y yo no estaba allí? ¿Fuiste sólo o...

-Sí, yo estaba sólo y... Es que es... Tú estabas con Jamia, yo te vi, estabas, estabas besandola...

-¿Y te pusiste celoso? -Preguntó en un tono burlón. Había comenzado a mecer suavemente al pelinegro, sosteniendolo por la cintura. Era una noche bastante calurosa, o tal vez sólo era él.

-Pues... tú me gustabas. -Se sonrojó, y Dios, no podía echarse a llorar ahora.- Y Mikey me había incentivado para decírtelo y sólo fui y te vi allí y me fui de inmediato y Mikey estaba afuera con todos sus amigos y se estaban riendo de mi... -Frank se separó.

-Jamás me lo dijiste.

-No veía por qué debía hacerlo. Ya no importa. -El mayor le besó las mejillas, comenzando a comerle la boca mientras lo mantenía quieto, aferrado a la solapa de su chaqueta.- Yo no tenía idea, lo juro. Lo-Lo siento tanto... -Los besos que Gerard dejaba en su cuello no ayudaban mucho. Por suerte el lugar estaba casi vacío.- ¿Sabes? A-a veces me siento culpable por... yo tenía novia y tu estabas en algo con Patrick y él en serio es buen chico pero yo... Uhm -Jadeó- Te necesito para mí.

Entonces lo empujó contra el capó de un auto viejo junto a ellos, sentandolo con delicadeza para no activar la alarma. Lo besó de esa forma tan sucia y amorosa que sólo ellos sabían como hacerlo.

-¿Aún quieres ir a la fiesta? -Gee dijo jadeante, tirando de el pelo de Frank.

-Si llegamos temprano conseguiremos un cuarto. -Le guiñó el ojo, volviendo a besarlo antes de separarse y dirigirse a buscar a los padres del tatuado.

Tenían algo de prisa...

Crash Into My Arms {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora