Capítulo 21

1.8K 308 148
                                    

Sacó la traba de la ventana y la abrió, sintiendo la fría brisa de principios de marzo. La nieve en las calles estaba desapareciendo.

Pasó una pierna al otro lado y luego la otra, quedando sentado en el marco de la ventana, con una mochila al hombro y ninguna nota a sus padres sobre su paradero. Volvería en la mañana, ellos ni siquiera lo notarian. Nunca lo hacían ¿Por qué esta sería una excepción?

Se dio vuelta y se dejo caer de espaldas, rodando y ensuciando su ropa al estamparse contra el piso- Mierda.

Comenzó a caminar con pasos torpes por la calzada a su derecha, mostrando el dedo corazón hacia su casa cuando fue dejandola atrás. Sólo esperaba que nadie lo asaltara o lo secuestrara para luego venderlo al tráfico de órganos.

***

-¡Gee! -Frank salto a abrazarlo, inundando sus fosas nasales de su perfume. El pelinegro correspondió de inmediato, rodando la cintura del avellana casi por instinto.

Linda se encontraba en la cocina, lavando una ensalada y lo recibió con una cálida sonrisa cuando pasaron por allí.

-Hey, Gerard. Me da gusto que vengas... -Luego Frank empleo toda su fuerza para arrastrarlo por el pasillo hasta perder de vista a la mujer- ¡Que seas un maleducado no significa que tu amigo deba serlo, aprende de el!

-Ignorala -Mascullo el tatuado, sonriendo y soltando una pequeña risita cuando su amigo se quedó mirando embobado el Escorpión que decoraba la piel desnuda de su cuello.

-¿Qué...

-Es nuevo, ayer lo hice. Fui a la tienda con Jamia, el tatuador era...

Pero Gerard ya no estaba escuchando, no de verdad. Sólo sonreía por el entusiasmo que Frankie tenía al contarle la historia, porque su mente estaba en otra cosa.

Siempre la nombraba, ¿Por qué lo hacía? Estaba comenzando a pensar que era a propósito. Que le gustaba hacerlo sentir así.

Sentía profundos celos de ella, ahora no tenía vergüenza ni culpa de decirlo. Así se sentía con respecto a eso, y al menos debía ser sincero, aunque fuera sólo consigo mismo. Eso le había dicho Linda en la segunda sesión de esa semana, y estaba siendo muy útil.

Algunas veces. Ya que no era para nada lindo insultar mentalmente a la chica por 10 minutos mientras explican información clave para el examen de biología. Fuera de eso, le servía mucho para desahogarse.

-¿Hay alguien? -Frank alzó las cejas de forma significativa, con sus ojos claros e hipnotizantes fijos en los suyos.

-¿Eh? -Cuestionó con el seño fruncido, aún podía ver a su maestro gritarle por no poner atención a la clase que con tanto esmero estaba dando. Maldito viejo, nadie lo obligó...

-¡Gerard! -Subió la mirada instantáneamente, encontrandolo recostado en la cama, con los brazos detrás de la cabeza y el cuerpo relajado. El esmeralda se sonrojo furiosamente, tratando de ocultar su cara de la curiosa mirada avellana- ¿Verás la película allí? ¿de pie?

Negó.

-Pues ponte la pijama y ven aquí, tengo frío.

El niño regordete no se movió. Mantuvo sus dedos aferrados a la tira de su mochila, con el rostro aún más rojo.

-¿Qué? -Frank sonrió confuso, abriendo la boca en forma de "O" cuando sospecho el problema que atormentaba a su amigo- Gee, vamos, no tendras vergüenza de desvestirte delante de mi ¿Verdad?

Gerard negó otra vez.

-Gee. Mirame.

Sabía que Frank no iba a hacer nada, se limitaría a seguir como si nada porque el tenía novia y porque Gerard era 0% atractivo. Pero ese era el punto. Esa era la razón exacta.

Aunque Frank no dijera nada, lo iba a pensar y eso era mil veces peor. Estaba muy avergonzado. De seguro el avellana jamás había tenido que preuparse por cosas como esa y por eso no entendía.

¿Que tal sí Gerard no le parecía lindo?

No le importaba no tener amigos, ni vivir en una sociedad de mierda que le hacía la vida imposible. No importaba lo horrible que era a su parecer. Tan solo quería, necesitaba que Frank pensase que era bonito. Sólo quería ser hermoso a ojos de Frank.

-Tenemos lo mismo, Gerard. -El chico levantó una ceja, mordiendo su labio. El pelinegro deseo que la tierra lo tragara allí mismo- Oh bien. No quiero torturarte aunque es divertido... Ya sabes dónde está el baño.

Cuando estaba saliendo escucho su voz ronca otra vez- ¡Y date prisa porque no le pondré pausa, hace mucho jodido frío aquí sólo!

Se colocó la delgada prenda lo más rápido posible, con las manos temblando ligeramente y su mirada intentando evitar a toda costa el espejo.

Unos minutos más tarde estaba recostado junto a Frankie, con el brazo de éste último rodeando su cuello y sus piernas sobre las suyas. El cuerpo de Gerard estaba tenso, dispuesto a apartar la mano de Frank si intentaba en algún momento rozar su flacida figura.

En algún momento, con "Kill Bill: Volumen 1" reproduciendose en la pantalla, el niño de ojos avellana giró su cabeza, mirando a Gerard. Tenía sus tristes ojos fijos en el televisor y por primera vez, se permitió verlo, verlo como tanto anhelaba hacerlo. Se dio cuenta de lo puntiaguda que era su nariz y de lo finos y rosados que eran sus labios. Su boca, no pudo evitar imaginar su sabor.

Su piel era tan blanca...

Sus pestañas revoloteando...

El corazón del tatuado latiendo...

Se inclinó sobre el pelinegro, ante la mirada sorprendida que este le dedicaba.

-¿Q-que haces?

Sus bocas no se estaban tocando pero sus respiraciones se mezclaban, ansiosas de fundirse.

Frank Iero no pensaba en su novia en ese momento, ni en que su madre estaba abajo terminando su cena.

Gerard Way estaba asustado, se sentía torpe y había esperado tanto ese momento, había fantaseado tanto, había llorado tanto...

El no iba a dar el primer paso, porque le tenía tanto miedo a ser rechazado, a ser rechazado por su lindo chico de ojos avellana...

Y ahora sus bocas se estaban acariciando, no había nada pasional en el acto, nada rápido ni sexual.

Fue algo tan lindo, tan hermoso.

Su corazón reventaba de amor.

El avellana quería hacerlo hace tanto tiempo... No quería que alguien más probara esos labios, no quería que nadie más estuviera con Gerard. Quería que fuera suyo, no pensaba en nada más...

Lo amaba.

Nada más importaba.

Era suyo.

Crash Into My Arms {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora