"Un nuevo prólogo"
La duda es un síntoma de miedo, el principio de la desconfianza generado por el mismo temor a saber.
Gabriel dormía mientras yo lo observaba como un enigma, aún podía ver algunas lágrimas secas marcadas en su rostro, me preguntaba si él me miraba de la misma manera.
Somos extraños compartiendo un mismo techo, como si ambos fuésemos un vínculo que nos mantiene en la eternidad de algo que no nos pertenece.
Despertó sorprendido al verme observarlo a detalle, desvíe la mirada.
—Buenos días. Su voz estaba cortando algo que yo luchaba por mantener, no sonreí, él y yo estábamos hartos de decir "todo está bien."Mi corazón sentía impaciencia que comparadas con mis ganas de saber estaban por encima de mi cuerpo y su peso me hacían incapaz de soportarlo todo al mismo tiempo.
Salí del departamento sin hacer señas rumbo al trabajo pensando que hoy sería el día en que por fin podría desaparecer.
Doña Feli me dio mi paga antes de terminar la jornada —Feliz Navidad querida. Me abrazó a lo que correspondí el abrazo, la sentí cálida y por un momento creí dar caridad como si no aceptase que fue al revésRecogí cada mesa y limpié la cocina, mientras lo hacía me despedía de aquel lugar cuando escuché un toque desesperado en la puerta principal, el problema fue que al abrirla no había nadie, me pareció escuchar un lamento.
Me despedí de Doña Feli, iba caminando pero también observando cada luz de colores en el camino, cada adorno y gesto de felicidad de aquellos extraños que disfrutaban de la navidad sintiendo una apuñalada suave de la nada, me despedía de aquello y sus amigos, sus sentimientos ridículos y pegados con pegamento, era hermoso porque yo sin querer me apegue a esos sentimientos.—¿Ana?— le sonreí débilmente —¿Estás bien?— negué con la cabeza —¿Puedo ayudar?— volví a negar —¿Me quieres contar?— moví mis manos cuidando de no equivocarme "Yo también desaparecere" me miró horrorizado, más por mí expresión tranquila que por mis palabras. —Ana...— ahora su tono era débil —al menos...— no completó la frase y me abrazó. Me despedí, pase por la biblioteca y dejé un par de cartas en el buzón.
Continúe el camino hasta que llegue la departamento, se encontraba oscuro, me sobresalte al encender la luz y ver a Gabriel sentado en la cama, sonriente, casi como un demente, sonreí de igual manera —¿Sigo yo?— me miró directamente a los ojos esperando una respuesta para después poner atención a mis manos en espera de que se movieran "nada está bien" me acerqué, su rostro se volvió apacible pero yo alcanzaba a ver un corazón roto —te hago tanto daño— baje la mirada, su tono de voz era la de un hombre arrepentido "tal vez sea al revés" mis piernas comenzaban a temblar —no te quiero lastimar, no a ti Ana— tenía miedo de derrumbarme "yo a ti tampoco" él parecía ya no aguantar más e intentando sonreír dijo las últimas bellas que mi memoria aún conserva, lanzó sobre mi una chispa de eterno sentimiento y despertó lo único que faltaba.
—Te amo Ana
Muchas cosas pasaron por mi mente, varias de ellas se revolvieron, algunas otras discutían con otras y la propia conciencia decidió abandonarme. Evitó mi mirada y en un arrebato saco una maleta tomándome por sorpresa, paralizando todo pensamiento, se detuvo a ver indeciso el suelo, esperaba que no me abandonara, al moverse mi corazón se detuvo, salió del departamento demostrandome que valía más el impulso que el pensamiento, el corazón que la conciencia, la muerte de algo para el nacimiento de otra.
Y así fue como salí detrás de él ordenando lo único que siempre me aterró desde el principio.¿Yo amo al mundo?
Yo amo al cielo
Yo amo volar
Y sin embargo no podía pensar correctamente.Escribía mientras corría un "no te vayas" que él ignoraba.
Ya en la calle se giró para despedirme, tenía tanto miedo —¡No puedo estar cerca de ti!— sus ojos estaban llorosos, tiré la libreta al suelo, sentía que me caía a pedazos. Con un poco de fuerza alcance su brazo y lo jalé mismo que en un movimiento brusco arrebató de mis manos —¡No a ti Ana, no te quiero perder y sin embargo lo estoy haciendo, pero prefiero irme yo antes de que tú te vayas!— soltó un par de lágrimas, estábamos a media calle, lo veía irse y aunque me caí a pedazos con cada paso no podía dejarlo alejarse de mi lado porque soy un mortal, porque es lo único que me quedaba, porque él mantiene vivo ese sentimiento que tanto he detestado, porque yo...
—¡Te Amo!
Ví su sonrisa entre lágrimas, una luz tragarnos en ella, un destello marcar su rostro, él me había escuchado, yo lloraba y sonreía como en aquel entonces cuando lo perdí todo por primera vez, marqué su corazón con mis palabras, por primera vez me despedí y así... Rompí el hechizo.
7w7w7w7w7w7w7w7w7
N/A: Bueno, bueno, ya que estamos a mitad del libro y sorprendentemente esto les está gustando quería saber si quieren un especial o no se xdxd y si no me dicen pues yo continuaré.
Pd. Desde este punto mentenganse atentos, es solo un consejo. UwU
ESTÁS LEYENDO
Cupido no se debe enamorar [En edición]
Romance"Me da miedo despertar un día y encontrarte a mi lado, pero me da más miedo sonreír porque estás" -Ana Pófefkti Ella solo quería pasar tiempo con la persona que amaba, él solo quería curar su corazón con ell...