Capítulo 5

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Narra Gabriel:

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Narra Gabriel:

Esta mañana desperté después de percatarme de que Ana se había ido. Dejo una nota en la mesa diciendo que vería a Larry y después iría a estudiar con el profesor Felipe hasta la tarde. Despreocupado decidí vestirme de traje, pasar por una florería e  ir a saludarla. Bien sabia que no habría nadie ahí, sólo yo, un hombre que no puede siquiera hablar cuando esta frente a su recuerdo, no soporto quedarme mas de un par de minutos, a ella no le gustaría eso, siempre quería que sonriera, era muy tosca y linda a su manera.
Dejo el ramo de rosas junto a ella y escapo lo mas rápido de ahí con el solo pensamiento de "nos veremos el próximo año." Recordar que hoy hace cuatro años murió la que alguna vez considere el amor de mi vida, mi alma gemela. Trato de guardar todo eso para mi, sería problemático de nuevo si me involucro demasiado pero, sin embargo no puedo olvidarla.

Narra Ana:

Llegue a la biblioteca muy temprano para buscar los libros que mi profesor me encargo. Larry me recibió contento, parecía decaído— hola Ana —saludó mientras buscaba sin animo en los estantes de la biblioteca, después de un rato esperando me entrego los libros que necesitaba, no soportaba verlo de esa manera y escribí una invitación para él "¿te gustaría venir conmigo al festival de verano?" sus ojos se iluminaron pero después de un momento se apagaron como si mi nota no hubiese dado la suficiente electricidad para que se mantuvieran brillando— lo siento, tengo planes ese día, aunque podría buscarte en la estatua de Eros más tarde, ¿conoces ese parque?, ¿el parque del amor? —escuché aquel nombre y dentro de mi volvió, algo que no quería recordar volvió de la forma mas estúpida posible pero si era para que los hermosos ojos miel de Larry volvieran a brillar iría con gusto. "Bien, te esperare ahí a las ocho" sonreí y salí de la biblioteca para llegar hasta un edificio un poco deteriorado donde enseñaba mi profesor a mas personas que como yo estudiaban primaria, secundaria y preparatoria para poder trabajar.

Entre por la puerta color chocolate y subí por las escaleras hasta un tercer piso, a la derecha el quinto salón donde me tocaba clase con el profesor Felipe Carvajal. Toque la puerta— adelante —dijo amablemente a la par que entraba al salón, fui la primera en llegar como siempre— Anita, ¿cómo estas?, ¿necesitas algo? —a lo que escribí "solo quería clases extras" me miro divertido y comenzó a explicar una clase solo para mi.

Apenas era medio día y fui al comedor familiar, un pequeño restaurante que me contrato como mesera, no hay una excelente paga pero se que si sigo trabajando duro pueda devolverle un poco de dinero a Gabriel.— Querida, ¿cómo has estado? —me preguntó la dueña del local cuando entré y me abrace a ella antes de tomar el delantal y ponerme a trabajar.  Al atardecer corrí para llegar a casa, mi falda roja no es muy adecuada para correr y menos con tacones pero lo intento. Llegue a tiempo para ver el ocaso, prepare la cena y espere a Gabriel pero él nunca llego y sin darme cuenta me dormí antes de poder ver sus ojos vino de nuevo el día de hoy.

Cupido no se debe enamorar [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora