EL Dolor es Debilidad (EDITANDO)

Capítulo 2

A la mañana siguiente, se levantó con un fuerte dolor de cabeza, sus ojos estaban hinchados y rojos por haber llorado casi toda la noche. El maquillaje habia dejado huella en la almohada haciendola ver más desastrosa de lo que pensaba. Se quitó el pijama y metió a la ducha sin importarle el agua fría. Recordar todo lo que Kylan le dijo la noche anterior era doloroso. Pero ella no quería vivir así, simplemente se negaba a vivir en el rechazo, no, no otra vez.

Se secó y maquillo para disimular los ojos hinchados.

Bajo decidida a hablar con Kylan. Tal vez Kylan cambiaría de actitud con ella al conversar y dejar las cosas claras. Aunque aún no sabía que es lo que le diría. Llegó al comedor dando por echo que el estaría ahí, pero no había nadie.  Buscó por todos lados y no veía a nadie.  solo estaba ella.

Resignada fue a la cocina y se preparó el desayuno. ¿Como haría para vivir en ese lugar? Era muy grande para dos personas y ahora que se encontraba sola se sentía aun mas el gran espacio de la casa.

Después de desayunar. Se la pasó toda la mañana limpiando y colocando en orden toda la casa, aunque no había mucho que ordenar, solo limpiar el polvo acumulado en los muebles y ya. Así que decidió cocinar, algo sensillo ya que no sabia mucho de cocina, pero si lo básico.

Al igual que el desayuno, el almuerzo lo tuvo sola. No sabía a donde había ido Kylan ya que no era día laboral. Sin poder hacer nada más, se la paso recorriendo la casa y parte de la tarde se la paso leyendo en la sala. Hasta que la puerta principal se abrió.

Era Kylan.

-Veo que te quedó claro tu función en esta casa. -Dijo kylan mirando toda la casa. Mishel no entendía a que se refería. ¿Su función en la casa?

-¿Que? -Dijo sin comprender. Kylan se acercó a ella de a paso veloz. Casi como un depredador, lo cual hizo que Mishel quisiera retroceder. Pero Kylan fue más rápido y la tomó del brazo y acercó su rostro al de ella.

-Tu función aquí es limpiar y cocinar, no habrá personas que lo hagan, así que ese será tu deber. No quiero a nadie ajeno en esta casa, debemos guardar las apariencias, pretender ser un matrimonio feliz y por eso no debe haber más gente que nosotros en esta casa. ¿Te quedo claro? -Mishel no podía creerlo, era casi como decir que ella seria una empleada, y que además nadie debía saberlo. Ella era su esposa, pero tal parecía que para el no era más que una persona que se encargaba de limpiar y cocinar.

Pero ella no era simplemente una empleada, ella tenía un sueño. El cual era  terminar su carrera y ejercerla. No podría hacerlo si se la pasaba todo el día cocinando y limpiando.

-Pero... Yo debo ir a la universidad y tal vez no llegue para preparar la comida. —Dijo tratando de hacerle entender a Kylan que ella también tenía cosas que hacer.

-Pues tu ya verás, pero yo quiero el almuerzo y la cena preparadas para mi llegada. -Su forma de hablar y la manera en que la miraba era prepotente y autoritaria. No podía describir lo que sentía. Miedo, frustración, tristeza, tenia todo un cúmulo de sentimientos que no lograba asimilar. ¿Como fue que llego su vida a este punto? ¿En que momento perdió el sendero de su vida? No lo sabía, solo sabia que tal vez ese sería su nuevo infierno.

Los días pasaban y las cosas no cambiaban. Kylan trataba a Mishel de la peor forma, siempre restregandole en la cara que ella simplemente era una esposa que tenia que limpiar y cocinar para el. Mishel cada vez se sentía más cansada, trataba de cocinar y limpiar antes de ir a la universidad. Volvía después del almuerzo y hacia la cena para luego volver totalmente cansada y tratar de retomar sus clases que por el cansancio se hacían muy difíciles.

Kylan estaba estresado. casi no había dormido, el convenio con la empresa de los padres de Mishel había abierto muchas puertas, pero el trabajo se incrementó de forma increíble. Tenia muchas reuniones y papeles que revisar, trataba de mantener todo en orden pero no todo le salía como el quería.