El cambio

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- No lo entiendo - dijo Angelina cuando Sky le dijo que se iría a vivir con su madre.

- Ella quiere estar cerca de mí, y yo de ella - dijo Sky, mientras hacía las maletas.
- Pero si no se llevan bien -dijo confundida Angelina-, me vas a dejar sola. Lamento muchísimo lo que dije, estaba celosa; celosa de todas tus virtudes.

Sky le acarició la mejilla.
- Eres una torpe. Tienes más virtudes que nadie, aparte, ya te dije que te perdonaba, miles de veces, eso ya es pasado.

- Entonces no te vayas. No me dejes -dijo Angelina y su voz se empezó a quebrar.
Sky la abrazó.
- Angie, tú eres más fuerte de lo que aparentas, lo eres. Debo de irme porque debo descubrir quién soy, y tal vez, en el camino te pueda lastimar y eso no me lo podría permitir.

Angelina se separó de ella.
—Es que me cuesta creer que ya no estarás por aquí, ni siquiera me quieres decir a dónde te vas a mudar -replicó enfadada.

Sky le sonrió, comprendía el enojo de su hermanastra, pues desde que se habían conocido - a los ocho años- ya no se habían separado nunca. Angelina realmente creía que era culpa suya, cuando en realidad, eso no tenía nada que ver.

Y cuando su madre le había dicho que debe ir a una misión especial al instituto de nueva York, su interés rebasó los límites. Ella le había dicho que Jace herondale era su hermano. Pero ella no se encontraba nada similar. El era todo oro, y ella... bueno, la idea de qué él sea su hermano la consumía.
Y después estaba Clary Fairchild, su prima hermana, era tan extraño pensar en que las figuras más conocidas del mundo de las sombras eran sus parientes sanguíneos, todo le daba vueltas. Era mucho lo que debía asimilar. Su vida en Irlanda le parecía como un sueño borroso.

- Te irás mañana -dijo Angelina, sentándose en la cama de Sky-, y no has mencionado palabra alguna a Frank, él no lo tomará muy bien que digamos...

- Él no tiene porqué saberlo. No le dirás nada, por favor - pidió Sky.

Angelina asintió, pero sus ojos ya estaban bañados en lágrimas.
- Te voy a extrañar, hermana -dijo, tomándole la mano -, no me vayas a olvidar, a dónde sea que vayas...
- ... nos unen las mismas estrellas - terminó de decir Sky, quién también había empezado a llorar.

Él adiós había sido duro. Ahora estaba con su madre y André, quién estaba vestido de manera excéntrica; una gran capucha negra que le cubría todo el rostro.

- ¿Por qué estas vestido de está manera? -preguntó Sky a André, él sé sorprendió.
- ¿De qué manera exactamente? - replicó ofendido.
- Bueno, es que no es normal que una capucha te cubra todo el rostro, es raro...

Entonces él apartó un poco su capucha y dejó ver su rostro ofendido.
- No me puedes criticar, niña. Tu tienes ropa de hombre - observó.

- ¿Ropa de hombre? -dijo ofendida-, solo son pantalones.
- Y camisa de hombre, cuida más tu aspecto.

A Sky le tomo un poco de tiempo para no abalanzarse a golpes. Ignoró el comentarios y fijó su vista en su madre.
Ahora se encontraban en una cabaña a las afueras de Irlanda. Todo era bastante rústico, pero acogedor.

- Creo que es hora, debemos de hacer el cambio -dijo Penny.

André asistió;
- Estoy preparado - luego se giró hacía Sky- ¿Lista? Estoy al tanto de que los mortales, al verse en otro cuerpo les afecta.

Ella realmente no estaba preparada.
- Si, lo estoy -dijo muy a su pesar.

El proceso fue lento y doloroso, pero al final, quedo con el cuerpo y aspecto de una preciosa jovencita de largo cabello negro. Sus ojos, sin embargo, eran iguales a los de ella, a ésto André se justificó.

- Supongo que es una coincidencia que sus ojos sean iguales, de todas maneras estás distinta. Pero si pudiera averiguar el nombre de la chica a quién veo, la encuentro tan parecida a alguien...

Para Sky fue un cambio drástico, su cabello, que era pelirrojo y corto, era oscuro y largo. Pero le reconfortaba ver sus ojos en el rostro de ella; su belleza era más elegante, ella misma era más aniñada y tierna.

- Está hecho, es hora de transportarnos a Nueva York, André, aquí tienes tu pagó, y por el de todos los meses - dijo Penny, entregándole un cheque.

- ¿De que hablan? -dijo Sky, pero su voz sonó delicada y aguda.
- Tengo que verte cada mes, lindura -dijo André -, no puedes mantener ese aspecto sin que yo te ayude.

El viaje a Nueva York fue tranquilo y silencioso. André nunca habló con ella, y ella no estaba triste por ello.

Los nervios de Sky estaban al tope cuando vió el instituto de Nueva York.

Sustitución de identidad; Ahora sería Amelia Dovehood; ayudante de su madre, Penny, en el instituto de Irlanda, no había problema, pues Penny tenía todos los documentos en orden.

Al entrar, una preciosa muchacha de cabellera oscura la observó con interés.
- Hola, soy Isabelle, ¿Te puedo ayudar en algo? -dijo mientras la observaba con atención.

- Soy Amelia Dovehood, yo hice una solicitud para permanecer un año aquí en el instituto de Nueva York para ayudar a...
- Oh, claro -dijo interrumpiendo-, la  mujer grosera de Irlanda, claro. Pasa, Jace no está pero  Clary sí, está en  la bibleoteca, te acompaño.

El corazón de Sky latía tanto que le dolía.

- Y aquí es - dijo Isabelle-, Clary, está chica es la de intercambio.

Sky solo podía ver una cabeza pelirroja sumergida en un libro.
Entonces levantó la cabeza y Sky se dió cuenta de lo similares que eran; realmente era su familia.

- Hola, mucho gusto -dijo amablemente-, Soy Clarisa Fairchild.

CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora