El beso

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- Esto no debió haber pasado - murmuro André.
Se levanto con pesadez de la cama, y tapó su cuerpo desnudo con una manta.
Sentía como si el aire la faltara. Era una sensación alarmante.

Dió un último vistazo a la habitación; Todo desordenado. Era identica a una habitación de hotel. Bonita, pero sin pertener realmente a alguien.

Caminó hasta el baño y se fijo en su reflejo. Su cabello estaba muy despeinado, sus labios hinchados, y en sus clavículas tenía marcas de uñas.

Suspiró.
- Si tenía que haber pasado - contestó la otra voz desde la habitación.
André salió del baño y se encontró a una muchacha rubia.

- Aparte, siempre tienes ese humor horrible por las mañanas -Añadio. Se acercó hasta él y le dio un rápido beso en la mejilla.
Su cuerpo era escultural y evidentemente no tenía intenciones de ocultarlo. André se sintió un poco torpe por taparse con la manta. La dejo caer y caminó hasta la cocina.

Se encontraban en su departamento. Un lugar moderno y bien decorado por las afueras de Brooklyn, Nueva York. Las paredes, pintadas de celeste y gris, hacían que el día - él cuál era nublado- pareciera más pálido qué de costumbre.

- No tengo un humor horrible. Es que realmente no debí hacerlo - André tomó asiento en una de las sillas altas y negras del desayunador, y colocó sus manos en la cienes.
Ella le lanzó una mirada cansada.
- ¿De qué hablas? Llevamos haciendo esto desde hace muchos años - Se defendió.

André notó qué detrás de esa actitud indiferente , ella realmente estaba herida.
- Tienes un punto... pero tú ya estás casada. No debemos hacerlo.

Cassidy sonrió. Se sentó en frente de él mientras se preparaba un cereal.
- A tí nunca te importó - dijo, y lo miro  a través de sus ojos verdes-. Esto es por la chica pelirroja.

André sintió su corazón latir con rápidez.
«Claro que es por ella» Pensó él con enojó.

Cassidy frunció sus labios, haciendo un puchero. Ha André le pareció un gesto muy inmaduro, contando con que ella ya tenia muchos años...

- ¿Qué tienen las nefilim qué te fascinan tanto? - preguntó. Se llevo la cuchara a los labios. Un perfecto estado de falsa indiferencia.

- Nada - dijo André-. No es su condición de cazadoras lo que me gusta.
Cassidy negó divertida. Levantó el plato, una vez terminó de comer, y lo llevo al fregadero.

Seguía desnuada. Sus orejas en punta delataban su sangre de hada. André pensó qué ella era preciosa, pero de una forma más sensual y ardiente.

- A tí te gusta la chica pelirroja - dijo, y no era una pregunta.
André se sintió nervioso, pero ya era absurdo negarlo.
- Si, me gusta - La imagen de Sky sonriendo apareció en su mente.

La rubia tapo su boca con ambas manos. Su rostro estaba cambiando a ser serio. André se asustó.
- No te gusta, te enamoraste de ella - Cassidy se acercó hasta él y puso la palma de su mano en la mejilla. Ahora no tenía intenciones de disimular su disgusto. Sus ojos estaban quietos, buscando algún signo de mentira.

- Odio a ustedes los que pueden mentir - musitó cuando dejó caer su mano y se alejó de André.
- Nunca te mentí - se extrañó.

Ella le sonrió. Sus dientes eran pequeñitos y puntiagudos.
- Ya sé - dijo-, pero acabarás mal con ella, te lo digo brujo.

Cuando André llegó a casa de Tessa los amigos de Sky seguían ahí.

Angelina - la hermanastra-, lo había recibido. No habían tenido tiempo para conversar, así que el no sabía mucho sobre ella o su carácter.

En cuanto Sky lo vio, le dió mucho gusto y se lo hizo saber;

- Creí que hoy no vendrías - dijo... ¿Emocionada?

- Te dije que vendría cada día. Perdón si es mucho molestia, pero ya sabes.

Quiso repetir las palabras de siempre. Esas dónde explicaba qué la madre de Sky había pagado por adelantado y era su trabajo. Sin embargo, se callo al ver su rostro contento. Contento porque él había ido.

- Me alegro de todas maneras - le respondió con simpleza-. Me es agradable tú presencia, ¿Con quién más hablaría de música, si no tú?

- ¿Con un Carstairs? - se aventuró a decir. Sky rodó los ojos, pero mantenía su actitud agradable.

- Angelina me pidió qué preparara albóndigas y spaghetti, pero no tengo la menor idea de cómo hacerlo.

André se giró y vio a Angelina sentada en el sofá mirando la punta de sus cabellos.
- ¿Y no te ayudará? - André la observó más fijamente.

Sky dió un brinco pequeño.
- Oh, no, no. Prefiero mil veces hacerlo sola; si te soy sincera, ella es una pésima cocinera - le dijo inclinándose al oído.

Los labios de Sky se sintieron calientes cuándo entraron en contacto con su piel. Y su aliento olía fuertemente a moras silvestres.

Sintió una descargá eléctrica y se alejó un poco de ella.
Ella continuó normalmente con su tarea, ajena a sus nervios.

Era extrañó lo mucho que ante sus ojos parecía una niña.

Frank, quién había observado cómo ese brujo la miraba, se enfado.

Sintió unas enormes ganas de tomar a Sky y apartarla.
El brujo se había ido a algún lugar y se quedo a sola Sky.

- Hola - le dijo sonriente, cuándo lo vio llegar. Su cabello se había esponjado por la humedad en el ambiente y  lucia realmente graciosa.
- Adoro tu cabello en este clima - comentó él. Ella se giro con la mirada desafiante. Llevaba puesto un mandil qué le quedaba realmente grande, y unos gruesos guantes para hornear, qué utilizaría para sacar cosas en el horno.

- No te burles - le dijo, aplanandolo- Desagradecido, tonto. Aún y cuando me pongo a investigar la receta para hacerlos felíz. Ay de mí - dijo con un drama falso-. Al menos no tengo una barba horrible.

Le había crecido una barba realmente irregular a Frank, y esté no había tenido tiempo de rasurarse.
Ahora Sky reía.

- Sabés, Jace me contó sobre su miedo a los patos. ¡Quién lo diría! Esos animales son malignos ... - dijo enfrascada en su tarea pero con resentimiento verdadero.

Frank dejó escapar una risa débil. La quería tomar en brazos, y estaba decidido. Aunque tenía miedo a la reacción de ella. Seguramente lo golpearía.

Frank se acercó a ella, y la rodeó por la cintura.
- Frank ¿Qué...? - pero no completo la oración, porque la había besado. Un beso tierno pero con mucha necesidad.

André quién regresaba a la cocina vio la escena y no supo cómo reaccionar. Se sintió tonto de haber pensado una situación... Imposible.

Escuchó un sollozo; Angelina.

CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora