Episodio de Oro;La Ira de Dios y el amor de la reina Seelie.

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Una mujer vestida totalmente de rojo golpeaba a Jace en una silla mientras estaba amarrado.

- Jace Herondale ¿Dónde está tu hermana?
Su voz sonaba desesperada y asustada. Pero no reconocía a ni una voz conocida.

La sangre goteaba sobre su golpeado rostro. La persona tomó otra cara ardiendo y  lo quemó de nuevo con ella. Jace soltó un alarido.

La mujer soltó un suspiro de cansancio.
- Por favor, Jace, no me gusta hacerle daño a tu rostro, es demasiado bello para ser desperdiciado - dijo, con voz dulce.

Jace le gruñó. La mujer lanzó una carcajada.

- Pero que fiero te has vuelto, eso me gusta. El brujo, ahora - ordenó.

Por la pesada puerta de metal entró Magnus, con una venda en los ojos.
- ¡MAGNUS! - gritó Jace.
- ¿Alec? - preguntó a su vez Magnus.

La mujer volvió a reír encantada.
- No, querido. Es Jace Herondale - dijo con autosuficiencia.

- Eres una cobarde, muestrate - Jace exigió.
- Oh, nadie me llama cobarde - dijo en susurro con voz cavernosa.

Se acercó hasta Jace y se sentó encima de sus piernas. Cuando se quitó la capucha, los ojos de Jace se abrieron con horror; La reina Seelie.

- ¿Sorprendido? Ya lo veo que sí.
Jace trató que se bajara de él, sin éxito.
Magnus logró con mucho esfuerzo quitarse la venda y miró sorprendido a la reina.

- Tanto tiempo, amigo - dijo, aún sentada en las piernas de Jace.
- Reina Seelie, nunca me  había enterado  de nada parecido. Creí que él trabajo sucio lo hacían sus soldados.

Ella asintió tranquila.
- Es un caso diferente, totalmente diferente. Lamento haber hecho tanto enrollo sobre este asunto.

Se quitó de las piernas de Jace, y caminó hasta dónde Magnus.
- Te he traído para que escuches mis palabras, tengo fe en qué sabrás lidiar con tus cazadores de sombras.

Magnus la miró confundido.
- Jace Herondale, necesito a tu hermana - le dijo, sonando muy afectada.
- Todos la necesitan - dijo cansado.

La reina negó dirvertida con la cabeza.
- Tú padre es bastante astuto, no sólo consiguió un demonio, sí no que consiguió al más célebre.

Magnus se sentó en un taburete que recién le habían traído.
- ¿Puedes ser más objetiva? - le dijo a la reina.

Ella asintió.
- Valentine no quería que su segundo experimento fuera un fracaso. A él tu hermana no le interesaba en lo más mínimo. Así que contacto con Lucifer o Santanas, cómo quieras llamarle...

Magnus masajeo su barbilla.
- ¿Me quieres decir que Lucy tiene la misma sangre qué Santanas?

Ella asintió, evidentemente celosa.
- ¡Imposible! - gritó Jace.
- Tranquilo, caballero - La reina le sonrió, cruel.

- Lucifer no es él más poderoso, mi propio padre le supera- dijo Magnus-. Sin embargo Dios y los ángeles tienen un odio partícular por él. Sí esto es verdad, lo que Valentine hizo fue algo más que un experimento, fue una ofensa hacía los mismos ángeles y Dios.

Jace tembló.

- Bien explicado, brujo - dijo la Reina-. Dios ya ha visto a tú hermana y mandó a un soldado, qué dudo mucho que puedan superar, para matarla.

Jace dejó caer sus manos, aterrorizado.
- Y no sólo a ella, también a Clary y a tí , por protegerla sobre las leyes de los cazadores de sombras.

- ¿Cómo puedes saber esto? - le dijo Magnus, tratando de calmar su respiración.
- Conozco bien al soldado - dijo sonriendo.

- ¡¿Quién es?! - gritó Jace, fuera de sí.
- Digamos que la manzana no fue Lilith, o en realidad, una manzana en su totalidad. Digamos que la manzana fue mi obsequio para la segunda mujer de Adán, algo que la primera no podría tener; una belleza arrebatadora. Una belleza natural...y Seelie.

Magnus empezó a comprender todo.
- Eva - dijo, y sonó vacío.

La reina aplaudió, divertida.
- Si, Magnus, Eva. Primera mujer humana y una belleza, gracias a mí, naturalmente. También mi primer amor , pero vamos, eso no lo puede saber nadie.

- ¿Por qué los ángeles mandaron a Eva para matarnos? - dijo Jace.

La reina caminó hasta colocarse en frente de él.
- Porque la odian. Odian qué es más hermosa qué cualquier Ángel. Odian qué trato de Salvar a Lucifer y digamos qué Adán, no era precisamente un amor.

- ¿Mi hermana es solo una lección para Lucifer y Eva? - dijo espantado.
- Países enteros fueron lecciones para ellos. Pero sí ...

Magnus que se había mantenido en silencio habló.
- ¿Porque nos dices esto?

La reina se giró a verlo.
- Porque la última vez le temi muchísimo a la ira de Dios para proteger a mi amada Eva. No pienso cometer el mismo error. Él sólo respeta a quién es merecedor de respetar, si le damos una lucha verdadera a Eva, entonces él entenderá que tu hermana no es otro experimento y es merecedora de vivir.

- Cómo un coliseo romano - dijo Magnus.
- Exacto. Podrías creer que tu hermana está preparada por solo ser una cazadora de sombras. Pero no olvides que Eva fue alguna vez la favorita de Dios, no la mandará desprotegida.

- ¿Cómo podemos protegerla? - dijo Jace. Pero ya le parecía todo perdido.

- Fácil, yendo hasta su padre - dijo con voz dulce.

CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora