Mark y Lucy

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- Detente - dijo una voz.

En los angeles, California, la noche resplandecía.

Emma Carstairs estaba durmiendo junto con Julian. Los dos estaban tan asustados y solos qué les dio completamente igual dormir en la misma habitación.

Magnus los había visto escabullirse y les había dedicado una gran y triste mirada.

Emma sintió una espada helada en su corazón cuando vio al gentil Magnus hacer ese gesto. Pero ya estaba hecho. Ellos dos dormirían juntos.

Y ahora Julian no dejaba de besarle la frente.

- Detente, Julian - dijo Emma, apartándose un poco-. Me dijiste que solo dormiríamos, y es lo que vamos a hacer.

Julian se desesperó, agitando sus rizos castaños.
- No sabes la gravedad de la situación. Las trompetas han sonado, Emma, el apocalipsis está cerca, y tú no me dejas besarte.

Emma encarco una ceja.
- Sonaste muy patético, Julian, y tú eres todo menos patético. Debemos descansar, eso hasta tú lo sabes - dijo, y luego recordó a Mark-. Tengo un terrible miedo. Mañana será la ceremonia parabatai de Mark y esa chica Lucy, me da mala espina.

Julian la miró extrañado.

- Creí que te agradaba - comentó confundido.

Emma se acercó más a él.
- Si me agrada, pero sabes lo que dicen «“Cuando se muere tu parabatai es la peor sensación en la vida”». No quiero que Mark en estas circunstancias tenga que elegirla. Sí él no quiere hacerlo Isabelle Lightwood está dispuesta, ella lo a dicho.

Julian soltó un suspiro pesado.
- Pero si quiere - replicó, rendido-. Él está seguro que esa chica a la que apenas conoce es su futura parabatai. Dice que lo sintió cuando lucharon juntos.

Emma asintió. Sabía esa sensación.

En otra habitación lejana, Jace no podía dormir.

Clary había estado llorando hasta que se quedó dormida. Aún tenía rastros de lágrimas en sus párpados.

Jace las limpio. La amaba tanto.
Y ahora que todo le resultaba tan aterrador, Clary era su luz. La tenía, y ella lo tenía a él. Se pertenecían.

Dos golpes sonaron en su habitación.
Era Alec, tenía una expresión bastante sería.

Jace se puso aprisa unos shorts y lo acompaño hacía la sala. Y desde un gran ventanal, se podía observar la biblioteca.

Lucy y Mark estaban ahí. Todo era bastante ordinario.
Solo que ellos dos se estaban besando.

Jace dejo de respirar.
- Creo que Mark no fue lo suficientemente serio al aceptar ser parabatai de Lucy. Míralos - susurro Alec a Jace.

Jace intentó respirar más tranquilamente, y se relajó.
- Aún tenemos a Izzy, ella ya está comprometida con Simon, dudo que ella dos se besen - comentó Jace-. Aunque creí que a Lucy le gustaba ese brujo.

Alec subió los hombros, y bostezó.
- Tengo mucho sueño, mañana hablamos, tú también deberías subir.

Jace asintió, mirando a Lucy una última vez.

André había respetado el tiempo a solas que Lucy le había pedido.
Ella estaba apunto de entrar a una guerra, unos momentos a solas no le parecían extraños.

Todo iba bien hasta que Mark se apareció en la habitación.

- Discúlpame, mi dama - le dijo al verla en pijama-. Es solo qué, debido a que mañana es nuestra ceremonia de Parabatai, me gustaría hablarle un poco.

Ella lo miró sorprendida, y parpadeo para enfocar mejor su rostro.

- Si, claro - respondió, abriéndole la puerta-. Pasa por favor.

André no era del tipo celoso, pero aún así utilizó sus poderes para hacerse invisible y entrar a la habitación con ellos dos.

Los dos estaban bastante tímidos. Lucy lo miro nerviosa mientras se sentaba en su cama.

- Bien, ¿Qué te gustaría saber? - dijo, frotándose las manos con su fina pijama rosa.

Él lo pensó.

- ¿Desde cuándo sabes que tienes por padre a ese demonio?

Lucy pasó saliva. Demasiado directo.

- Hace menos de seis meses. Yo creía que era una cazadora más en el mundo, con un padrastro que me destestaba, una hermanastra encantadora, y una madre ausente.

Mark asintió.
- Mi vida también dió un giro cuando me llevaron las hadas - dijo serio.

Lucy lo sabía. Sabía toda su historia porque se la había preguntado a Cristina.

- Bien - dijo después de mucho tiempo-. Ahora que seremos Parabatai tenemos que hacer una prueba, sólo para nuestra seguridad.

Ella se extraño, pero asintió.

- Pero no es apropiado que lo hagamos aquí - dijo él, mirando la habitación.

- ¿Es una prueba de combate? - preguntó confundida. Él negó-. Oh, vaya, es más de mente y razonamiento ¿En la biblioteca, tal vez? - sugirió Lucy.
- No es lo ideal, pero puede funcionar.

Ambos salieron con André detrás de ellos.

Cuando llegaron a la biblioteca, Mark miró toda la habitación.

Lucy observó cómo la luz pálida de la luna acentuaba la tez de Mark. Su figura, su perfil. Parecía un fantasma, con esa camisa blanca y cabello rubio.

Era alto, justo del mismo tamaño que André.

- Escucha - pidió, mirando el suelo-. Me da vergüenza hacer esto, pero es algo por lo que mi familia no puede volver a pasar.

A Lucy se le quebró el corazón.
Él iba a negarse.
- Oh, yo entiendo, lo hago realmente - dijo ella, poniendo una mano sobre su hombro.

- ¿Lo haces? - dijo, confuso.
- Si. Emma me contó.
- ¿Lo hizo? - preguntó él, completamente sorprendido.

Lucy volvió a asentir.
- Entonces, tú entiendes - dijo, y la atrajo hacia él, posando sus labios en los de ella.

Era un beso encantador y tierno. Él colocó sus manos en su pequeña cintura. Su piel olía a bosque, y sus labios sabían a fruta fresca.

Pero no sintió la montaña de emociones que sintió con André.

Cuando se separaron, Mark la observó completamente sonrojada.

- Todo en orden - dijo-. Eres una de las chicas más hermosas que he visto, pero no siento nada por tí más que amistad. ¿Tú qué me dices?

Lucy acomodó sus ideas un poco y dijo;
- Creo que amo a André Whitman.

Mark le sonrió y le dió una palmadita en la espalda.
- Genial, enhorabuena.

Mientras tanto, André estaba enfadado- enamorado.

CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora