Criatura de Infierno

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La fiesta se encontraba en su mejor punto. Isabelle y Magnus bailaban la conga mientras Jace retaba a quién se le cruzará para hacer veinte lagartijas.

André bailaba con la rubia quien no dejaba de dar vueltas alrededor de él.
Entonces Sky se encontró completamente sola.
De una ventana, pudo ver a Clary sentada en el césped verde afuera del instituto mientras ella observaba la luna. Su mirada era distante.
A Sky esto le llamo la atención y sin saber porqué caminó hasta ella.

Al llegar Clary la miró confundida.
- Creí que estabas adentro con las demás personas -dijo con voz tranquila. Seguía observando la luna cuando hablaba.
- Oh, si lo estaba. Pero yo no soy una persona de fiestas - confesó apenada ( y era verdad)-, entonces te vi sentada aquí, sola.
- Ya veo -dijo.
- Me iré, perdón por molestarte -dijo Sky entendiendo el silencio de Clary.
Clary dejó de ver la luna y se giró con Amelia (Sky).

- No, está bien. Si quieres, quédate.
Sky asintió dudosa, pero se sentó a un costado suyo.
Pasaron segundos en silencio, hasta que Clary dejó caer su cabeza hacia atrás, parecía relajada.
- ¿Tú extrañas a alguien? - dijo de pronto.
- Si, lo hago... - respondió Sky, confundida por el tema.
- Yo también. Mi mamá está lejos de mi, se  casó con un hombre llamado Luke. Él es grandioso, pero extraño tenerla para mí.

Sky asintió, y recordó los días en que lloraba sin piedad en su cama cuándo niña por extrañar a su casi inexistente mamá. Y cómo Angie se metía entre las sabanas para abrazarle y consolarle. Eran tan pequeñas.

- Pero tienes a Jace, se qué no hay punto de comparación, pero un buen abrazo de alguien amado te sana un poco ese vacío - dijo Sky, sin pensarlo.

Clary la observó y sonrió.
- Tienes razón, soy afortunada - dijo con un suspiro.
- Lo eres - confirmó Sky, con un deje de amargura que Clary detectó.

- Sé que me debes creer insufrible, por las historias que rondan. Pero me gustaría que me conocieras. Hay algo en tí que me produce confianza y tranquilidad, eso que solo me nace con mi mamá. Por eso, te pido, demos una oportunidad a está amistad.

Clary le sonreía radiante. Ella también quería ser amiga de Clary, lo deseaba porque ese cariño y tranquilidad también lo sentía cuando estaba junto con ella.

Y realmente quería confiar en ella, pero la voces que escupían el nombre de Jonathan. Que lo odiaban, y maldecian.

- Si tú me das una oportunidad, yo te la doy - dijo Sky.
- Por supuesto - respondió feliz.

Entonces las dos conversaron durante horas, eran más similares de lo que creían. Rieron, y por poco lloraron. Hablaron del amor y de la soledad, y de la soledad se saltaron a las despedidas. Y al llegar ahí, Clary no pudo evitar pensar en su hermano.

- Esto es tonto -dijo Clary, jugando con un mechón de su cabello.
- ¿Qué es tonto? -preguntó Sky.
- Solo le he dicho esto a dos personas, pero no me entendieron - confesó cansada-, es sobre Jonathan, mi hermano.

Sky sintió su pecho subir y bajar. Ahí se terminaría todo, Clary aborreciendo a Jonathan y por consecuencia, a ella.

- Yo lo quiero -dijo de pronto-. Se que es cruel decirlo, porque él hizo sufrir a muchísimas personas, y que no merece amor, pero lo quiero. Y no dejo de pensar en cómo, si mi madre lo hubiese criado, él hubiese sido diferente. Tal vez pudo haber sido bueno y gentil. Pero él sufrió, sólo. No tuvo amor, y yo lo quiero porque es mi sangre.

Las lágrimas de Sky empezaron a caer de prisa;
- ¡Oh, Clary! -dijo entre sollozos Sky explotando-: Yo soy tu prima, y soy igual a Jonathan. Estuve tanto tiempo rogándole al cielo por una familia que me amara, y no sabes lo feliz que me pongo de escuchar eso, porque yo soy buena, pero la clave y yo...

Pero el rostro de Clary estaba quieto.
Tan quieto que parecía qué el tiempo se había detenido.

- ¿Clary? -susurro Sky.
Una sombra detrás de Clary salió.
Era André, tenía labial en la esquina de sus labios. Su mirada estaba muy seria.
- De lo que te salve -dijo enojado- ¿Qué te crees que hacías?
Sky entendió que él había tenido que ver.

- ¿Por qué has detenido el tiempo? -dijo con voz grave y garganta reseca-, ¿Has escuchado? Ella le quiere, y si ella lo hace Jace podría empezar a quererme también.

André negó cansado con la cabeza.
- Los jóvenes son tan sentimentales. No te enviamos aquí para qué lloraras y besaras a tu familia. Si no, para darte tu libertad. Al menos esas fueron las órdenes de tu madre.
- No comprendo -dijo Sky mirando aún a una conmocionada Clary, detenida en el tiempo.
- La única forma de que la clave no te mate, o que las hadas no te torturen es que la madre de Clary, Joseline, invoque al demonio de quién se te inyectó la sangre, y que ella se declarase culpable de los crímenes contra tí. Así, tal vez el demonio a cambió de limpiarte, la pida a ella, como verdadera culpable.

- Eso es horrible -replico horrorizada- yo no podría hacer tal cosa. Tal vez el ángel Raziel me ayude.

André le tomó por la barbilla. Su rostro parecía aún más perfecto que antes, y la cercanía entre ambos, hacía que sus alientos se tocaran entre sí.
Solo así, pudo observar qué ella tenía su aspecto de siempre.
- Tú no eres parte de los Ángeles, tu eres infierno. Maldad. Ellos no se preocuparan por ti. Dejá de lloriquear. Actúa por primera vez para tí. Sálvate  - dijo mirándole a los ojos, después cómo dándose cuenta, se alejó y adquirió la misma actitud de siempre-: Por cierto,linda. No detuve el tiempo, si no que detuve tu cerebro antes de que abrieses la boca para contestarle a Clary. Ahora estas desmayada y Clary te está atendiendo.
Recuerda; Hazlo por tu libertad.

CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora