Un día antes de la gran guerra

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- Bien. Me gustaría saber lo que realmente pensaron cuando dejaron dentro a mi hermana y a un demonio mayor.

Jace Herondale estaba sentado en un viejo sillón. Puso su cabeza entre las rodillas mientras dejaba salir el aire.

- Es su padre - dijo Alec, poniendo una mano sobre la espalda de Jace-. Y ella quería entrenar con él.

- ¿Y que me dicen de Mark? - intervino Emma. Sus ojos cafés tenían grandes ojeras. No había dormido nada desde que los chicos Blackthorn se fueron.  Julián lucía aún más cansado, con el cabello completamente despeinado, y su sueter gris completamente arrugado.

- Él también quiso quedarse, ese fue su deseo -replico Alec.

Tessa Gray les sirvió a todos una taza de té que creía que les relajaría un poco. Ella también estaba tensa. Tener a Will cerca era cómo un sueño, pero a la vez era tan bizarro.

En la noche ella no había dejado de llorar por la profanación de la muerte de su marido. Y enterarse del dolor de Jem al ver de nuevo a su hermano sin ser parabatai.

- Gracias, querida - le dijo Magnus-. Esto es duro para todos. Es una evidente batalla contra el cielo. Yo por mi parte nunca he estado familiarizado con el, pero ustedes...

- No nos queda de otra más que rebelarnos - comentó tranquila Clary-.  Hubo una vez en la que yo también me revelé.

Todos se giraron a verla.
Ella al darse cuenta enrojeció y añadió;
- Claro que esto no se compara - dijo tímidamente-.De todos modos les tengo noticias; Mi hermano Jonathan falleció, es decir, se mató... - Su voz sonaba vacía-. No pudo contener el dolor de haber matado a tantas personas bajo la influencia de los demonios.

Nadie dijo nada por un largo tiempo. Hasta que Simon se cruzó para abrazarla. Un gran sollozo salió de la boca de la pelirroja.

Emma tembló.
Era demasiado. Todo eso.

- Lo lamento. Ya me voy, sé que es incómodo para ustedes - dijo Clary, poniéndose de pie mientras salía de la sala.

Jace estuvo a punto de seguirla pero Emma se adelantó.

La escena fue volteada.
Emma ahora iba detrás de una chica frágil.

Cuando la alcanzó, pudo observar que las lágrimas de Clary seguían saliendo.

- Oh, Emma, no es necesario que estés junto conmigo - le dijo.

Emma negó y posó su mano sobre la de ella.
- Alguna vez hiciste conmigo lo mismo, es mi turno.

Clary le sonrió.
- Es solo qué, ya lo perdí una vez. Y él era mi hermano, mi verdadero hermano. El de ojos verdes que me amaba. Pero no podía vivir entre tanto odio. Es solo que no puedo dejar de pensar que él nunca tuvo una vida feliz. Siempre sufrió y eso me desgarra.

Emma asintió sin saber que decir.
- Tengo miedo - murmuró Clary-. Tengo miedo por Lucy. Sin ella Jace moriría, y yo lo haría otro tanto, porque después de la muerte de Jonathan una parte de mi vida se marchito. Solo me quedan ustedes, y si algo les pasará a tí o cualquiera...

Emma apretó su mano.
- Lo sé, Clary. Yo también estoy asustada. Envié a mis niños y a mi mejor amiga lejos. Mark peleará junto con Lucy, se enfrentará a la furia de Dios. Y Julian...

Tessa se acercó.

- Debemos valorar esto momentos de quietud. La pelea no está perdida, niñas. Aún tenemos fuerzas. Tenemos a la mejor guerrera y la mejor artista a nuestra disposición - dijo, sonriéndoles con ternura.

- Y nosotras tenemos a la mejor persona de nuestro lado - le dijo Emma, tomándola también de la mano.

Will veía toda la escena. Y con felicidad observó cómo los cazadores de sombras habían evolucionado. Ellas amaban a Tessa por lo que era; una hermosa persona.

Jem lo observó desde lejos. Will le sonrió.
- Jem, mi parabatai, debemos estar juntos.

Jem le sonrió asintiendo, mientras lo estrechaba entre brazos.

Isabelle por su parte aún en la sala, veía cómo Lucy luchaba contra Mark con la armadura puesta.

A lucy le dolía llevarla, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Pero aún así peleaba. Aunque su piel ardiera.

Mark la miraba con una extraña mirada de confianza y veneración.

André también la miraba,
pero con amor tan infinito.

Isabelle deseó con todos sus fuerzas que esa pequeña pelirroja ganara.

Y Mark, ese chico indefenso que peleaba con la furia de un Seelie y un ángel. Peleando por su familia, por su compañera, por su mundo.

Ante toda posibilidad, Isabelle había amado. Simon era el amor de su vida. Jace y Alec era también los amores de su vida, sus hermanos.

Esta guerra es solo destrucción, pero los cazadores de sombras saben resurgir de las cenizas.

Lo podía hacer. Y en silencio, Isabelle comprendió que el odio hacia Jonathan se había ido. Odia al demonio que mató a su hermanito. No al chico indefenso que no encontró amor en este mundo.



CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora