Capitulo importante: Eva, la primer muje humana

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—¿Dónde está Jace? —dijo Lucy, mirando a Tessa.
Tessa tosió, y luego con una mano liberó a Emma, quién ya estaba adormilada.

— ¿Qué le hiciste a Emma? —preguntó Cristina, pegada al cuerpo de Magnus. Con sus rodillas protegía la cabeza de Magnus de quedar solo en el asfalto.

Tessa sé levantó con mucha dificultad. Llevaba una simple blusa blanca y unos jeans gastados y sucios, todo con olor a fuego.

— La dormí — Cristina, qué empezaba a levantarse, fue detenida nuevamente por Mark.

Lucy observaba la escena completamente confusa. La reina Seelie seguía posando su mirada en ella.

— ¿Por qué ha dicho que yo iré a una guerra? — exigió saber.
— Porque es la verdad. Tú hermano Jace lo sabe, todos lo saben.

Lucy fijo su mirada en André, estaba sentado al lado de Tessa y justo en frente de Emma.
Lucy pensó qué lucía bastante desolado.
Él claramente había dormido a Emma, y ahora miraba sus manos preocupado.

—No escucharé ni una sola palabra de sus labios —dijo Lucy.
— No, claro que no — canturreo la reina, paseándose—. Pero a Clary Fairchild si la escucharás.

Pasos fuertes y decididos se escucharon. Nueve hombres complemente equipados para pelear avanzaron hasta posarse en frente de la reina. Su aspecto salvaje le dieron un indicio a Lucy de quiénes se trataban. Mark dejó salir un escalofrío.

Uno de ellos, él más equipado, sostenía a Clary con una mano mientras ella forcejeaba.

— ¡Clary! — gritó Lucy.

La reina caminó hasta Clary y él hombre la soltó.
Clary trataba de alejarse a toda costa de la Reina, o más bien, de la armadura dorada que llevaba Magnus.

—Solo imagina, está armadura fue creada para pelear contra una de las criaturas más celestiales, capaz de enloquecer a los ángeles. Clarissa, tú qué eres más ángel que todos nosotros debes estar sufriendo … y me alegro.

Clary escupió el suelo.
— No la pueden utilizar — dijo desesperada—, ella nunca los ayudaría.
— ¿A sí? Porque justo estaba hace unas horas comiendo postre con tú hermanito.

Los ojos de Clary se abrieron de golpe.
— No menciones a mi hermano —dijo con ira.
— Pero si él está aquí, ven chico.

Jonathan fue tomado a la fuerza por otros hombres de la reina, y lo arrastraron hasta Clary.

Él evitaba verla. Las palabras «Me dolería ver su mirada» se hicieron presentes en la mente de Lucy.

— Jonathan…
— ¡Chicos Ángel, escuchen! Tenemos una guerra eminente. Esta chica de aquí es una burla para los ángeles, nos mandarán a exterminar, y su simple muerte no nos ayudará en nada. Debe luchar.

Mark se acercó hasta Lucy qué temblaba.
Le tomó la mano y la apretó. Él tampoco parecía afectado para la armadura dorada.

— Ella no irá a ninguna parte si no nos explicas que ocurre — dijo, levantando la voz. Cristina lo observó impresionada.

Pero una vez más el viento azotó. Él aire de intensificó y el oxígeno faltó para todos los presentes. El cielo estaba teñido de carmín y las nubes naranjas que determinaban el atardecer. Un llanto sobrenatural se escuchó. Tan ensordecedor que todos taparon sus oídos.

La tierra empezó a crujir, y en un instante, una enorme explosión los  empujó hacía atrás.

Cuándo la luz dejó de lastimar la vista la figura de una niña se presentó ante ellos.

Su rostro era ovalado y limpio. Con ojos azules y sumamente enternecedores. Nariz recta y delicada,y labios pequeños y definidos. Su cabello era larguísimo hasta llegar a los talones, de color café con rayos dorados y  ondas. Su cuerpo era pequeño cómo el de un pájaro, delgado y delicado. Era la mujer- niña, más hermosa alguien pudo haber observado jamás.

Mark contuvo la respiración.
— He venido por voluntad de Dios, para vengar la terrible humillación qué hicieron, hijos de Raziel. Él los condena, a menos qué me derrote aquella qué quebró el orden natural.

La reina cayó de rodillas.
— Eva mi adorada — musitó.

— Soy Eva, la qué cometió el pecado, Eva la primer mujer humana. La esposa de Adán, la creación favorita de Dios. Y vengo a limpiar mi culpa con su llamado.

—Tú eras amiga de Satán — dijo la reina, sosteniéndose cerca de Eva.

Eva no se inmutó.
—Y fue desterrado por su altanería, pensé que no volvería a retarlo de esa forma — dijo, y Lucy observó el rastro de lágrimas marcadas cómo un tatuaje.

— Sé que no nos ayudarás — dijo entonces Clary.
Eva se giró, y le sonrió.

— Los nefilim son criaturas sagradas, pero al igual que yo, están en contante prueba. Él aún no decide sí fue apropiado permitirle a Raziel haber hecho todo eso. Lo dejó pasar con Teresa Gray. Con Jace Herondale, y Jonathan Morgenstern. Incluso contigo, Clarissa Fairchild, hasta te a tomado cariño. Pero Lucy Herondale fue la gota que derramó el vaso.

— Sólo fue porque es la primogénita de su creación más odiada.

— Sólo fue porque es la primogénita de su creación más odiada

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                               Eva.

CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora