Will Herondale en el presente.

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- ¡Tessa! - gritó Jem. Su rostro estaba tan pálido que a Tessa le recordó al Jem del pasado.

Estaba corriendo hacia ella con los brazos ya abiertos. Sus ojos reflejaban una preocupación tan latente que a Tessa se le partió el corazón.

Él la tomó, aprisionandola en un abrazo.

- ¿Porque huiste? - dijo, preocupado.
- No hui, Jem. Magnus llegó por mí contándome todo el asunto que tú probablemente ya sabes, él estaba tan asustado que no pude sino acompañarlo.

Jem le tocó una mejilla.
- Hubieras dejado una nota - murmuró.
- Lo siento.

Tessa tenia qué explicarle a Jem sobre Will, pero no encontraba las palabras.

- Tessa - murmuró-. Hace un momento sentí un dolor tan fuerte, aquí, en dónde llevaba la runa parabatai. Fue tan repentino - pero Jem se calló cuando vio los ojos cristalinos de Tessa.

- Jem, debes escucharme, pero necesito que estés tranquilo - dijo lentamente. Ni ella misma creía lo que estaba sucediendo ¿Cómo le pedía estar tranquilo?

Jem asintió, confundido.

- Sabes lo de Eva, claro está. También, que todo esto es muy bizarro...

Jem volvió a asentir. El Corazón de Tessa iba a estallar.

- Cariño, ella hizo algo... imposible. Ella...

Pero callo cuando vio que los ojos de Jem se abrieron de par en par. Su rostro reflejaba una total sorpresa.
Jem se levantó con problemas, y caminando muy lentamente, observó a Will mirándolo de la misma forma.

Jem - ajeno a todo- lo tomó y lo abrazó con la fuerza que nunca pudo utilizar cuando Will  estaba vivo. Ahí estaba su mejor amigo.

- ¿Eres tú? - preguntó Jem, tocándole la mejilla.
- Soy yo pero, James, eres incluso bronceado... - dijo observando el evidente cambio en su amigo.

Jem sonrió.
- ¿Te dolió? Es decir, ésto que te hicieron... ¿Eres realmente tú?

Will se sorprendío cuando un muchacho lo tomó por la manga.

- Solo hay una forma de averiguarlo - dijo Jace.

Sacó una estela y con ella le puso una runa de curación - claro que no la necesitaba-.

Su piel la soporto sin complicaciones.
Él era un Nefilim.

Tessa albergaba una esperanza de que fuera un simple truco de un demonio. Pero ahí estaba la prueba irrefutable.

- ¿Me podrías dejar de sostener? - dijo Will, mirando a Jace.
- Claro, perdón.

Will observó todo a su alrededor. Tessa estaba vestida de una forma rara, y Jem ahora no se parecía nada a su Jem.
Se sentía solo y roto. Violado por la naturaleza, despojado de su descanso eterno. Y ahora que vivía de nuevo, su tiempo con la mujer que amaba estaba de nuevo limitado, prohibido.

- ¿Cuál es tú nombre soldado? - dijo Jace.
Tessa se alertó, pero al mismo tiempo le respondió Will.

- Will Herondale.
Jace soltó una carcajada.
-  Por favor no me digas que eres otro hermano mío.

Will negó, completamente saturado.
- No, yo... no tengo hermanos varones, solo señoritas - y ahora mirando a Tessa-: mi hermana, Cecily...

Tessa negó. « Claro, esto ya no es mi tiempo» pensó Will con amargura.

Inclusive sus propios hijos ya no debían de existir. Tal vez se habían reencontrado en lo que fuese que hubiera después de la muerte, pero él ya no recordaba lo que era. Ni cómo había envejecido, tenía memorias felices  y eso era todo.

CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora