CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del Demonio

Capitulo de plata; Lucy Herondale cuenta cómo se enamoró.

El instituto de los Ángeles era poco acogedor. Los chicos Blackthorn eran muy amables, pero Lucy siempre se sentía culpable de invadir su espacio.

Drusilla era una niña de lo más solitaria, Lucy había notado ese detalle, y ahora frente a su habitación, podía escuchar gritos de personas.

Lucy -sin saber por qué- llamó a la puerta.

Drusilla abrió la puerta, y le dedicó una mirada confundida.

- Lucy Herondale - dijo, y sus ojos chispearon.
- Hola, Drusilla, escuché ruidos extraños y quise ver si todo estaba en orden.

Drusilla miró hacía dentro de su cuarto desde la puerta, y la cerró, mostrando una sonrisita culpable.

- No era nada, en realidad - dijo mirando al suelo.

Lucy le sonrió. Sabía que mentía.

- Bien, entonces, me voy.

Lucy caminó por el pasillo, pero Drusilla le detuvo.
- La verdad, creí que nadie se fijaba en mí - murmuró-. Tú deberías ignorarme. Eres tan importante, y estás hablando conmigo...

A Lucy se le quebró el corazón.
- Drusilla, eres la niña más interesante que he conocido. Lo digo en serio.
- Ay, que va. Sí lo más interesante de mi semana fue enamorarme de ese chico de ojos azules, y resulta qué es mi antepasado, ya decía yo que no tenía suerte...

Lucy soltó una risa encantadora.
- Tú novio también es muy guapo - continuó Drusilla-. Parece un vampiro, pero de los muy guapos, o un brujo.
- Él es brujo - dijo sorprendida Lucy-, pero sí, es bastante guapo.

Drusilla se sentó en una de las sillas que estaban en el corredor, e invitó a Lucy.

Las dos se sentaron.
- Oye, en serio, ¿No te enfadas si tengo un enamoramiento por tú novio?
- No. Lo comprendo - dijo Lucy, recordando la primera vez que había visto a André-. Es bastante lindo.

Lucy nunca se había puesto a hablar de esa manera sobre un chico, y con los tiempos tan agitados, no tuvo oportunidad de contarle a Angelina, pero claro, ella destestaba su relación con André...

- Cuéntame, ¿Cómo te conquistó?- dijo Drusilla.

La niña se balanceaba, y aunque trataba de sonar indiferente, sus ojitos brillaban.
Lucy se lo pensó.

- Creo que me conquistó por partes. La primera fue cuando lo ví por primera vez. Él estaba bastante enfadado de tener que cuidarme, pero era bastante lindo.

- ¿Él debía cuidarte? - dijo impresionada la niña.
- Sí, en un principio esa fue nuestra relación; de guardaespaldas. O algo así. Él era muy malo conmigo. Realmente creí que le desagradaba.

Drusilla asintió, pesantiva. Y Lucy continuó.
- Yo estaba muy sola en ese tiempo, no conocía a Jace y Clary, y mi vida en Irlanda era una farsa. Estaba tan desolada que necesitaba que alguien  me escuchará.

- Conozco ese sentimiento - dijo la niña.
Lucy le acarició el cabello.

- Es bastante penoso, lo sé. Él no soportaba escucharme, me decía que solo era una adolescente berrinchuda. Luego, poco a poco, y debido a la circunstancia, debimos hacernos amigos. Pero yo ya sentía algo más por él. Aunque él salía con muchas chicas.

Cristina, que iba pasando, se sentó en una silla.
- Lo siento, es que he escuchado un poco - dijo avergonzada.
- Sigue - le pidió la niña.

- Bien, yo creí que para él yo solo era otro trabajo. Qué solo estaba por el dinero. Luego me enteré de algo; él había estado enamorado de mi madre, y solo por eso lo hacía.

Drusilla abrió la boca, y Cristina negó, impresionada.

- Luego, con un sentimiento bastante raro, lo seguí viendo, tratando de apagar los sentimientos por él. Pero me era imposible. Antes, me gustaba un chico, mi mejor amigo de la infancia, pero él nunca me notó. Un día ese chico me besó, y creía que todo estaría arreglado, que me enamoraría de él. Pero no fue así.
» En realidad, fue la confirmación de mis sentimientos hacia André. Pero él nunca me había dado motivos para pensar en él de esa manera.
Era tan bueno, amable, y encantador. Qué me costaba tanto estar cerca de él...
Un día, en mi cumpleaños, me dieron un carta dónde él me decía que me abandonaba, qué su tarea estaba hecha, y que estaba feliz de nunca verme. Pero era falsa, en realidad era una carta de amor; él correspondía mis sentimientos, dejándome en claro que lo que tuvo cuando mi mamá fue joven, solo un gran cariño. Lo demás se fue dando...

Drusilla sonrió, radiante.
- Qué envidia, un guardaespaldas mágico atractivo. Aparte, se enamora de tí. Ojalá yo encontrará él amor...

Cristina le sonrió.
- Dru, no te desanimes, no sabías que Will era tú antepasado. Sé que es realmente atractivo.

Emma llegó y se sentó en una de las sillas.

- ¿Ustedes también lo piensan? Wow, realmente no sé cómo sentirme al respecto. Sí, está guapísimo pero tiene más de cien años. Y no olvidemos que fue esposo de Tessa. Aún que... por mí no hay problema, ella está casada y...

Pero una tos la detuvo.
Era Julian, bastante incómodo.
- Lo siento, chicas. Sé que esos Herondale son guapísimos, escuché su conversión sobre Jace ayer, también. Pero podrían ayudarme a hacer de comer. Ustedes no, Lucy y Cristina, son invitadas. ¡Vamos holgazanas! - les dijo a Emma y Dru.

Emma y Dru se levantaron. Emma le guiño un ojo a una sonríente Cristina.

Cristina se quedó de pronto sería.

- Lucy, ¿Tienes miedo?
Ella asintió, demasiado cansada.
- Claro. De hecho, me estoy orinando de miedo - confesó.

Pero otra voz se escuchó.
- Qué sutil - dijo Will, con un libro entre sus manos.

Cristina enrojeció.
- En mis tiempos, literalmente, las damas no hablaban sobre sus... necesidades biológicas.

Lucy le sonrió, y a Will le pareció ver a Cecily en su mirada.
- Bien, chica, te habla tú novio brujo, él que no es Magnus, está en la sala. Oh, y Cristina, tú novio Hada está también buscandote, no sé porque me utilizan de recadero... ¿Los cazadores de sombras ya son tan atractivos cómo yo, o porque salen con subterráneos?

Jace se coló al lado de Will.
- Aún lo somos, Abuelo Will. Mírame.
- Sí, hermoso, no me llames abuelo... 

Pero estaba sonriendo con ternura hacía Jace.

                Lucy Skyler Herondale.

                        André Whitman.