CAZADORES DE SOMBRAS; la Heraldo Del Demonio

Esta soy yo

Angelina se sentó justo a lado de Frank a la hora de la comida. Para Sky ese gesto no quedo desapercibido, pero no dijo palabra alguna.

Buscó a su madre con la mirada, y cuando está llegó no estaba vestida como de costumbre; Llevaba ropa con colores claros y transparentes.
Se sentó en frente de Sky, y le dedicó una sonrisa amable.

- Es un gusto conocerte, Franklin. Soy Penny, la mamá de Sky -dijo con voz neutra y mirando de reojo a su hija.
- Igualmente, señora Woodrose. Debo decirle que realmente quería conocer a la madre de mi mejor amiga -dijo entusiasmado.
Angelina tosió de repente.
- Sé que eres un grandioso cazador de sombras. Mi hija me ha contando que en innumerables ocasiones le has salvado la vida, te lo agradezco.

La postura de Penny se relajó. Era evidente que él le había agradado.
- No tiene nada que agradecer. Somos un equipo. agradezco que está linda pelirroja se haya presentado en mi vida.

Entonces Angelina tosió con ganas. Sky le pasó una servilleta asustada, pero Angelina la retiro amablemente.
- Agua, por favor -dijo con la voz rasposa.

Sky se puso de pie y tomó la jarra llena de agua, con la cual sirvió el vaso vacío de Angelina. Ella lo tomó largamente, hasta que se detuvo, más relajada.
- Disculpen por haber interrumpido su plática, continúen -dijo sonriente.

La mamá de Sky, Penny, le sonrió devuelta a Angelina.
- ¿Desde que edad conoces a mi hija? -preguntó, y con la mano derecha, hacía sonar sus uñas con la mesa.
- Desde los trece años. La encontré arriba de un árbol. Se columpiaba de una rama altísima, y yo creí que era un mundi y que se podría lastimar pero cuando saltó desde esa altura, y me sonrió, supe que ella era especial.
- Oh, ella no es especial solo por ser cazadora de sombras, es especial por muchas más cosas -dijo en tono acaramelado.
- Lo sé, Madame - respondió Frank, dedicándole una mirada a Sky que la puso nerviosa.

Sky se sentía incomoda en medio de todas esas alabanzas hacía ella. Después de todo, la idea de estar maldita seguía rondando por su mente. Pero ella sabía de Brujos, nacidos de demonios que eran bondadosos.  Aun qué siempre estaba Jonathan para recordarle lo peligroso que era estar junto con sus seres queridos. No quería lastimarlos.

Se puso de pie sin notarlo. Tenía las manos en forma de puños, y todos en la mesa la miraban extrañados.

- Necesito aire.

Y con ésto salió al jardín. La brisa estaba fresca, y el olor de las petunias le calmaban el ardor en la piel. Trato de tomar una bocanada de aire, pero solo consiguió toser más fuerte.

Quería apagar esos insensables pensamientos de venganza. Pero cuando recordaba la sonrisa de su madre, le hervía la sangre de nuevo.

Joseline Fairchild. La hermana egoísta. No le importó dañar a su propia hermana con tal de salvar a su hija. ¿Ella sabía qué su madre estaba embarazada? ¿Realmente fué así de cruel? Si tan sólo todo fuera un malentendido. La cabeza de Sky volaba.

- No fué un ataque directo -dijo una voz.
Sky se giró.
Era un muchacho, no más grande que ella. Llevaba el cabello suelto y peinado hacía atrás, le llegaba apenas más que la mitad de su cuello.
Su mirada, de color azul verdosa, era fría.
Estaba vestido una chaqueta negra, bastante sencilla, y unos jeans.
Caminó hasta Sky, seguro de sí.

- ¿Tú eres? - dijo, incomoda. Le había visto en su momento más sensible.
- Soy André. Busco a Penny Woodrose. No sabía que tenía una hija tan poco ... similar- comentó, mirándola despectivamente.

- ¿Para que la busca? -dijo Sky con tono desafiante.
- Cálmate, niña. Tengo un asunto con tu mamita, es todo.
- ¿Qué tipo de asunto puede tener mi madre con alguien tan joven? - comentó escéptica.
- El que sea, no es de tu incumbencia. Aparte, si mal no recuerdo, tú no la conoces muy bien que digamos. Es más, es bastante probable que yo la conozca mejor que tú.

Ese comentario hizo enojar a Sky.
- Te doy tres para marcharte -dijo en el borde de su paciencia.
El caminó rápido hasta colocarse en frente de Sky.
- Tú no me vas a tocar, niña. Tengo invitación y... dudo mucho que puedas hacer algo contra mí
en realidad.

La voz de Penny sonó por encima de los pensamientos de Sky.
- André ¿Qué haces con mi hija? -dijo confundida la mujer.
- Nada. Le enseñaba un poco de respeto hacía su brujo, qué modales. Deberías criar mejor a tu hija.